La volatilidad bursátil: turbulencias a corto plazo, subidas a medio
El crecimiento económico de Estados Unidos y la IA seguirán impulsando la Bolsa
La volatilidad bursátil ha sido sustancial en las últimas semanas. Persistirá en los próximos meses. Septiembre históricamente arroja malos resultados. Los gestores de fondos venden para mejorar sus carteras ante la presentación de resultados al finalizar su año fiscal.
Datos macroeconómicos flojos en EE UU causan angustia entre los inversores. Pero el marco económico estadounidense es aún muy sólido. Después de crecer un 2,5% en 2023, el FMI prevé que la expansión de su PIB en 2024 será del 2,8%. En el segundo trimestre se revisó al alza al 3% a ritmo interanual, acelerándose respecto al 1,6% del primer trimestre. El desempleo se sitúa en un 4,2%. La inflación a ritmo interanual descendió hasta el 2,5% en agosto, el nivel más bajo desde febrero de 2021. Pero la subyacente aún fue de 3,2% y la de muchos servicios (especialmente vivienda, seguros de vehículos) siguió elevándose a ritmos superiores al 10%. En julio se crearon 114.000 empleos y en agosto 142.000. En su reunión el 17-18 de septiembre, la Reserva Federal recortará 25 puntos básicos la tasa de fondos federales porque la inflación subyacente y de servicios aún es alta y la menor generación de empleo no es alarmante.
La volatilidad tiene escasa justificación macroeconómica. Hasta junio, el desempleo en EE UU estuvo por debajo del 4% durante dos años, la mejor racha en 50 años. En la mayoría de meses se generaban como mínimo 250.000 empleos. Pero el endeudamiento de los hogares en EE UU asciende a 17,8 billones: 12,5 billones en hipotecas, 1,63 billones en préstamos para compra de vehículos y 1,1 billón en deuda de tarjetas de crédito. A las familias les queda únicamente 100.000 millones en ahorros.
Los anuncios negativos de los titanes tecnológicos son otra causa de la volatilidad. Berkshire Hathaway este año ha vendido el 49% de sus acciones en Apple. Nvidia se retrasará en el suministro de la próxima generación de semiconductores de alta gama H100 (Blackwell). Dichas unidades de procesamiento gráfico son indispensables para la inteligencia artificial y el aprendizaje de máquinas. Nvidia diseña el 84% de las GPU y AMD el 16%. Se integran aplicaciones como ChatGPT-4 en los centros de datos y servicios de la nube.
En 2024 el aumento de los ingresos de Microsoft Azure (31%), AWS (17%) y Google Cloud (29%) se mantiene fuerte. Pero los inversores esperan más debido a la competencia de rivales chinos como Alibaba, Tencent y Huawei. También porque es difícil cubrir la altísima demanda de almacenamiento y procesamiento de datos por parte de 5G, IoT e IA. La infraestructura de centros de datos exige mucho espacio y sistemas de refrigeración potentes. Microsoft, Google, Amazon y Meta construyen o amplían centros de datos en democracias con climas fríos y energías renovables como Islandia, Canadá, Noruega, Suecia y Finlandia.
Las restricciones a exportaciones a China y repatriación de cadenas de producción impactan a las tecnológicas. Pero por otro lado, los 38.000 millones en deducciones fiscales han propiciado la construcción en EE UU de dos fábricas de chips por parte de TSMC, dos de Intel, una de Samsung y una de Micron.
Los inversores se habituaron a beneficios exponencialmente mejores cada trimestre. En el segundo trimestre, los ingresos de Nvidia fueron de 30.000 millones (122% más respecto al mismo periodo en 2023), su beneficio neto, 16.600 millones (subida de 188%) y sus ingresos por sus centros de datos aumentaron un 154%. Huang confía que el billón de dólares invertido en centros de datos seguirá demandando sus GPU para incorporar la IA.
La suma de la capitalización bursátil de las mayores diez empresas de EE UU es casi igual al PIB de China. En efecto, Apple (3,38 billones), Microsoft (3,1 billones), Nvidia (2,87 billones) Alphabet (1,9 billones), Amazon (1,93 billones), Meta (1,3 billones), Berkshire Hathaway (un billón), Eli Lilly (829.000 millones), Broadcom (736.730 millones) y Tesla (728.000 millones) conjuntamente tienen una capitalización bursátil de 17,75 billones, mientras el PIB de China es 17,7 billones.
La debilidad de China pesa sobre los inversores. El PIB se acrecentará solo un 5% este año. El desempleo juvenil es del 17%. El retroceso del consumo se ha traducido en un ascenso entre enero y mayo de las ventas al por menor de solo 4,1%. No se ha superado la crisis inmobiliaria. La anemia de otras potencias tampoco ayuda. El FMI pronostica alzas del PIB muy bajas en la eurozona (0,9%), Alemania (0,2%), Francia (0,9%), Italia (0,7%), Japón (0,7%) y Reino Unido (0,7%).
Las victorias de partidos de extrema derecha e izquierda en las elecciones al Parlamento Europeo y nacionales en Francia (RN y Nuevo Frente Popular) y en las recientes regionales en Alemania (AfD, BSW) complican la gestión del presidente Emmanuel Macron y del canciller Olaf Scholz,. La perspectiva de litigios judiciales prolongados después de las elecciones presidenciales en EE UU también es inquietante.
Occidente está por delante de China en IA. Únicamente Nvidia, Samsung, AMD, Intel, Qualcomm y Apple diseñan chips de alta gama, de 3 a 5 nanómetros. Solo TSMC, Intel, Samsung, GlobalFoundries, Micron, SK Hynix y Texas Instruments las ensamblan. La holandesa ASML no tiene rival en la tecnología de luz ultravioleta extrema. Las capitalizaciones del Nasdaq (41,4 billones) y del S&P 500 (46,6 billones) son muy superiores a las de Shanghái (10 billones) y Shenzhen (3,4 billones).
Los ratios precio-beneficio (PER) actuales del Nasdaq (41), S&P 500 (29) y Dow Jones (31) se sitúan por encima de su media histórica: 25-30 para Nasdaq, 15-20 para S&P 500 y 14-16 para Dow Jones. Pero están muy lejos de los PER de más de 200 del Nasdaq y 44 del S&P 500 en el punto álgido de la burbuja de las puntocom en el año 2000.
Un enfrentamiento entre las democracias y la alianza China-Rusia es preocupante. Las democracias tienen una ventaja innovativa por sus mercados abiertos y protección de la propiedad intelectual, que fomentan creatividad y colaboración. En cambio, las dictaduras restringen la información y controlan los mercados. Así sucedió con la decodificación de la máquina nazi Enigma por Alan Turing y su equipo y de las comunicaciones japonesas por los criptoanalistas de Joseph Rochefort de la marina de EE UU.
Alexandre Muns es profesor de EAE Business School.