‘Greenwashing’ eléctrico: no es oro todo lo que reluce

La futura Comisión Nacional de Energía debe tener los poderes necesarios para proteger de oficio a los consumidores de ofertas engañosas

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En septiembre de 2023, el Parlamento y el Consejo Europeos acordaron aprobar la prohibición de la publicidad engañosa sobre temáticas de sostenibilidad ambiental y mejorar la información de los diferentes productos que se traslada a los consumidores. Esta medida pertenece a la futura directiva de empoderamiento de los consumidores para la transición verde, en la que la Comisión reconoce que el 42% de las ofertas contienen falsedades y engaños, pudiendo constituir una práctica comercial ...

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En septiembre de 2023, el Parlamento y el Consejo Europeos acordaron aprobar la prohibición de la publicidad engañosa sobre temáticas de sostenibilidad ambiental y mejorar la información de los diferentes productos que se traslada a los consumidores. Esta medida pertenece a la futura directiva de empoderamiento de los consumidores para la transición verde, en la que la Comisión reconoce que el 42% de las ofertas contienen falsedades y engaños, pudiendo constituir una práctica comercial desleal.

Parece que se da por descontado que todos los consumidores tenemos la suficiente formación e información para que podamos seleccionar, con libertad y criterio racional, cuál es la oferta más adecuada para cubrir nuestras necesidades.

Esa es la teoría. En la práctica, ni la información ni la publicidad sobre la oferta de productos cumplen con los requisitos de comunicación clara y transparente. Tampoco tenemos la formación suficiente para discernir que las ofertas que recibimos tienen una base, no solo real, sino que responda a una apuesta saludable para el medio ambiente y para nosotros como consumidores.

Si nos fijamos en la configuración y en el alcance de las ofertas de un bien de primera necesidad como es la electricidad, podemos ver que distan mucho de cumplir las mínimas normas básicas de transparencia.

Las ofertas de electricidad se formulan a partir de la simplificación y de la posibilidad de decidir y elegir cuando queremos disponer de precios más atractivos, ahuyentando el miedo y no informando sobre las causas de los incrementos futuros, sin manifestación alguna de que quienes nos ofertan fueron los causantes y los máximos beneficiarios de estos incrementos. Así, obvian la lógica correspondencia entre los costes de la generación y el precio que nos cobran por la electricidad consumida. De hecho, el 34,4 % de los hogares afirma que tiene contratado el suministro eléctrico con el mismo precio de la electricidad en todas las horas (Panel de Hogares de la CNMC), oferta que va claramente en contra del fomento del consumo responsable y de la eficiencia energética, ya que si la señal de precio que nos trasladan carece de correspondencia con los costes originados, se dificulta la gestión de la demanda y el desplazamiento del consumo de las horas con menor disponibilidad de oferta de energía (coste más alto) a las de mayor disponibilidad, con coste más reducido, en un sistema en el que las fuentes renovables no gestionables van a ser la base del mix de generación.

Para la denominación de las ofertas de electricidad se utilizan términos y calificativos como: ¿cuándo quieres pagar menos?, elija periodos de precio cero, precio plano, tarifa estable, tarifa ahorro, tarifa fácil, tarifa única, relax, tranquilidad, a tu aire, ilumínate, ahorro permanente, no más subidas, por un invierno mejor, recibe dinero por cambiarte, oferta de descuentos solo a nuevos clientes, contrata la electricidad y obtén descuentos en la compra de combustibles, etc., cuando en realidad el kWh ofertado sigue siendo el mismo.

Estas ofertas a medio plazo son más caras que las que siguen el precio del mercado mayorista, entre las que está la tarifa regulada o PVPC, porque a los costes de la energía en origen hay que añadirles la estructuración financiera asumiendo la volatilidad del mercado y los costes de la campaña de publicidad, y el mayor margen de la comercializadora, como así lo ha reflejado en sus diferentes análisis la CNMC. Es decir, acabamos pagando más aunque tengamos la sensación de ser más baratas y de haber ganado en tranquilidad por no tener alteraciones en un precio previamente incrementado.

A pesar de las recomendaciones de la CNMC sobre las bondades de la tarifa regulada, en los dos últimos años más de un millón y medio de consumidores han optado por pasarse al mercado liberalizado, atraídos por las campañas de publicidad realizadas frente a la inestabilidad de precios. Las compañías se aprovechan, así que la mitad de los usuarios, según datos de la CNMC, todavía no sabe cuáles son las diferencias entre contratar en el mercado liberalizado o en el regulado, tanto en el caso de la electricidad como en el del gas natural. .

El greenwashing energético está retrasando y lastrando la transición energética porque los consumidores y los inversores reciben la falsa impresión de que se está dando prioridad a la producción de energía baja en carbono, cuando los intereses de negocio residen, abrumadoramente, en la producción de combustibles fósiles. El intento de blanqueo de la imagen de la compañía pretende mostrar el grado de preocupación y compromiso con nuestro bienestar y con el cuidado del medioambiente en el marco de una política de responsabilidad social corporativa pensada también como un instrumento más del plan de marketing.

Para la cobertura de nuestras necesidades energéticas recibimos continuamente ofertas que no solo tienen una publicidad engañosa, sino que, además, lo hacen con la mirada impasible de los diferentes estamentos públicos, fomentando así un modelo de consumo divergente con los compromisos de la lucha contra el cambio climático. Ni el desaparecido Ministerio de Consumo, ni el de Transición Ecológica, ni la CNMC… han considerado que deben actuar de oficio frente a la existencia de ofertas engañosas que van en contra de la Ley 11/2018, de los objetivos de la política del gobierno o de los compromisos adquiridos como miembros de la Unión Europea.

La Comisión Europea, a través de las directivas, tiene el firme propósito de proteger al consumidor frente a prácticas de greenwashing y esperamos que, a la futura Comisión Nacional de Energía (CNE) se le confieran los poderes y las aptitudes necesarias para proteger de oficio a los consumidores de ofertas engañosas de un bien esencial como es la electricidad.

Fernando Ferrando es presidente de Fundación Renovables

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