Luces y sombras en la percepción social de la industria en España

Hay un alto nivel de desconocimiento del sector por parte de la sociedad, lo cual influye en su valoración, pero también un gran interés por revertir esa situación

Fabián Simón (Europa Press)

Los que defendemos el papel clave de la industria en nuestra prosperidad, y en un reparto más equilibrado de la riqueza que se va creando, solemos destacar la importancia de trasladar a todas las personas estas ideas. Solo así irán calando y será el conjunto de la sociedad quien demande medidas de apoyo efectivo, una política industrial sólida y mantenida en el tiempo.

Nos faltaba quizá conocer mejor, con datos recientes, cuál es la situación actua...

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Los que defendemos el papel clave de la industria en nuestra prosperidad, y en un reparto más equilibrado de la riqueza que se va creando, solemos destacar la importancia de trasladar a todas las personas estas ideas. Solo así irán calando y será el conjunto de la sociedad quien demande medidas de apoyo efectivo, una política industrial sólida y mantenida en el tiempo.

Nos faltaba quizá conocer mejor, con datos recientes, cuál es la situación actual. Hasta qué punto esa creciente importancia de la industria para los países desarrollados, que en círculos técnicos se va consolidando, está llegando y se asume también por la ciudadanía.

Por eso son tan relevantes los resultados de la encuesta que acaba de publicar el Centro de Estrategia y Prospectiva Industrial de la EOI: La percepción social de la industria en España. Claves para entender y promover la Cultura Industrial. Más de 4.000 entrevistas a pie de calle, complementadas posteriormente con sesiones de contraste, son una muestra suficientemente representativa, que además permite obtener datos desagregados por edades, sexo, comunidades autónomas…

Un acierto de esta encuesta es haber introducido también un punto de referencia complementario. Además de preguntar al público, se ha querido también sondear la opinión de 25 personas expertas pertenecientes a entidades especializadas, para ver hasta qué punto había coincidencia entre las dos miradas.

Imposible recoger en estas líneas todas las conclusiones del estudio, que merece la pena leer con calma. Pero resumimos algunas de las principales luces y sombras que nos deja su lectura.

En el lado positivo, la mayor parte de las personas (73%) asumen que la industria es bastante o muy importante para la economía, e incluso un porcentaje mayor (89%), piensan que las crisis económicas tendrían un impacto menor si la industria fuera más fuerte. Son buenas noticias, que además coinciden plenamente con la opinión de las personas expertas consultadas.

También existe mucha coincidencia entre los dos colectivos (sociedad en general, y entidades especializadas), en la opinión de que debería haber más información sobre la industria en los medios de comunicación (más del 90%), y en que estamos por debajo de la media europea en industrialización (más del 70%), y deberíamos hacer más por apoyarla.

En el lado negativo, la mitad de las personas encuestadas no ven a la industria española como innovadora (aunque sí la reconocen como de alta calidad), y la mayor parte consideran que debería hacer más en la lucha contra el cambio climático y en la oferta de mejores empleos. En estas tres preguntas se aleja mucho la respuesta experta de la respuesta de la calle.

Un dato particularmente preocupante es que el 46% de los menores de 30 años (sube al 49% en el caso de personas con estudios superiores), afirman que no les gustaría tener un empleo en la industria (el dato es ligeramente mejor en el caso de hombres). El propio estudio reconoce que la valoración del empleo industrial es la brecha más marcada entre el sector industrial y la población general.

También se aprecia un fuerte sesgo geográfico. En las regiones españolas donde se implantó tejido industrial sigue habiendo una cultura industrial muy importante, y son las que siguen manteniendo el tejido industrial. Esa polarización puede ser una peculiaridad en relación con otros países europeos que tienen una mayor uniformidad.

Muchos datos, en los que es preciso profundizar. Los resultados del trabajo ponen de manifiesto un alto nivel de desconocimiento del sector por parte de la sociedad, lo cual influye en la valoración de la industria. Como contrapartida, la respuesta de la sociedad hacia un cambio en esta situación, reconociendo el interés en acceder a una mayor información sobre la industria, es abrumadoramente positiva, como hemos visto. Los resultados también indican que los grupos sobre los que se debería incidir son: el colectivo femenino, los jóvenes, el grupo con estudios básicos o sin estudios y las personas sin relación con el sector (que son las que se autoatribuyen un desconocimiento mayor).

En esta línea, merecería especial atención el colectivo de personas jóvenes, menores de 30 años, por el potencial de capital humano que representan para el relevo generacional de la industria. Necesitamos personas jóvenes, talento nuevo, que se ilusionen con el futuro de nuestra industria y nos ayuden a transformarla. Necesitamos que ayuden a cerrar esa brecha entre la industria contaminante del pasado, y la industria del futuro que no solo sea sostenible, sino que incluso ayude a regenerar y revertir los daños causados en el pasado, y que la sociedad todavía no ha olvidado.

En los últimos años, ha habido importantes avances en consolidar las políticas clave (como el Pacto de Estado por la Industria aprobado por el Foro de Alto Nivel), pero es muy importante mantener esta senda ya iniciada, y aprobar una Ley de Industria moderna, o completar la reflexión iniciada sobre nuestra Soberanía Tecnológica (y pasar de las musas al teatro para conseguir en la práctica una mayor autonomía estratégica en industrias clave).

El desarrollo de sectores como el aeroespacial han demostrado la importancia que tiene la colaboración de lo público y lo privado, y también los excelentes resultados que se pueden conseguir… Pero todo ello requiere, en última instancia, de un decidido apoyo social a estas políticas.

Mucho trabajo por delante, sobre el que tenemos decidida voluntad de seguir poniendo nuestro granito de arena, en temas relacionados con la reindustrialización y sus profundas conexiones con el resto de los asuntos del sector. Como decía acertadamente la Vicepresidenta del Grupo Antolín en la presentación del estudio: “La industria es cosa de todas las personas”.

Grupo de Reflexión de Ametic

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