La apuesta japonesa de Buffett, y los drones que quieren volar por libre
Invertir en el país asiático se va generalizando
Berkshire Hathaway, el holding de Warren Buffett y Charlie Munger, acumula un récord de 157.000 millones de dólares en efectivo. Es una señal más que evidente de que no ven oportunidades interesantes en el mercado, y de que consideran que podría haberlas relativamente pronto, si una recesión potenciada por el elevado apalancamiento de los hogares y las empresas estadounidenses acaba reflejándose en las cotizaciones bursátiles.
Buffett sorprendió en 2020 invirtiendo en grandes conglomerados industriales y financieros japoneses, y luego ha seguido ampliando su cartera en el país. ...
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Berkshire Hathaway, el holding de Warren Buffett y Charlie Munger, acumula un récord de 157.000 millones de dólares en efectivo. Es una señal más que evidente de que no ven oportunidades interesantes en el mercado, y de que consideran que podría haberlas relativamente pronto, si una recesión potenciada por el elevado apalancamiento de los hogares y las empresas estadounidenses acaba reflejándose en las cotizaciones bursátiles.
Buffett sorprendió en 2020 invirtiendo en grandes conglomerados industriales y financieros japoneses, y luego ha seguido ampliando su cartera en el país. Ya no hay que ser un connoiseur para apostar por los valores de la isla del Pacífico, aunque sigue exigiendo cierto esfuerzo conocer su idiosincrasia. Las compañías niponas han mejorado mucho en gobernanza y en asignación del capital. Ya se adaptaron a los tiempos del proteccionismo y de la segurinomía, para que sus cadenas de suministro no dependan tanto de otros países, una crisis que atraviesan ahora las empresas de Europa y EE UU. Y saben que de la deflación y del envejecimiento poblacional se sale.
Los distintos tipos de contratos han ido convergiendo entre sí
Un estudio de Randstad Research Institute señala que el 70% de los nuevos contratos indefinidos no llegan al año de duración, frente al 40% anterior a la reforma laboral. La patronal Foment del Treball cree que solo ha servido para camuflar la temporalidad en forma de fijos discontinuos. Más allá de los datos concretos, es verdad que el fijo discontinuo tiene un carácter mediopensionista que puede usarse para interpretar las estadísticas al gusto del consumidor; y, sobre todo, que las condiciones de despido de los indefinidos se han ido suavizando con los años, y que ya no hay tanta diferencia con echar a un temporal.
BlackRock desconfía de la incertidumbre accionarial de Telefónica
BlackRock ha elevado su posición bajista sobre Telefónica hasta el 0,62%, ante la incertidumbre en torno al accionariado de la compañía de telecomunicaciones. La entrada de la operadora saudí STC y los rumores de que el Estado vuelva al capital a través de la SEPI pueden alterar drásticamente el statu quo de la compañía y la composición de su consejo.
Siempre ha sido considerada una empresa estratégica desde el punto de vista político, por lo que nunca ha actuado al margen de los intereses del Estado español; pero la presencia de una empresa de Arabia Saudí y el posible contrapeso nacional pueden resultar incómodos para los accionistas privados. A eso apuesta BlackRock, que cree que el mercado castigará al valor.
La frase del día
“Introduciremos una legislación de servicios mínimos para el tren, las ambulancias o las fronteras. Estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para impedir que los sindicatos desbaraten la Navidad a millones de personas”
Rishi Sunak, primer ministro británico
Drones para enviar pedidos en 30 minutos... ¿sin supervisión humana?
Parece increíble que, habiendo decenas de miles de vuelos cada día, los aviones no choquen entre ellos. Es verdad que el cielo es muy amplio, pero también que hay un complejo sistema de control que lo impide, y que requiere que pilotos humanos supervisen los trayectos. El transporte de objetos mediante drones está aún en los albores, y por ahora es obligatorio que haya una persona al tanto, pero Amazon quiere que se elimine ese requerimiento para reducir costes, y que la fórmula, que ahora le cuesta 60 dólares por envío, le sea rentable. Sigue pareciendo propio de la ciencia-ficción, casi como el coche autónomo, del que también se lleva años hablando como algo inminente. Cabe preguntarse, por lo demás, si para muchos de esos pedidos hace falta tanta prisa.
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