De la cúspide de Google a líder de la ciberseguridad
Nikesh Arora dirige Palo Alto Networks, la primera firma del sector que alcanza los 100.000 millones de dólares en Bolsa
No le duelen prendas a la hora de dejar las cúspides corporativas. Lo hizo en Google, dónde llegó a ser el cuarto máximo ejecutivo, y SoftBank, de la que era número 2, y ahora dirige la empresa de ciberseguridad y computación en la nube Palo Alto Networks, una de las tecnológicas de moda. Es Nikesh Arora (Ghaziabad, India, 1968).
Palo Alto Networks, fundada en 2005, se ha convertido este año en la primera firma de ciberseguridad que supera el listón de los 100.000 millones de dólares en Bolsa, aunque el 21 de febrero, al presentar sus resultados y reducir sus previsiones de ingresos, perdió esa cota. La empresa colabora con Telefónica Tech, y en el reciente Mobile World Congress anunciaron que amplían su acuerdo para ofrecer servicios a empresas.
Le gusta jugar al golf. Tiene fama de encantador pero también arrogante, y de disponer de un armario de trajes de diseño. Su perfil es más de vendedor, de financiero, que de empollón tecnológico o emprendedor, más frecuentes en su sector. Cuando estaba en Google, organizó un evento para 15.000 empleados en Las Vegas, que cerró él dando un discurso vestido de Elvis Presley.
Nació en el estado de Uttar Pradesh, al norte de la India, y tiene una hermana. Su padre era oficial de las fuerzas aéreas. Estudió en la escuela del ejército, e hizo una ingeniería, como muchos compatriotas. En concreto, Ingeniería Eléctrica y Electrónica en el prestigioso Instituto Indio de Tecnología, en Benarés.
En 1990, tras una temporada trabajando en una empresa que vendía ordenadores al Gobierno, pidió un préstamo de 3.000 libras esterlinas a su padre para hacer un MBA en Marketing por la Northeastern University, en Boston (EE UU). Y se casó.
Hizo trabajos a tiempo parcial, como vigilante, o en Burger King, para pagar sus estudios. Antes de graduarse, envió 450 cartas a posibles empleadores. Solo recibió una respuesta positiva, de la gestora de fondos Fidelity, con la que consiguió un trabajo con un sueldo de 42.000 dólares, que le permitió pagar poco a poco la deuda a sus padres.
Llegó a vicepresidente financiero de Fidelity Technologies. En paralelo, hacía un máster en Finanzas por el Boston College, en el horario de noche. Quedó el primero de su clase. También se sacó el certificado de analista financiero CFA. Se incorporó a Putnam Investments, siempre sin salir de Boston, pero lo dejó al poco tiempo.
A finales de siglo, fundó la teleco T-Motion, que daba servicios a los productos 3G de Deutsche Telekom, y que luego se fusionaría con T-Mobile. Fue director de marketing de T-Mobile International y consejero de T-Mobile.
En 2004, se enteró de que Google estaba contratando personal para su oficina europea, coincidiendo con su salida a Bolsa. Arora dirigió las operaciones en el Viejo Continente durante tres años. Luego, gestionó también los mercados de Oriente Próximo y África. En 2009 pasó a presidente de operaciones de ventas globales y desarrollo empresarial, y dos años después, a vicepresidente sénior y director comercial: era el número 4 de la tecnológica, y el mejor pagado, con 50 millones de dólares anuales. Entretanto, hizo un doctorado en Comercio y Empresas por la Northeastern University.
Divorciado de su primera esposa, con la que tiene una hija, en 2014 se casó con Ayesha Thapar, de una rica familia india, dueña del conglomerado Thapar Group. Organizaron una boda repleta de estrellas en Italia, en la que Sergey Brin y Larry Page, fundadores de Google, se mezclaron con famosos de Hollywood, como Brad Pitt y Angelina Jolie. La pareja tiene un hijo.
También en 2014, Arora dejó Google y fichó como número 2, presidente y jefe de operaciones, por el holding japonés SoftBank, que había comprado la teleco de EE UU Sprint (ahora propiedad de T-Mobile). Declinó estudiar japonés y su alto salario, en torno a los 100 millones anuales, generó cierta controversia entre inversores y empleados. Dos años después, dimitió abruptamente, después de que el fundador y CEO, Masayoshi Son, le dijera que dudaba si cumplir su promesa de retirarse a los 60 años. Eran amigos desde 2008, y cuando preguntaron a Arora si el amor entre ellos había terminado, dijo: “Aún estoy enamorado, es la persona más amable que conozco.”
En 2018 fichó como presidente y CEO de Palo Alto Networks, con sede en Santa Clara (California, EE UU). Bajo su mandato, ha hecho varias adquisiciones corporativas de calado.
En la presentación de los últimos resultados, en la que anunció un recorte en los ingresos previstos para el ejercicio que termina en julio (de 8.200 millones de dólares a 8.000 millones), Arora reconoció que los clientes afrontan una “fatiga de gasto” en ciberseguridad. Los clientes están descubriendo que la adición de nuevos productos “no está necesariamente conduciendo a un mejor resultado”. La empresa sí mantiene sus previsiones de beneficios y flujo de caja libre. Arora ve potencial de crecimiento en la inteligencia artificial, ya que los clientes piden ayuda para proteger el “despliegue satisfactorio y responsable de la IA en sus infraestructuras”. Esta vez, aunque la empresa crezca mucho, él ya estará en el puesto más alto.
Otros cargos
Es patrón de Paley Center for Media de Los Ángeles, institución dedicada al estudio de los medios de comunicación.
Desde 2007, Arora es asesor principal de la firma de capital riesgo Silver Lake Partners.
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