El gas israelí, de ayuda a contratiempo
Pretendía enviar 15,5 bcm anuales a Europa, pero el conflicto puede retrasarlo
El problema del gas en Europa es mucho más leve que en 2022, cuando los precios alcanzaron una media de 133 euros por MWh. Pese a un alza del 25% desde los atentados de Hamás del día 7 –también alimentado por los conflictos laborales en Australia y un posible sabotaje en los gasoductos fineses–, los precios siguen en solo 50 euros. Los almacenes europeos están llenos, y el consumo sigue un 15% por debajo del nivel precrisi...
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El problema del gas en Europa es mucho más leve que en 2022, cuando los precios alcanzaron una media de 133 euros por MWh. Pese a un alza del 25% desde los atentados de Hamás del día 7 –también alimentado por los conflictos laborales en Australia y un posible sabotaje en los gasoductos fineses–, los precios siguen en solo 50 euros. Los almacenes europeos están llenos, y el consumo sigue un 15% por debajo del nivel precrisis.
Pero antes de la pandemia los precios eran de solo 18 euros. Antes de los atentados, se consideraba Israel como una forma obvia de sustituir parte de los 155.000 millones de metros cúbicos (155 bcm) de gas exportados a Europa desde Rusia en 2021 (un tercio del consumo del bloque). El ex primer ministro israelí Yair Lapid aseguró en 2022 que su país podría suministrar el 10% de eso “en un futuro próximo”. Los analistas del israelí Bank Leumi estimaron que las exportaciones ascenderían al menos a 11 bcm este año.
No ha llegado ese momento. En 2022, las reservas israelíes, de 1.087 bcm, produjeron 21 bcm, de los que se exportaron 9: se doblaron los envíos a su principal mercado, Egipto. Ello permitió a este reexportar 6 bcm a Europa. El apoyo de Bruselas abre la perspectiva de que Israel pueda construir su propia infraestructura de exportación. Pero la guerra podría frenar tanto eso como el camino hacia enviar 15,5 bcm anuales a Europa.
El conflicto también complica una interesante operación corporativa geopolítica. En marzo, la estatal emiratí Adnoc presentó con BP una oferta conjunta de 2.000 millones de dólares para adquirir la mitad del productor israelí de gas NewMed, que tiene un 45% en Leviatán, el mayor yacimiento del país. Tras los acuerdos entre Israel y EAU de 2020, tiene un significado más amplio. La acción de NewMed ha caído un 20% desde el día 7, aunque Leviatán sigue operativo. BP ha reafirmado su interés, pero el papel de Adnoc puede resultar más delicado. Dado que NewMed seguirá perteneciendo en un 50% al grupo israelí Delek, una compra permitiría que el dinero árabe diera dividendos a los inversores israelíes.
A menos que haya desconexiones de mayor envergadura, es probable que Europa pueda capear el invierno. Y la declaración de EAU sobre los atentados fue más comedida que la de sus vecinos. Aun así, el gas israelí ha pasado de ser una ayuda a un posible quebradero de cabeza.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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