Radiografía del envejecimiento de los profesionales de la sanidad

El 25% de los médicos, el 18% de los farmacéuticos y el 12% de los enfermeros colegiados en España tienen más de 65 años

Una farmacia de Málaga.Garcia-Santos (El Pais)

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado esta semana los datos de la colegiación de los profesionales de la sanidad y, aunque la música es conocida, la letra, en este caso los números, resulta ciertamente alarmantes. El colectivo de médicos, farmacéuticos y enfermeros, que se debería escribir en femenino, puesto que la inmensa mayoría son mujeres, está muy envejecido y necesita una urgente planificación para que la población no quede desatendida.

España cuenta con el mayor número de sanitarios colegiados de su historia, con 975.243 profesionales, de los que el 69% son muj...

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El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado esta semana los datos de la colegiación de los profesionales de la sanidad y, aunque la música es conocida, la letra, en este caso los números, resulta ciertamente alarmantes. El colectivo de médicos, farmacéuticos y enfermeros, que se debería escribir en femenino, puesto que la inmensa mayoría son mujeres, está muy envejecido y necesita una urgente planificación para que la población no quede desatendida.

España cuenta con el mayor número de sanitarios colegiados de su historia, con 975.243 profesionales, de los que el 69% son mujeres, con un aumento del 3% el año pasado. Además, el crecimiento del número de profesionales ha sido muy importante en las últimas décadas, muy por encima del aumento de la población. España cuenta con 48,6 millones de habitantes, que son atendidos con una plantilla de 301.684 médicos, el doble de los que tenía España en 1990; 345.969 enfermeros y 80.293 farmacéuticos, cifras que duplican a las que había en 1995. Estos números dan unos ratios de 6,2 médicos por cada mil habitantes, 7,1 enfermeros y 1,6 farmacéuticos. Hace veinte años, en 2003, estas ratios eran de 4,5 médicos, 5,2 enfermeros y 1,3 farmacéuticos.

Por tanto, la evolución absoluta suena bien. De hecho, España está entre los países con una mayor ratio de médicos por habitante, según un estudio que realizó la OCDE en 2022. Pero si se mete la lupa a los números, asoma el drama de un colectivo muy envejecido y en cuyas manos está la salud de los casi 50 millones de personas que habitan este país, más los 80 millones de turistas que lo visitan.

Belén Trincado Aznar

El 25,4% de los médicos colegiados que hay en España tiene ya más de 65 años. En esa misma situación está el 11,8% de los enfermeros y el 17,8% de los farmacéuticos. A esto se añade que el colectivo de profesionales que tiene entre 55 y 65 años, que se puede jubilar en una década, es muy numeroso, ya que corresponde con las cohortes del baby boom. En esa franja de edad está el 19,4% de los médicos; el 17,8% de los farmacéuticos y el 14,4% de los enfermeros.

La media nacional esconde realidades diferentes entre comunidades autónomas. Castilla y León es la región con la plantilla de médicos colegiados más envejecida, ya que el 33% tiene más de 65 años y otro 20%, entre 55 y 64 años, y Asturias y Galicia están en una situación parecida. En el caso de la enfermería, Cantabria es la comunidad con la plantilla más mayor, con un 26,4% en más de 65 años, seguida por Cataluña y Madrid, ambas con el 18,1% en esa edad. En el caso de las farmacias, Aragón, Madrid y Extremadura están con uno de cada cinco colegiados por encima de los 65 años.

El análisis de este colectivo por su sexo pone de manifiesto que se trata de trabajos copados por mujeres, algo que siempre ha sucedido en la enfermería. En 1978, año en que se aprobó la Constitución, eran varones el 86% de los médicos, el 53% de los farmacéuticos y el 31,5% de los enfermeros. Hoy, las mujeres representan el 54% de los médicos (son mayoría desde 2017), el 84% de la enfermería y el 72% de los colegiados en farmacia, donde superaron a los hombres en 1981.

La falta de profesionales sanitarios tiene que ver también con que un buen número de los que se forman en España terminan marchándose a otros países, principalmente a Francia y Reino Unido, en busca de mejores condiciones laborales y mayores salarios. En 2022, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos dijo que en los cinco años anteriores habían salido de España 11.500 profesionales. Esto obliga a las comunidades autónomas a contratar extranjeros para cubrir las vacantes. La memoria del Colegio de Médicos de Barcelona de 2022, la última disponible, señala que, de los 38.982 médicos que tenía colegiados ese año, el 24,5% (9.533) procedían del extranjero, la mitad de Argentina, Venezuela, Colombia, Perú y Cuba. En la del Colegio de Médicos de Madrid de ese mismo año se señala que casi una cuarta parte de los nuevos colegiados eran extranjeros, concretamente 487 de los 2.081 profesionales.

En definitiva, un buen número de médicos formados en universidades y hospitales españoles acaban ejerciendo su profesión en países con niveles de renta superiores al de España y otros formados en países con rentas más bajas que la española, sobre todo de Latinoamérica y Europa del Este, terminan trabajando aquí. Es el viaje del sur global al norte global. Es fácil presuponer que este flujo de profesionales, xenofobia aparte, no es lo mejor para los pacientes españoles.

El Centro de Estudios del Sistema Médico de Granada señalaba a primeros de mayo que en “la falta de planificación a largo plazo de las Administraciones, tanto central como autonómicas, no se ha tenido en cuenta el gran número de jubilaciones que se están produciendo y se producirán en los próximos años. En determinadas especialidades, no existen médicos especialistas disponibles, porque se han formado pocos, porque se han marchado a países de nuestro entorno. Es hora de poner soluciones urgentes, incrementando unos años más el número de plazas MIR en determinadas especialidades y mejorando las condiciones del ejercicio profesional, con plazas estables y mejores retribuciones. También se podría permitir e incentivar a profesionales que voluntariamente lo soliciten, prolongar su vida laboral, sobre todo en especialidades que son claramente deficitarias”.

El deterioro de la asistencia sanitaria, que afecta también a la privada, es ya una de las prioridades de los ciudadanos, como se ha visto recientemente en el protagonismo que ha tomado en la campaña de las elecciones vascas y catalanas. El problema generacional que tiene la sanidad llevará años solventarlo, lo que es argumento suficiente para no procrastinar y tomar soluciones de manera rápida. Ahora que hay una médica al frente del Ministerio de Sanidad, debería ser más fácil conseguir la complicidad.

Aurelio Medel es periodista y doctor en Ciencias de la Información

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