Consecuencias y riesgos de no contratar una garantía de alquiler
Es importante entender este mercado como un tablero en el que todas las partes puedan convivir en armonía y sin conflictos
El mercado del alquiler residencial o comercial es una opción común tanto para propietarios como para inquilinos en busca de un hogar. Dada la dificultad para adquirir una vivienda propia o un espacio para desarrollar su actividad económica, son muchas las personas que ven en el alquiler una posibilidad de adaptarse mejor a los cambios económicos e incluso de movilidad, posponiendo así la elección de compra.
Prueba de ello son los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en el último Censo de Población y Viviendas, que revela una caída de las viviendas en propiedad en los últim...
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El mercado del alquiler residencial o comercial es una opción común tanto para propietarios como para inquilinos en busca de un hogar. Dada la dificultad para adquirir una vivienda propia o un espacio para desarrollar su actividad económica, son muchas las personas que ven en el alquiler una posibilidad de adaptarse mejor a los cambios económicos e incluso de movilidad, posponiendo así la elección de compra.
Prueba de ello son los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en el último Censo de Población y Viviendas, que revela una caída de las viviendas en propiedad en los últimos años. Si bien en 2021 el 75,5% de los hogares tenía su vivienda en propiedad frente a un 16,1% que vivían en alquiler, se ha registrado una caída en los últimos años, ya que en España el volumen de propietarios se ha reducido en más de cuatro puntos porcentuales y el de arrendatarios ha aumentado en casi 14. Por lo tanto, ante este escenario es muy importante crear un entorno que satisfaga a todas las partes involucradas, tanto al inquilino como al propietario.
En España, uno de los principales temores de los propietarios es sufrir impagos o daños en la vivienda, por las dificultades para resarcirse económicamente de estos perjuicios. Sin embargo, existe un aspecto crucial que a menudo se pasa por alto: contar con una garantía de pago. Muchos propietarios de viviendas ignoran la importancia de contar con una garantía de pago adecuada, exponiéndose así a una serie de riesgos y complicaciones financieras que podrían afectar negativamente a su estabilidad o inversión.
Uno de los riesgos más significativos debido a la ausencia de una garantía de pago en el contrato de arrendamiento es la posibilidad de impago por parte de los inquilinos. En caso de que el inquilino no cumpla con sus obligaciones de pago mensual, el propietario se enfrenta a dificultades para cubrir los diversos gastos asociados a la propiedad, tales como la hipoteca, el mantenimiento, los impuestos y los servicios públicos. Esta falta de ingresos regulares puede generar una situación financiera complicada y comprometer la estabilidad económica del propietario. En el caso de que esto ocurra, las compañías de garantías para el alquiler pagan al propietario y acuerdan con el inquilino un cronograma de pago que le permita ponerse al día con sus finanzas y no tener que abandonar la vivienda.
En cuanto a los problemas de flujo de efectivo, ante la falta de respaldo jurídico sólido, los propietarios pueden enfrentarse a dificultades para reclamar los pagos pendientes y pueden incurrir en costos legales considerables al intentar recuperar el dinero adeudado. Además, la falta de una garantía de pago puede dificultar la resolución de otros asuntos legales, como desalojos o violaciones de los términos del contrato, lo cual prolonga los problemas y afecta negativamente a la relación entre propietarios e inquilinos.
Otro factor importante a considerar es la protección de la propiedad. Sin una garantía de pago, los propietarios corren un mayor riesgo de sufrir daños en sus propiedades debido a la negligencia de los inquilinos. Si un inquilino no cumple con sus responsabilidades de mantenimiento o causa daños en la propiedad, el propietario puede encontrarse en la situación de tener que cubrir los costes de reparación o renovación sin un respaldo financiero sólido. Esto no solo representa una carga económica, sino que también puede afectar a la rentabilidad a largo plazo de la inversión en el alquiler residencial.
Además, es fundamental que los propietarios comprendan la importancia de proteger sus ingresos y salvar sus inversiones a través de una garantía de pago sólida y confiable. Al invertir en una garantía de pago adecuada, los propietarios pueden proteger sus intereses, asegurar un flujo de efectivo constante y reducir al máximo los riesgos asociados con el alquiler.
En relación con esto, es importante destacar el papel de los pequeños propietarios a nivel social y económico. Estos ciudadanos son personas comunes que han invertido sus ahorros y esfuerzos en adquirir y mantener propiedades, y que contribuyen a la diversidad y vitalidad del mercado inmobiliario. Por ello, reconocer y apoyar a estos propietarios es esencial para garantizar una sociedad equitativa y próspera. En este sentido, para un pequeño propietario el alquiler puede representar una parte significativa de sus ingresos, y contar con una garantía de alquiler ayuda a reducir el riesgo de pérdidas financieras en caso de que surjan problemas con el inquilino.
Creemos que la tranquilidad y la estabilidad financiera a largo plazo valen la inversión inicial en una garantía de pago confiable. La inclusión de una garantía de pago adecuada en los contratos de alquiler es una medida inteligente que evita posibles problemas financieros y promueve una relación de confianza en el mercado del alquiler. Esto ayuda a dinamizar el mercado, dando tranquilidad y seguridad a los propietarios para que los pisos de alquiler puedan ofrecerse en el mercado sin dificultades. Así, consideramos que es importante entender el mercado de arrendamiento como un tablero en el cual todas las partes implicadas puedan convivir en armonía, sin que exista un conflicto entre propietarios e inquilinos.
Jesús Pérez es director comercial de Finaer
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