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Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Somos conscientes del peso de la industria digital en la economía?

El impacto del cambio tecnológico es cada vez más significativo y representa un reto, pero también una oportunidad

Clase de Informática en la  Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la Universidad Politécnica de Madrid.
Clase de Informática en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la Universidad Politécnica de Madrid.Santi Burgos

Las nuevas tecnologías digitales funcionan como catalizadoras del crecimiento económico debido al rol que ejercen en la mejora de la productividad, así como por ser la palanca en la que se están apoyando las políticas públicas españolas y europeas. Resulta innegable, por tanto, que la industria digital ejerce de palanca para impulsar el crecimiento de la economía en su conjunto, además de tener un impacto significativo en el bienestar social.

En este sentido, el compromiso de España con la digitalización y la innovación ya es una realidad. Una prueba irrefutable es que el sector tecnológico digital alcanzó ya en 2022 un volumen total de negocio de 122.066 millones de euros, lo que supone un crecimiento del +5,1% respecto al año anterior, y representa un 22,6% del PIB español, tal y como reflejan los datos del último barómetro de la economía digital de Ametic.

En términos empresariales, la evolución de las cifras también es positiva. Las compañías que pasaron a formar parte del ecosistema digital en 2022 se incrementaron un 4,6%, alcanzando las 38.209 compañías. Además, el número de trabajadores que forman parte del sector también ha crecido, empleando a más de 630.000 personas en España, un 8,2% más que el año anterior. Una cifra clave, pues no olvidemos que hace seis años, el sector no superaba los 478.000 puestos de trabajo.

Si a estos datos le sumamos el esfuerzo innovador del sector, podemos concluir que el potencial de esta industria a futuro es enorme. No en vano, el sector TIC es líder y motor de la innovación del sector privado español, representando más de la tercera parte de todas las empresas que innovan en nuestro país (un 36,7% según datos del barómetro, con un crecimiento del 7,5% frente al año anterior).

Con esta evolución, no hay duda de que España va por el buen camino y debe continuar desarrollando la industria tecnológica y digital dentro y fuera de sus fronteras. Para conseguirlo, es esencial fomentar una colaboración más fluida, ágil y cercana con las administraciones públicas, pero también entre los diversos sectores económicos, entre el sector público y privado, entre las empresas y entre las distintas disciplinas. Solo así transformaremos el panorama tecnológico del país.

De ello hablaremos los próximos días en la edición 38 del Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones de Ametic donde, entre otros contenidos, se presentarán los datos actualizados del Barómetro de la Economía Digital para el año 2023. Y es que cada foro de diálogo, cada alianza estratégica, cada proyecto conjunto, representa un paso adelante hacia un ecosistema más robusto y dinámico, además de posicionar a España como un referente en el ámbito tecnológico.

La rápida y eficiente adopción tecnológica en determinados sectores en los que España tradicionalmente ha estado en posiciones de liderazgo, como es el caso del turismo, es garantía del mantenimiento del este liderazgo en el futuro y, por tanto, de que siga contribuyendo de forma considerable al progreso económico del país. La salud digital puede y debe ser otra de las industrias en las que la digitalización y la innovación sean una garantía para mantener este liderazgo y robustez de la industria en el medio y largo plazo.

Nuestro país ha demostrado fortaleza y mejora en las últimas décadas en lo que a digitalización se refiere y ha consolidado a la industria digital como uno de los motores clave de la economía. No obstante, aún queda camino por recorrer, pues persisten desafíos significativos que deben abordarse para aprovechar todo su potencial.

Para conseguirlo, hay que llegar a acuerdos transversales en educación, industria –que ya está en marcha– y, sobre todo, innovación. Así, progresaremos en los indicadores establecidos y alcanzaremos más empleo y mejor calidad de vida para todos.

Esta es la visión de conjunto de la industria y su peso en la economía a día de hoy. A partir de aquí, y como se pondrá de relieve nuevamente en el encuentro, existen innumerables asuntos sobre los que seguir avanzando como la adopción de la inteligencia artificial, la microelectrónica como oportunidad nacional, los asuntos relacionados con la autonomía estratégica y la soberanía digital, el consumo energético, la formación, y la incuestionable necesidad de talento adaptado a esta nueva realidad, por enumerar algunos.

El impacto del cambio tecnológico es cada vez más significativo y, por tanto, representa un reto importante, pero también una oportunidad para este país, que ya parte de una buena posición en su grado de transformación digital. Es indudable que la tecnología tiene un impacto positivo y debemos seguir esforzándonos en esta transformación de la industria para asegurar que los cambios alcanzados sigan teniendo un impacto económico y social positivo y duradero, superando los riesgos y dificultades que su adopción y uso también conlleva. Por ello, es de imperiosa necesidad focalizar todos nuestros esfuerzos en la colaboración, estrechar lazos y alcanzar objetivos estratégicos a corto y medio plazo.

Pilar Roch es directora general de Ametic.

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