El riesgo de huelga en el gas australiano no es alto... por ahora

El principio de acuerdo entre trabajadores y empresa aleja la posibilidad de un parón que podría disparar los precios

Puesto de Woodside Energy en la World Gas Conference 2022, en Daegu (Corea del Sur).FLORENCE TAN (REUTERS)

Es comprensible que los operadores estén atentos a posibles amenazas al suministro mundial de gas natural licuado. Desde mediados de 2021, el aumento vertiginoso de la demanda, las interrupciones inesperadas de la producción y la invasión rusa de Ucrania culminaron en una escalada de los precios. El contrato de gas holandés de referencia (TTF, Facilidad de Transferencia de Títulos) a un mes se disparó por encima de los 300 euros por megavatio hora hace un año, lo que suponía multiplicar por 40 el precio en dos años. El último riesgo en forma de posible huelga en algunas instalaciones australia...

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Es comprensible que los operadores estén atentos a posibles amenazas al suministro mundial de gas natural licuado. Desde mediados de 2021, el aumento vertiginoso de la demanda, las interrupciones inesperadas de la producción y la invasión rusa de Ucrania culminaron en una escalada de los precios. El contrato de gas holandés de referencia (TTF, Facilidad de Transferencia de Títulos) a un mes se disparó por encima de los 300 euros por megavatio hora hace un año, lo que suponía multiplicar por 40 el precio en dos años. El último riesgo en forma de posible huelga en algunas instalaciones australianas clave carece de la misma fuerza.

El TTF ha subido hasta un 41% desde el día 9. Fue entonces cuando unos 180 trabajadores sindicados de tres plataformas operadas por Woodside Energy frente a la costa de Australia Occidental votaron por primera vez a favor de la huelga si fracasaban las negociaciones para garantizarles mejores condiciones; las dos partes llegaron a un acuerdo provisional ayer, un día después del plazo impuesto por el sindicato. Si los trabajadores ratifican el acuerdo, se evitará la huelga, prevista para el 2 de septiembre.

Las plataformas de Woodside forman parte de North West Shelf, un proyecto de perforación en alta mar que pertenece en un tercio a la empresa australiana. BP, Chevron, Shell y una empresa conjunta de Mitsubishi y Mitsui & Co también son propietarias. Otros 400 trabajadores más de instalaciones gestionadas por Chevron en la misma zona deben votar también si hacen un parón.

Según RBC Capital Markets, entre las dos plantas suman alrededor del 11% del suministro mundial de GNL. En un mercado tenso y con una demanda creciente de un combustible fósil considerado clave para la transición hacia las energías renovables, perder esa cuota sería un problema: China y Japón, por ejemplo, compraron alrededor del 60% del gas producido en Australia en el primer semestre del año, según Rystad Energy. Si los países europeos también sufrieran escasez, podrían acabar compitiendo con los asiáticos por el tercio aproximado del GNL producido que no se vende en contratos a largo plazo, lo que dispararía los precios.

Sin embargo, las reservas de este combustible fósil en la Unión Europea rondan ya el 92% de su capacidad. Esto supone casi el doble que hace dos años y supera el 63% de julio del año pasado, justo antes de que los precios alcanzaran su punto máximo; la abundancia de reservas se debe en gran medida a un invierno suave y a las medidas de eficiencia impuestas por la UE, que han reducido la demanda. El almacenamiento en Asia también se encuentra en niveles aceptables, y es probable que los problemas económicos de China también suavicen su demanda. En cualquier caso, las tres plataformas de Woodside tendrían que cerrarse por completo durante un mes para afectar a los precios, dice la firma de previsiones RBAC.

Siempre es posible que se produzcan interrupciones prolongadas. El año pasado, los trabajadores de una planta de Shell en Australia bajaron los brazos durante 76 días por otro conflicto. Sin embargo, un temor real a una crisis de la oferta haría subir mucho los precios y debería hacer que la industria se esforzara por apaciguar a sus trabajadores en lugar de dejar que las negociaciones se calienten y lleguen hasta el final. Por el momento, los mercados están librando con pereza una vieja guerra.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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