Biden, la IA y la trampa de las criptos
Se corre el riesgo de que se aplique una normativa tan poco sistemática como la de las monedas virtuales, pero con un riesgo mucho mayor
Hará falta algo más que la pluma de un presidente para resolver el problema de la IA. El lunes, Joe Biden firmó un decreto que establece los límites regulatorios de una tecnología que parece destinada a cambiar la humanidad. Pero el Congreso debe llenar un gran vacío. Si no, se corre el riesgo de que se aplique una normativa tan poco sistemática como la de las criptos, pero con un riesgo mucho mayor.
La IA conlleva enormes riesgos, desde los deepfakes que imitan el rostro de una persona hasta las amenazas a la seguridad nacional. El anuncio cierra en parte la brecha normativa ent...
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Hará falta algo más que la pluma de un presidente para resolver el problema de la IA. El lunes, Joe Biden firmó un decreto que establece los límites regulatorios de una tecnología que parece destinada a cambiar la humanidad. Pero el Congreso debe llenar un gran vacío. Si no, se corre el riesgo de que se aplique una normativa tan poco sistemática como la de las criptos, pero con un riesgo mucho mayor.
La IA conlleva enormes riesgos, desde los deepfakes que imitan el rostro de una persona hasta las amenazas a la seguridad nacional. El anuncio cierra en parte la brecha normativa entre EE UU y sus homólogos. La UE ya aprobó en junio un proyecto de ley que prohibía el uso de la IA en la vigilancia biométrica. Por su parte, la Administración del Ciberespacio china presentó en abril una propuesta que obliga a las plataformas de IA a cumplir las estrictas leyes de censura del país.
La decisión de Biden atraerá inevitablemente el escrutinio, pero también deja a los tecnólogos conjeturando mientras el sector implora una norma. Sam Altman, cofundador de OpenAI, llegó a pedir a principios de año la creación de un régimen de licencias para los modelos más potentes. Y aunque la orden de Biden fija 90 plazos para que las agencias federales tomen medidas, no establece normas específicas que regulen la tecnología de fondo.
Sin un enfoque meditado, la hostilidad refleja de agencias dispares puede obstaculizar el desarrollo de la IA en el país que nutrió a sus primeros líderes, como OpenAI y Anthropic. Véanse las criptos. La SEC ha optado sobre todo por demandas puntuales en vez de establecer normas de circulación. La industria podría haberse hundido igualmente. Pero ahora, debido a la falta de claridad, algunas empresas están considerando dejar EE UU. El capital riesgo Andreessen Horowitz ha abierto su primera sucursal internacional en Londres: alega que allí hay menos obstáculos para una legislación consistente sobre criptos.
Si las tecnologías importantes se trasladan fuera de EE UU, el país pierde la opción de dirigir el desarrollo. Eso amenaza a personas reales: la IA podría sustituir hasta 2,4 millones de empleos en EE UU para 2030, según Forrester, lo suficiente como para elevar el paro del 3,8% actual al 5,2%. Dormirse al volante no es una opción.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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