El desplante de EE UU a Nippon Steel sería cruel... y bondadoso
La acerera tiene alternativas más asequibles a la compra de US Steel, que probablemente sea vetada por la Casa Blanca
Demasiado para un atajo de fusiones y adquisiciones. Parece cada vez más probable que la Administración Biden esté a punto de bloquear la adquisición acordada de United States Steel por parte de Nippon Steel por valor de 14.900 millones de dólares, informó Reuters en exclusiva el día 5, citando a tres personas conocedoras de la situación. Sería un golpe cruel y amable a la vez para los planes de la empresa japonesa de contrarrestar sus desafíos en su país y fuera de él.
Los candidatos a la presidencia de Estados Unidos Kamala Harris y Donald Trump ya habían manifestado su oposición a la alianza. Ahora, el Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS) ha dicho, en una carta vista por Reuters, que el acuerdo perjudicaría a la producción de acero estadounidense, entre otras cosas.
Podría decirse que los problemas que Nippon Steel intenta abordar deberían de tranquilizar al CFIUS. La producción japonesa domina la producción de este gigante industrial de 20.000 millones de dólares, y representa la gran mayoría de sus 66 millones de toneladas anuales de capacidad siderúrgica.
Pero ese mercado se está reduciendo, lo cual empuja al jefe de Nippon, Eiji Hashimoto, a mirar al extranjero. Poseer US Steel le daría 20 millones de toneladas anuales de capacidad en un mercado donde la demanda de acero de alta calidad es fuerte y donde los aranceles del 25% impuestos a las importaciones del metal en 2018 han reforzado los beneficios.
Ese proteccionismo añadiría un baluarte parcial a las ganancias de Nippon frente a la evolución de China. El desplome inmobiliario de este país ha reducido la demanda, pero con pocos cambios en sus 1.000 millones de toneladas anuales de oferta. El exceso de capacidad resultante ha hecho que la gran mayoría de las fábricas chinas no sean rentables, según Macquarie, y provocó un aumento del 24% de las exportaciones en la primera mitad del año, hasta 54 millones de toneladas. El temor a las exportaciones chinas baratas ha llevado a Nippon y a otras empresas a instar a Tokio a imponer restricciones, informó Reuters el mes pasado.
Tales preocupaciones son buenas razones para que Hashimoto deje intactos los mercados para la producción de acero de US Steel. La semana pasada, Nippon se comprometió públicamente a dar prioridad al metal fabricado en Estados Unidos para los compradores de ese país, así como a poner una mayoría de ciudadanos estadounidenses en el consejo de administración de su nueva filial.
Si Estados Unidos prohíbe el acuerdo, Nippon quedará más expuesta a los retos del sector y Hashimoto perderá la esperanza de alcanzar rápidamente su doble objetivo de 100.000 millones de yenes (700 millones de dólares) de beneficio subyacente anual y 100 millones de toneladas anuales de capacidad. Pero tiene otras opciones, como desarrollar hasta 30 millones de toneladas de capacidad anual en India con su socio ArcelorMittal.
Es cierto que estos proyectos llevarán más tiempo. Pero tampoco tendrán la enorme prima del 140% que ofrece por US Steel, lo cual limitaría la rentabilidad de la inversión a un 5%, según nuestros cálculos, o alrededor del coste de capital de Nippon, según LSEG. Al menos en ese aspecto, las autoridades estadounidenses podrían estar haciendo un favor a los accionistas de Nippon.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías