Cercanías: el futuro de la movilidad urbana
Hay que garantizar los recursos necesarios para el mantenimiento de la red y de cada uno de los subsistemas que la forman
El crecimiento de la población mundial, especialmente concentrado en las grandes ciudades, está haciendo necesario repensar el modo de transporte urbano del siglo XXI. Más aún, si tenemos en cuenta uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos de cara a un futuro próximo: el cambio climático. De hecho, la previsión es que, en 2030, 15 grandes metrópolis acojan al 40% de la población en nuestro país. Esto evidencia que se hace imprescindible contar con buenas redes de transporte público urbano e interurbano para facilitar la movilidad sin sacrificar la salud ambiental.
Los ciudadano...
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El crecimiento de la población mundial, especialmente concentrado en las grandes ciudades, está haciendo necesario repensar el modo de transporte urbano del siglo XXI. Más aún, si tenemos en cuenta uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos de cara a un futuro próximo: el cambio climático. De hecho, la previsión es que, en 2030, 15 grandes metrópolis acojan al 40% de la población en nuestro país. Esto evidencia que se hace imprescindible contar con buenas redes de transporte público urbano e interurbano para facilitar la movilidad sin sacrificar la salud ambiental.
Los ciudadanos son conscientes de ello y quieren participar de esa transformación del transporte en favor del ferrocarril. Los datos del Observatorio del Transporte y la Logística en España (OTLE), dependiente del Ministerio de Transportes, revelan que en 2021 la red de Cercanías transportó a un total de 365 millones de personas. Por otra parte, según el Instituto Nacional de Estadística, el pasado verano el número de usuarios de este tipo de tren de corto alcance ya había superado en un 4% los niveles prepandémicos.
Hay un tercer factor que completa esta ecuación: la tecnología. Contamos en la actualidad con sistemas y soluciones muy innovadores con solvencia suficiente para aumentar la capacidad de la red ferroviaria y facilitar así la vertebración entre distintos núcleos urbanos. Hablamos de señalización y telecomunicaciones. Pero también de elementos de vía, centros de control o de regulación del tráfico y de un sistema de protección como el ERTMS (Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario).
Todo ello requiere de un mantenimiento y una serie de inversiones, para las que se necesita voluntad política y económica.
Esta voluntad ya se hizo realidad con la Estrategia Indicativa del desarrollo, mantenimiento y renovación de la infraestructura ferroviaria, incluida en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (Perte) del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Su objetivo es mantener y renovar estas infraestructuras ferroviarias, estableciendo un marco financiero con el que satisfacer las necesidades futuras de movilidad, la sostenibilidad del sistema y la consecución de un espacio ferroviario único europeo.
En este marco se apuesta por potenciar una movilidad urbana y metropolitana sostenible, incrementando los niveles de accesibilidad y de cohesión social a través de un sistema ferroviario de calidad, un sistema de Cercanías. Clave para mejorar la prestación de estos servicios es garantizar los recursos necesarios para el correcto mantenimiento de la red y de cada uno de los subsistemas que la conforman (infraestructura, electrificación, señalización, etc.), para limitar ineficiencias o incidencias, atribuibles a la infraestructura.
La voluntad de mejora del transporte ferroviario urbano e interurbano se hace patente con el Plan de Cercanías de Madrid, cuyo ambicioso propósito es conseguir una mayor vertebración de la región facilitando la llegada de la red (en la actualidad cuenta con cerca de 400 kilómetros de vía) a nuevos núcleos de población. Y hacerlo mejorando tanto la frecuencia como la puntualidad y la fiabilidad de los trenes.
Plantea también incrementar la capacidad de las líneas, ampliándolas y descongestionándolas; ejecutando nuevas estaciones y mejorando las existentes. Se conseguirá de este modo fomentar la movilidad sostenible.
El caso de la línea C5 ejemplariza este plan para la capital gracias a la instalación del sistema de protección ERTMS. Con ello se contribuirá a que en un futuro se homogeneicen las soluciones con un sistema que permite elevar la frecuencia de las circulaciones, un mayor flujo de pasajeros, y que incide directamente en el medio ambiente, con un menor consumo.
Además de Madrid
Más allá de la Comunidad de Madrid, otras regiones cuentan con planes de inversiones de gran interés a corto y medio plazo. Es el caso de la red de Cercanías de Cantabria, una de cuyas más complejas características es que cuenta con red de ancho ibérico, con red de ancho métrico y con estaciones en las que se conectan ambos tipos de red. El objetivo es mejorar la señalización con la renovación de enclavamientos y telecomunicaciones en ambos tipos de anchos.
También se apuesta por las Cercanías como forma de movilidad urbana e interurbana de futuro en provincias de la importancia de Vizcaya o Guipúzcoa, donde ya se ha iniciado la instalación del primer sistema ERTMS en la red de Euskadi.
Las innovaciones e inversiones planteadas necesitan que las empresas implicadas en la cadena de valor ferroviaria lleven a cabo importantes esfuerzos para concluir este cambio, fundamental en la movilidad. Todo está a favor, por tanto, para que la transformación del transporte urbano sea una realidad a corto plazo.
Carlos Mezquita es director general de transporte de Thales España
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