Las debilitadas Bolsas europeas tienen nuevos motivos para unirse
Las exclusiones de dos empresas italianas son una llamada de atención para que se integren
El malestar europeo en torno a las salidas a Bolsa sigue empeorando. Durante el fin de semana, la refinería de petróleo italiana Saras, valorada en 1.600 millones de euros, y el grupo de moda Tod’s, también italiano, y valorado en 1.400 millones, anunciaron su intención de dejar de cotizar en Bolsa, sumándose así a una serie de empresas europeas de alto perfil que han optado por pasar a manos privadas, como Synlab, o trasladar su cotización principal a Estados Unidos, como CRH. En un momento en el que Europa tiene dificultades para atraer a grandes empresas o generar una cartera de nuevas empr...
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El malestar europeo en torno a las salidas a Bolsa sigue empeorando. Durante el fin de semana, la refinería de petróleo italiana Saras, valorada en 1.600 millones de euros, y el grupo de moda Tod’s, también italiano, y valorado en 1.400 millones, anunciaron su intención de dejar de cotizar en Bolsa, sumándose así a una serie de empresas europeas de alto perfil que han optado por pasar a manos privadas, como Synlab, o trasladar su cotización principal a Estados Unidos, como CRH. En un momento en el que Europa tiene dificultades para atraer a grandes empresas o generar una cartera de nuevas empresas lo suficientemente sólida, se trata de una nueva llamada de atención para que los centros de negociación de la zona euro se integren más.
Las últimas salidas significan que el mercado bursátil italiano, que forma parte de Euronext, de 8.300 millones de euros, podría reducirse en unos 3.000 millones. El domingo, la familia Moratti acordó vender el 35% de Saras al operador mundial de materias primas Vitol, que lanzará una oferta de adquisición al resto del grupo. El mismo día, la empresa de capital riesgo L Catterton ofreció comprar el 36% de Tod’s, propiedad de la familia Della Valle, antes de su exclusión de Bolsa.
El anuncio se produce a pesar de los intentos del Gobierno de Giorgia Meloni por hacer más atractiva la sede italiana. En toda Europa, las operaciones de adquisición de participaciones privadas ascendieron colectivamente a unos 33.000 millones de euros en 2023, y a más de 130.000 millones desde 2021, según datos de PitchBook. Mientras, las ofertas públicas de venta en Europa parecen tambalearse. El año pasado, las salidas a Bolsa europeas se redujeron un 20%, y sus 12.000 millones de recaudación representaron una caída anual del 32%, según EY.
Las salidas a Bolsa están bien, pero no si no se sustituye totalmente a los que se van. Alemania y Francia albergan, según datos de Crunchbase, menos de 70 unicornios, empresas que han superado los 1.000 millones de dólares de valoración en rondas de financiación privada. Esto supone solo el 5% de los más de 1.500 unicornios existentes, la mitad de los cuales tienen su sede en Estados Unidos. En un reciente discurso, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, lamentó que el mercado europeo esté subdesarrollado y que las startups europeas solo atraigan la mitad de la financiación que sus rivales estadounidenses.
Un problema más general es la liquidez relativamente escasa de los mercados europeos de renta variable. En parte, esto se debe a que la capitalización colectiva de los mercados de la Unión Europea a finales de 2023 era de solo 11 billones de euros, frente a los 45 billones de euros (49 billones de dólares) de EE UU. Pero, como también señaló Lagarde, Europa tiene tres veces más grupos bursátiles y 20 veces más proveedores de infraestructuras postnegociación que EE UU. Nuevos estudios financieros han descubierto una clara correlación entre el tamaño de un mercado de valores y su profundidad, actividad de OPV y liquidez.
Para solucionarlo, los Gobiernos europeos, empezando por los 20 países que comparten el euro, deben superar las barreras nacionales y reducir el número de centros europeos de cotización. El verdadero cambio sería permitir la unión de Euronext, que supervisa más de 6 billones de euros de liquidez en centros como París, Milán y Ámsterdam, y la alemana Deutsche Boerse, de 35.000 millones de euros. Se crearía así un centro de casi 10 billones, capaz de rivalizar en escala con los centros estadounidenses.
Para ello es necesario superar los problemas antimonopolio que han obstaculizado anteriores intentos de fusiones y adquisiciones a gran escala, como la fallida fusión de NYSE Euronext y Deutsche Boerse en 2012. También es necesario flexibilizar los controles nacionales sobre los centros de negociación, la supervisión de los mercados y las distintas normas en ámbitos como la insolvencia y la divulgación de información. Los Gobiernos de las capitales, desde Roma a París, han tendido a desviarse de esta tendencia en el pasado. Pero si siguen haciéndolo, será difícil atraer futuras grandes salidas a Bolsa.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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