Cómo aprovechar las oportunidades que se abren en la economía china

El fin del veto al vacuno, el hidrógeno verde y la bienvenida a turistas y empresarios ofrecen posibilidades muy concretas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (izquierda), saluda al presidente chino, Xi Jinping, en Pekín en 2023.Borja Puig de la Bellacasa (EFE / Moncloa)

A principios de junio, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y el de Industria, Jordi Hereu, se reunieron con el ministro chino de Comercio, Wang Wentao, con el propósito de reforzar los vínculos económicos entre ambos países y favorecer un acercamiento comercial e inversor. Como se puso de manifiesto durante el encuentro bilateral, China ofrece grandes oportunidades de negocio para las empresas españolas, que no debemos desaprovechar.

Desde que el gigante asiático se abriera al mercado internacional en 1978, ha pasado de ser un país completamente aislado, con una economía totalmente ...

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A principios de junio, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y el de Industria, Jordi Hereu, se reunieron con el ministro chino de Comercio, Wang Wentao, con el propósito de reforzar los vínculos económicos entre ambos países y favorecer un acercamiento comercial e inversor. Como se puso de manifiesto durante el encuentro bilateral, China ofrece grandes oportunidades de negocio para las empresas españolas, que no debemos desaprovechar.

Desde que el gigante asiático se abriera al mercado internacional en 1978, ha pasado de ser un país completamente aislado, con una economía totalmente planificada y muy centrada en el mundo rural, a convertirse en la segunda potencia económica del planeta. El mercado chino, con 1.449 millones de habitantes y potenciales consumidores –el 18,4% de la población mundial–, genera en la actualidad el 18,6% del Producto Interior Bruto global y mueve el 21,2% del comercio internacional. Muchos pronósticos apuntan a que, en apenas unos pocos años, China logrará convertirse en la primera potencia económica, desbancando a Estados Unidos. En este contexto, ¿cuál es el papel que deben jugar las empresas españolas? ¿Cómo lograr nuevas oportunidades en un mercado tan amplio?

En primer lugar, debemos reconocer que, desde hace años, necesitamos a China para cubrir nuestras necesidades más básicas. Las importaciones españolas desde China alcanzaron los 44.244 millones de euros en 2023, frente a los 6.729 millones de 2001. En apenas dos décadas, se han multiplicado por seis las compras de bienes y servicios al gigante asiático.

Nuestras exportaciones a China son mucho más tímidas: en 2023 vendimos bienes y servicios por valor de 7.579 millones de euros, poniendo de manifiesto un déficit comercial que abre un amplio horizonte de oportunidades en multitud de sectores. Cerca de 500 millones de chinos pasarán a ser de clase media en 2030, frente a los 130 millones actuales, lo que generará grandes opciones para el retail, el sector agroalimentario, el sector farmacéutico, la industria o el sector servicios, por mencionar algunos ámbitos en los que, desde hace años, ya hay una apuesta estable por China a la hora de hacer negocios por parte de nuestras empresas.

Aunque las oportunidades que se abren a medio y largo plazo son prácticamente infinitas, no todo vale a la hora de hacer negocios en China. Muchos fracasos a la hora de desembarcar en el gigante asiático se han producido por la falta de planificación. A la hora de exportar, invertir o implantarse en el gigante asiático, es importante hacer un análisis previo, mucho más detallado que a la hora de hacer negocio con cualquier otra economía del mundo.

No podemos obviar, por ejemplo, que China es un mercado geográficamente más amplio que el conjunto de Europa y que existen amplias diferencias entre regiones. El desconocimiento del mercado y de la normativa legal china son dos barreras significativas que solo se pueden sortear con un estudio detallado del mercado y de la cultura del país. Frente a diagnósticos demasiado superficiales, la realidad es que invertir en China requiere más recursos financieros, humanos y de tiempo que en otras zonas del mundo. Además, la curva de aprendizaje para entrar en el mercado chino es más pronunciada, y requiere más compromiso a medio y largo plazo.

Sin embargo, las posibilidades de ganar que se abren en el gigante asiático también son mucho mayores, sobre todo teniendo en cuenta que existe una nueva generación de chinos cada vez más expuesta a la visión occidental del mundo, que optan cada vez más por el bienestar y la felicidad y no tanto por la prosperidad económica y el ahorro. Los chinos de las nuevas generaciones son consumidores cada vez más informados y preparados y tienen una tolerancia al riesgo mucho mayor que la de sus antecesores.

Corto plazo

En el corto plazo también han surgido recientemente oportunidades muy concretas. Por ejemplo, con el final del veto al vacuno español, que se activó hace 24 años como consecuencia de la crisis de las vacas locas. También hay grandes opciones de colaboración entre ambas economías en el ámbito del hidrógeno verde, en el que tanto España como China se están posicionando como dos actores fundamentales.

Además, desde el pasado 1 de diciembre, China permite entrar a los ciudadanos españoles, tanto turistas como empresarios, sin visado en estancias de hasta 15 días. Por otro lado, tras el final de la pandemia de covid-19, hay margen de maniobra para recuperar el número de turistas chinos que venían a España antes de 2020.

En definitiva, el milagro económico de China parece más vivo que nunca. La economía del gigante asiático creció un 5,3% en el primer trimestre del año, superando todas las expectativas de los analistas. Si tenemos también en cuenta que, según la Comisión Europea, España será el país de la UE que más crecerá en 2024, se abre un horizonte lleno de oportunidades que las empresas españolas no deben desaprovechar y que, por el contrario, deben explorar seriamente, ya sea para vender bienes y servicios, para realizar inversiones estables en una economía con alto potencial como la china o para establecer alianzas estratégicas que contribuyan a relanzar su propio negocio.

China puede convertirse en un buen aliado para que España gane relevancia en los próximos años en el tablero económico europeo y mundial.

Han Bao Liu Zhu es responsable del China Desk de PwC España

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