India puede apuntar más bajo con los chips

Si apuesta por hacer modelos menos avanzados puede quitarle cuota de mercado a China y Taiwán

El primer ministro indio, Narendra Modi, haciendo Yoga en Nueva York el 21 de junio pasado.DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)

Los sueños de India en materia de chips afrontan una dura realidad. Tras luchar por atraer a fabricantes punteros como TSMC, es posible que tenga que conformarse con hacer chips menos avanzados. Pero aun así, podría ser rentable.

El primer ministro, Narendra Modi, quiere “marcar el comienzo de una nueva era en la fabricación de productos electrónicos” convirtiendo el país en una potencia en hacer chips. Hasta ahora, Nueva Delhi ha ofrecido 10.000 millones de dólares en subvenciones, pero apenas ha logrado nada. La empresa conjunta de 19.500 millones del grupo minero Vedanta con Foxconn,...

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Los sueños de India en materia de chips afrontan una dura realidad. Tras luchar por atraer a fabricantes punteros como TSMC, es posible que tenga que conformarse con hacer chips menos avanzados. Pero aun así, podría ser rentable.

El primer ministro, Narendra Modi, quiere “marcar el comienzo de una nueva era en la fabricación de productos electrónicos” convirtiendo el país en una potencia en hacer chips. Hasta ahora, Nueva Delhi ha ofrecido 10.000 millones de dólares en subvenciones, pero apenas ha logrado nada. La empresa conjunta de 19.500 millones del grupo minero Vedanta con Foxconn, proveedor del iPhone, se ha estancado; los planes para otra planta de 3.000 millones parecen en el limbo.

En una pequeña victoria para el Gobierno, Micron (EE UU) anunció el 28 de junio que invertirá 825 millones en su primera planta en el país, en Gujarat, el estado natal de Modi, aunque se usarán para probar y empaquetar chips, en vez de fabricarlos. Aun así, podría allanar el camino para que el país se introduzca en el mercado del ensamblaje, empaquetado y ensayo de chips, ahora dominado por firmas como ASE (Taiwán) y JCET (China). No es tan lucrativo como hacerlos o diseñarlos, pero se prevé que las ventas mundiales alcancen los 50.900 millones en 2028, según Zion Market Research.

Hacer chips menos avanzados ofrece una oportunidad aún mayor. Hace poco, India amplió los incentivos fiscales para hacerlos en el país. Es una parte del mercado mucho más comoditizada, pero hay mucho en juego. Los chips analógicos, por ejemplo, son vitales para los coches eléctricos y los smartphones. En 2022, las ventas crecieron un quinto, hasta los 89.000 millones, según la Asociación de la Industria de Semiconductores, por encima del crecimiento de los chips de memoria, de lógica y otros tipos.

La mayoría de los chips menos avanzados se hacen en Taiwán y China. Por eso, las crecientes tensiones geopolíticas entre Washington y Pekín, así como el temor a una guerra en Taiwán, harán de India una alternativa atractiva para empresas especializadas en este segmento, como GlobalFoundries (EE UU). El auge de la demanda interna es otro factor: se prevé que el mercado indio alcance los 64.000 millones en 2026, frente a los apenas 23.000 millones de 2019.

Apuntar más bajo podría ser justo lo que necesita India.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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