Datos, ¿conocemos realmente todo su potencial?
Urge adoptar estrategias que integren la información con la IA para convertir los datos en una palanca que fomente la innovación
“Sin datos, tan solo eres otra persona con una opinión” . (W. Edwards Deming).
La cita del polímata Deming que inicia este artículo resuena ahora más que nunca en la era digital. La revolución de los datos ha transformado radicalmente la toma de decisiones empresariales y se basa en un acceso sin precedentes a la información. Sin embargo, el verdadero cambio disruptivo yace en la capacidad para analizar y actuar sobre estos datos, una competencia donde la inteligencia artific...
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“Sin datos, tan solo eres otra persona con una opinión” . (W. Edwards Deming).
La cita del polímata Deming que inicia este artículo resuena ahora más que nunca en la era digital. La revolución de los datos ha transformado radicalmente la toma de decisiones empresariales y se basa en un acceso sin precedentes a la información. Sin embargo, el verdadero cambio disruptivo yace en la capacidad para analizar y actuar sobre estos datos, una competencia donde la inteligencia artificial (IA) juega un papel protagonista.
Ya nadie es ajeno a la importancia de los datos. Las grandes plataformas de internet nos conocen mejor que nuestra familia, y continúan desarrollando soluciones y algoritmos, para poder acceder a más fuentes de datos sobre nosotros y nuestro comprtamiento. Porque ya nadie duda de que los datos son algo más que “el petróleo del siglo XXI”. El acceso a los datos y su tratamiento conlleva también tener en cuenta aspectos legales, éticos, de gobernanza, así como de nuevos modelos de negocio.
Europa no ha sido ajena a todo ello, como demuestra la ingente cantidad de normativa que se ha aprobado en los últimos años. Una actividad legislativa que ha sido bienvenida y criticada a partes iguales, tanto por generar un marco que regula la gestión de los datos y a sus actores como por sus posibles limitaciones al mercado. La legislación y regulación deberían medirse por la eficiencia de su aplicación, y sobre todo por la eficacia de los resultados reales en la sociedad. Por ejemplo, todos estamos sufriendo la invasión cookie en la navegación por internet con la excusa de proteger nuestra privacidad. Es como poco discutible si esto es un resultado eficaz y eficiente de una legislación.
De toda esta normativa europea, cabe destacar la Data Act (Ley de Datos) ya en vigor, aplicable a partir de septiembre de 2025, y que tiene como objetivo garantizar una distribución equitativa de valor en la economía de los datos. Establece nuevos derechos de acceso y uso de datos para intercambios B2B, B2C y B2G, y plantea un marco para la interoperabilidad eficiente de los datos. Mientras que la Data Governance Act (Ley de Gobernanza de Datos) en vigor y de aplicación desde septiembre de 2023, tiene como objetivo fomentar la disponibilidad de datos, impulsando la confianza en los intermediarios y fortaleciendo los mecanismos de compartición de datos en toda la UE.
La economía del dato es una realidad, y en este ámbito han surgido nuevos conceptos como el de soberanía del dato, que supone que los propietarios de los datos deben poder mantener el control de los mismos. Así como nuevas herramientas como son los espacios de datos.
Una de las definiciones más aceptadas de espacios de datos es una “estructura descentralizada y basada en estándares para permitir el intercambio fiable de datos entre los participantes en el espacio de datos de forma voluntaria, regulado mediante mecanismos combinados de gobernanza, empresariales, jurídicos y técnicos”. En esta definición es importante destacar palabras como fiable, ya que la generación de confianza en el ecosistema es el primer paso necesario para la puesta en marcha de un espacio de datos, o la palabra voluntaria, debido al hecho que la compartición de datos se realiza únicamente cuando las empresas así lo deciden, lo que tiene además el objetivo claro de un nuevo valor, ya sea en forma de un ahorro de costes, desarrollo de nuevos servicios o productos o generación de nuevos modelos de negocio.
España se está posicionando con mucha fuerza en los espacios de datos, con interesantes iniciativas a nivel nacional, gestionadas de manera conjunta entre la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (Sedia) y la Secretaría de Estado de Turismo (Setur), esta última a través de Segittur. Así como con la creación del hub nacional de Gaia-X. Y como no podía ser de otra manera, en el espacio europeo de datos de turismo, donde España se está posicionando como un referente con un fuerte ecosistema de empresas y entidades que están trabajando y liderando los proyectos más competitivos e innovadores.
La compartición de datos en la que se basa la economía del dato supone un paso más en todo el tratamiento de datos, desde aquellos inicios del BigData, cuando el gestionar grandes cantidades de datos (volumen), a gran velocidad, de diferentes fuentes (variedad), asegurando su fiabilidad (veracidad) y aportando un valor añadido, eran conocidas como las famosas 5 V del BigData, ya no es suficiente para generar nuevo valor y lograr incrementar la competitividad de las empresas y del territorio.
Los espacios de datos suponen el incrementar las posibilidades de acceder a nuevas fuentes de datos, basado en un marco legal definido y con unos acuerdos claros entre las partes, que definirán qué datos, por cuánto tiempo y para qué finalidad podrán usarse esos datos. Por supuesto, todo ello, sobre la base de una nueva arquitectura y unas soluciones tecnológicas que están evolucionando constantemente para adaptarse a los requisitos de los usuarios y a la complejidad que supone el intercambio de datos. No debemos olvidar que la digitalización, aunque acelerada por el Covid, sigue siendo una asignatura pendiente en un ecosistema donde el 90% de las empresas son pymes.
Y en este marco, creemos que debemos ir más allá de las plataformas y adoptar estrategias que integren la inteligencia artificial (IA) para convertir estos datos en verdaderas palancas de innovación y crecimiento.
El potencial de los datos reside, además, en su capacidad de solventar los retos actuales a los que nos enfrentamos, lo que supone tener en cuenta que la transversalidad es clave, ya que tanto la actividad pública como empresarial exige poder acceder a fuentes de datos heterogéneas que crucen datos de diferentes sectores. Ya que al fin y al cabo, esa es la realidad en la que vivimos.
Dolores Ordóñez Martínez / Andrés Pedreño Muñoz / Antonio Sánchez Zaplana son presidenta de Planetic / catedrático de Economía / Presidente de AlicanTEC
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