Los efectos de vincular los salarios a los beneficios y el Erasmus de Renfe

Las propuestas de Yolanda Díaz pueden tener efectos inesperados

Billetes de 20 euros.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, a la sazón flamante líder de la nueva alianza de izquierdas Sumar, planteó ayer en el foro por el 45º Aniversario de Cinco Días varias propuestas fiscales, en la línea habitual de aumentar los impuestos a los más ricos y a las empresas. Lo más significativo es su sugerencia, que en realidad ya había anunciado su colega Nadia Calviño, de crear un observatorio de márgenes corporativos que sirva de guía para la revaloración de los salarios. Aunque ella lo plantee como una reivindicación de los trabajadores, lo cierto es que vincular los sueldos con la productividad es una asignatura pendiente de la economía española, y que puede tener resultados opuestos cuando los beneficios empresariales se hunden: es lo que ocurrió durante la pandemia, pero entonces a Díaz no le inquietó que los sueldos se mantuvieran.

La rigidez del mercado laboral español es crónica, pero si se mantiene así es porque ni empresarios ni asalariados tienen demasiado claro que la alternativa les beneficie con claridad. Hay que tener cuidado con lo que se desea.

El mercado británico de telecos ya no da para más fusiones

Vodafone ha conseguido por fin la tan ansiada fusión, en este caso en Reino Unido, y con Three, propiedad de CK Hutchison. El mercado del país queda, pues, concentrado en tres grandes operadoras: BT, Virgin Media O2 (de Telefónica y Liberty), y la nueva combinación. Los supervisores tardarán en darle el visto bueno, pero la tendencia a la concentración es inexorable en Europa en general. Vodafone gana tiempo, pero tendrá que seguir buscando ventas parciales y posibles uniones para sacar adelante un negocio con muchos problemas. En Reino Unido, en cualquier caso, ya no caben más fusiones.

Renfe se va a Francia de Erasmus (aunque la idea es quedarse)

Para un usuario español del AVE, ver cómo Renfe lanza sus nuevos recorridos en Francia a nueve euros puede provocar cierta envidia; pero si lo piensa dos veces, se dará cuenta de que Ouigo, de la francesa SNCF, ha aplicado una política de descuentos similar en su estreno en España. Son políticas comerciales comprensibles cuando se trata de dar a conocer nuevos servicios, en un sector cuyos usuarios pueden estar resignados a lo conocido. La duda que surge es si la web de Renfe para los usuarios franceses les pondrá tantas trabas como la española, en cuyo caso las posibilidades de captar cuota de mercado se reducirían notablemente.

La experiencia no dejará indiferente a la operadora española, como bien saben los estudiantes que se van de Erasmus. Aunque la idea es quedarse.

La frase del día

“Ha quedado claro que nos faltan muchas cosas: munición de alta precisión, comunicaciones, aviones no tripulados. Las tenemos, pero en poca cantidad”

Vladimir Putin, presidente de Rusia

La sequía, el factor con el que no contaba el Gobierno en sus cálculos

Si la inflación influye algo o mucho en los resultados electorales (como probablemente sepa la mayoría de los ciudadanos, pero al parecer no los políticos), la sequía que sufre –especialmente– España tendrá también influencia indirecta en el voto. Un obstáculo más para los objetivos del Gobierno, que es el que paga los platos rotos de todo lo que va mal, aunque su responsabilidad sea solo relativa.

El Ejecutivo, precisamente, calculaba que los precios de los alimentos empezarían antes a moderarse, pero los cultivos se han resentido de la falta de lluvias, que se ha sumado a la guerra y a la resaca del ahorro pandémico. Con suerte, el agua que ha caído recientemente, aunque casi homeopática, puede cambiar las tornas en unos meses. ¿Se arrepentirá Pedro Sánchez de adelantar las generales?

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