La SEC adopta una estrategia reactiva con las criptomonedas
El organismo ha multado a la plataforma Kraken, pero no ha aclarado cómo aplicar la legislación al sector en general
Gary Gensler se ha tomado en serio lo de atar en corto a las criptomonedas. El organismo que preside, la Comisión del Mercado de Valores estadounidense (SEC por sus siglas en inglés), ha impuesto una multa de 30 millones de dólares a la empresa de criptodivisas Kraken y ha obligado al cierre de uno de sus servicios tras una intervención en la que alega que la empresa estaba infringiendo las leyes sobre valores. La pega es que la SEC no ha mostrado un criterio claro o coherente sobre cómo la legislación sobre valores tendría que aplicarse al negocio de las criptomonedas en sentido amplio.
Este nuevo sector tiene muchos problemas que requieren vigilancia. En este caso concreto, la SEC no ve con buenos ojos el llamado servicio de staking o fijación de participaciones de Kraken, concretamente la parte que almacena las criptodivisas y ayuda a validar las transacciones en la cadena de bloques. Parte del negocio va de la mano de un servicio que genera intereses, gracias a lo cual empresas como Kraken se quedan con una parte de la rentabilidad que los inversores obtienen de sus activos digitales, o tokens, almacenados Tal vez sea lo mismo que hace un banco, pero a las empresas que proveen este servicio no se les ha exigido que comuniquen el modo exacto en que operan.
A grandes rasgos, la SEC ha evitado declarar que las criptomonedas en sentido general son valores. Gensler da un paso en este sentido en un vídeo publicado el pasado jueves. En él afirma que es irrelevante si un servicio consiste en “dar préstamos” o en “fijar participaciones”; debe someterse a las leyes sobre valores. Pero implantar este criterio ha sido una imposición, no una regulación, y la imposición reactiva no es la manera en que la SEC opera con otras nuevas reglas aplicables al mercado de valores. En esas reglas, la SEC lanza sus propuestas a la arena pública para recibir comentarios sobre el tema y así dar forma a las directrices que está elaborando para los creadores de mercado.
La Comisaria de la SEC, Hester Peirce, manifestó en su voto particular que la decisión de Gensler era “paternalista y perezosa”. Peirce tiene su parte de razón. Ha sido repentina, y el golpe deja a las empresas de criptomonedas en la situación de tener que adivinar qué será lo siguiente. Al menos en Estados Unidos, eso podría paralizar el negocio.
Pero paralizar el negocio tampoco es la solución. El consejero delegado a escala mundial de Coinbase, Brian Armstrong, señalaba en Twitter que apretar las tuercas de esta manera podría simplemente obligar a las empresas de criptomonedas a domiciliarse en paraísos fiscales. Eso haría aún más difícil para la SEC ocuparse de las partes oscuras del sector. Tal vez no sea una consecuencia buscada, pero se podría evitar si las normativas se aplicasen de una manera más concienzuda.