Claves: a Talgo le sale un nuevo pretendiente y la banca española sigue a lo suyo

El Gobierno ampara la fusión con la checa Škoda Transportation y la fabricante española pide precios

El presidente de Talgo, Carlos de Palacio.

Entra un nuevo actor en la batalla por Talgo. La muy pretendida fabricante de trenes española tiene, después de la opa no especialmente amistosa del conglomerado húngaro Ganz Mavag, un nuevo pretendiente: Škoda Transportation. La compañía checa llega amparada por la particular alcahueta de la fabricante española en estos últimos tiempos: el Ejecutivo. El Gobierno da así otro paso para evitar que llegue a buen puerto una opa que nunca ha vist...

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Entra un nuevo actor en la batalla por Talgo. La muy pretendida fabricante de trenes española tiene, después de la opa no especialmente amistosa del conglomerado húngaro Ganz Mavag, un nuevo pretendiente: Škoda Transportation. La compañía checa llega amparada por la particular alcahueta de la fabricante española en estos últimos tiempos: el Ejecutivo. El Gobierno da así otro paso para evitar que llegue a buen puerto una opa que nunca ha visto con buenos ojos. Sobre Ganz Mavag, participada el Estado húngaro y que hizo su presentación pública en España hace unas semanas, pesa la sospecha de sus vínculos con Rusia.

Aunque llega con buen padrino (uno que tiene la capacidad de vetar operaciones que puedan afectar a los intereses estratégicos de España, ni más ni menos), las fusiones van de números: en la carta donde reconoce que hay una oferta de fusión el presidente de Talgo, Carlos de Palacio, dice que la proposición no contiene una oferta económica, y que han pedido más datos para ver si “implica una contraprestación superior a la ofrecida” por los húngaros. Que si van a pagar más, vamos.

BBVA reconoce por primera vez que la opa puede no salir como quiere

El BBVA ha admitido por primera vez en un folleto oficial (esos dirigidos a los mercados, en los que la retórica triunfalista importa más bien poco) que la opa sobre Sabadell puede fracasar o no tener el efecto esperado. Lo que todo el mercado ya sabía, pero puesto en negro sobre blanco.

Entre los posibles riesgos de la oferta, si se consuma, está el pago de cargos extra por el pago de contingencias, el eufemismo económico que engloba, entre otros, a las reclamaciones de los empleados. BBVA calcula que los costes ascenderán a 1.450 millones de euros, pero todo apunta a que será bastante más. El que no arriesga, no gana.

Las entidades españolas, el verso libre de la banca europea

La banca española va a lo suyo. Y, en este caso, lo suyo es no dar tregua: cuando el Banco Central Europeo comenzó, en verano de 2022, la mayor senda de subida de tipos de su historia, las entidades españolas no le pusieron especial entusiasmo a remunerar los depósitos, como se esperaba en un entorno de tipos altos. Mientras, sus homólogos europeos competían entre ellos por la remuneración del ahorro.

Dos años después, ahora que la curva del precio del dinero se da la vuelta, y el sistema financiero tiene que ir aflojando la soga de unos años de beneficios récord, los bancos europeos relajan las condiciones para acceder a una hipoteca. Los españoles, fieles a su condición de verso libre, son los que más las endurecen.

La frase

La presidencia rotatoria del Consejo [la Hungría de Orbán] no representa a la Unión en la escena internacional y no ha recibido mandato para actuar en su nombre
Charles Michel, presidente del Consejo Europeo

El triunfo de lo “antiguo pero moderno”, también en los muebles

La economía de la nostalgia, ese nuevo tirón del consumo que acapara la moda, el cine o la música, abraza ahora al mobiliario. Resulta que los muebles del siglo XX están de moda, y que la mejor forma de encontrarlos es acudir a los “nuevos anticuarios”, un tipo de negocio que, en su textualidad, roza el oxímoron. Son lo que el grupo gallego Novedades Carminha definió en su canción Antigua pero moderna.

La apetencia por los muebles antiguos se extiende, cuentan los comerciantes, a las piezas de los ochenta y noventa. Muebles millennials. Queda, sin embargo, una duda en el aire: los profesionales del mundillo no tienen claro si los muebles de ahora (los actuales, que no modernos) estarán de moda en unos años como los antiguos ahora: si serán, en su caso, modernos pero antiguos.

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