Ryanair lidera al sector aéreo hacia la nube estratégica
Los resultados del grupo irlandés sugieren un límite a lo que los consumidores más duros soportarán para huir a climas más soleados
En los últimos años, los viajes de venganza pospandémicos han sido una bendición para las aerolíneas de bajo coste de corta distancia. Aun así, los resultados de abril-junio del grupo irlandés Ryanair sugieren un límite a lo que los consumidores más duros soportarán para huir a climas más soleados. Es un problema para todo el sector.
Ryanair, la mayor aerolínea europea por número de pasajeros, presentó el día ...
Para seguir leyendo este artículo de Cinco Días necesitas una suscripción Premium de EL PAÍS
En los últimos años, los viajes de venganza pospandémicos han sido una bendición para las aerolíneas de bajo coste de corta distancia. Aun así, los resultados de abril-junio del grupo irlandés Ryanair sugieren un límite a lo que los consumidores más duros soportarán para huir a climas más soleados. Es un problema para todo el sector.
Ryanair, la mayor aerolínea europea por número de pasajeros, presentó el día 22 un panorama turbulento. Aunque la demanda de viajes se mantuvo, con un aumento del tráfico del 10%, las tarifas medias cayeron un 15%, ya que se vio obligada a recortar precios para llenar plazas. El CEO, Michael O’Leary, advirtió de que las tarifas de julio-septiembre –el periodo clave– serían sustancialmente inferiores, frente a las expectativas de que los precios se mantuvieran estables o aumentaran ligeramente. Las acciones bajaron un 17% el día 22, mientras sus rivales easyJet e IAG también cayeron.
No hace mucho, las aerolíneas parecían relativamente tranquilas. Sus proveedores, Boeing y Airbus, han tenido problemas para cumplir sus entregas, con la estadounidense sometida a escrutinio reglamentario. Además, algunos aviones están parados por inspecciones de motor. La escasa capacidad y la fuerte demanda deberían haber permitido a quienes disponían de aviones subir sus precios. La británica easyJet, por ejemplo, señaló en mayo que sus motores eran de un tipo distinto a los que estaban inmovilizados y que esperaba recibir 16 aviones Airbus este ejercicio, una bonanza potencial.
Es un problema que esta demanda solo exista a precios más bajos. La inflación se extiende desde el mantenimiento hasta los costes laborales. Las tripulaciones presionan para que se les pague más. Los gastos de explotación de Ryanair aumentaron un 11%. El ahorro en combustible compensó el aumento de los costes de personal. Uno de ellos es el “exceso de tripulación”: la contratación para aviones Boeing que no han llegado.
O’Leary sigue pensando que la capacidad de vuelo europea a largo plazo se verá afectada, debido a los problemas de entregas, las inspecciones de los motores y la consolidación del sector. La UE acaba de aprobar la compra de una parte de Lufthansa en la italiana ITA. Pero a corto plazo, los consumidores más ahorradores obligarán a las aerolíneas a hacer descuentos para llenar sus aviones, y el atractivo inversor del sector disminuirá.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Pierre Lomba Leblanc, es responsabilidad de CincoDías.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días