Tirar del ahorro y los depósitos para llegar a fin de mes

La creciente vulnerabilidad de las familias inquieta e invita a concentrar en ello la acción de gobierno.

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital en funciones, Nadia Calviño.Raúl Caro (EFE)

Crecen las señales de alarma sobre las dificultades que atraviesan las familias para llegar a final de mes. Según los datos publicados ayer por el Banco de España, los hogares retiraron de las entidades financieras 18.648 millones de euros entre enero y julio de este año, el equivalente al 1,89% de los depósitos que tenían a comienzos del ejercicio. Un dato que se conoce después de que el servicio de estudios del propio supervisor advirtiera en su informe de julio que 1,6 millones de unidades familiares ya no pueden siquiera afrontar con sus sueldos las facturas mensuales de los servicios básicos.

El primer factor que explica este fenómeno es el continuado drenaje en los salarios que ha provocado la inflación, un impuesto silencioso que afecta sin concesiones al día a día de las familias y golpea con más saña a aquellas que menos ingresos obtienen. Son ya demasiados meses con el precio de los alimentos disparado, en parte como resultado de los efectos de segunda ronda derivados de la escalada del coste de la energía tras la invasión rusa de Ucrania. El hecho cierto de que no sea un problema exclusivo de España no parece suficiente consuelo para quienes tienen que afrontar una cuesta de septiembre con indicadores como el gas, la luz, los carburantes y el euríbor de nuevo en clave alcista. No es de extrañar que, en este escenario, las economías domésticas hayan tirado de ahorros.

En segundo término, tampoco cabe despreciar el impacto de la política de remuneración del pasivo de las grandes entidades financieras, que, pese a las continuadas recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE) y las veladas advertencias del Ministerio de Asuntos Económicos, se resisten como gato panza arriba a remunerar el ahorro a plazo. Una estrategia adoptada a pesar de que, en apenas un año, los tipos han pasado de cero a superar el 4%, evolución que los bancos sí han trasladado a las hipotecas por la vía del euríbor, con la consiguiente repercusión en sus márgenes.

Por mucho que la morosidad no se encuentre en niveles preocupantes, que la velocidad de crucero de la economía española sea reseñable y que la creación de empleo haya aguantado contra viento y marea, el nuevo Ejecutivo no debe ignorar los síntomas. En poco tiempo, la sociedad española ha afrontado diferentes crisis cuya magnitud ha erosionado sin remedio a las clases medias. La creciente vulnerabilidad de las familias inquieta e invita a concentrar en ello la acción de gobierno.

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