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Wall Street frustra el intento del Ibex 35 de consolidar los 17.000 puntos

El selectivo español aguanta el tipo y se anota un 1% en la semana pese a la corrección de Broadcom y Oracle

Los nervios están a flor de piel y, con unas valoraciones tan exigentes, cualquier tropiezo es duramente castigado por los inversores. A pesar de las dudas que sigue generando la inteligencia artificial, las rebajas de tipos de la Reserva Federal han ayudado esta semana a amortiguar el golpe de nombres como Oracle o Broadcom. La tentación de seguir arañando rentabilidad es demasiado fuerte ahora que el ruido político se ha atenuado y el mercado avanza de nuevo por pura inercia alcista. Las incógnitas persisten —desde la política monetaria hasta la geopolítica—, pero mientras la ventana de oportunidad permanezca abierta, los inversores prefieren aprovecharla y dejar las dudas para más adelante.

El Ibex 35, impulsado en las últimas jornadas por los pesos pesados del índice –la banca e Inditex–, sigue derribando resistencias. Desde que a finales de octubre rebasara los máximos de 2007, el selectivo no ha dejado de batir récords semana tras semana El miedo a quedarse fuera, las perspectivas macroeconómicas más favorables, la escasa exposición al sector tecnológico y la solidez de los resultados han permitido que en 13 de las últimas 15 sesiones el índice haya cerrado en positivo. Aunque en la recta final de la semana las caídas de Wall Street aguaron la fiesta, el selectivo español limitó sus recortes al 0,17% el viernes y avanza un 1% en las cinco últimas jornadas. El reto para los próximos días será consolidar la barrera de los 17.000 puntos, cota que llegó a tocar antes de que la apertura bajista de la Bolsa estadounidense.

Las últimas semanas del año suelen ser propicias para los activos de riesgo. Es lo que en la jerga financiera se conoce como rally de Navidad, un periodo en el que los gestores aceleran los ajustes de cartera con la vista puesta en el nuevo ejercicio. Este fenómeno, que se ha producido con una probabilidad superior al 75% desde 1945, tiende a surgir con más facilidad en años de avances moderados que en ejercicios de fuertes ganancias como el actual. Aun así, los gestores no pierden las esperanzas. François Rimeu, estratega senior de Crédit Mutuel Asset Management, fía esta vez el rally al comportamiento del sector tecnológico y a la actuación de la Fed. “La incertidumbre en torno al cierre del Gobierno estadounidense ya ha quedado parcialmente atrás y las preocupaciones relacionadas con la IA, aunque siguen presentes, no han impedido la recuperación de los mercados”, explica. Rimeu forma parte de la lista de profesionales que han aprovechado las correcciones recientes para aumentar la exposición a la renta variable estadounidense y de la zona euro.

Las ganancias no son exclusivas de la Bolsa española. Aunque el Ibex duplica las subidas de los grandes índices europeos y figura entre los más alcistas del año —solo por detrás del Kospi surcoreano (+73,7%) y del KSE-100 de Pakistán (+47,7%)—, el impulso es generalizado. No obstante, en la última semana la renta variable ha experimentado fuertes bandazos. En un periodo marcado por el binomio tecnología–Reserva Federal, el Dax alemán ha logrado avanzar un 0,7% y el Mib italiano, un 0,2%. Más pobre aún fue comportamiento del Cac francés y el FTSE británico, que encajan recortes semanales del 0,6% y el 0,2% mientras el Euro Stoxx 50 concluye en tablas (-0,06%).

Al otro lado del Atlántico, un día después de que el S&P 500 lograra sobreponerse al desplome de Oracle y marcar nuevos máximos, el índice vuelve a verse presionado el viernes por Broadcom y cede un 1% al cierre de los mercados europeos. Las acciones del fabricante de chips bajan un 10,9%, firmando su peor sesión principios de enero, coincidiendo con la aparición de la china DeepSeek. El motivo del recorte este viernes es sencillo: las previsiones de ventas ligadas a la inteligencia artificial quedaron por debajo de las elevadas expectativas del mercado.

El negocio de moda en los mercados, la IA, genera pasiones y desconfianza a partes iguales. Los analistas reconocen que las valoraciones de estas compañías son muy elevadas y que gran parte de las subidas recientes se han debido, en buena medida, a las expectativas. Está por ver si logran rentabilizar las abultadas inversiones y, más importante aún, cómo financian ese gasto. Gran parte del desembolso de los grandes proveedores de servicios en la nube se ha cubierto con caja; el problema surge ahora que algunas compañías están aumentando rápidamente su deuda. El caso más claro lo ejemplifica Oracle, que en septiembre emitió 18.000 millones de dólares en bonos y cuyas estimaciones apuntan ahora a emisiones adicionales de entre 20.000 y 30.000 millones de dólares.

Sin perder de vista las noticias del ámbito tecnológico, los datos de empleo e inflación en EE UU, junto a la reunión del BCE, guiarán a los mercados la próxima semana. Tras la decisión de la Fed de rebajar los tipos y las proyecciones del comité que dibujaban un panorama amable —con un mercado laboral resistente, crecimiento sostenido y precios moderados—, los datos de noviembre permitirán comprobar si estas previsiones se ajustan a la realidad. La debilidad del mercado laboral ha sido precisamente la razón que llevó a la institución a abandonar su inmovilismo; una fuerte creación de empleo podría echar por tierra las proyecciones que apuntan a tipos más bajos el próximo año.

A la división interna del comité se suma la disparidad de opiniones entre los analistas. Entre los más críticos figura Dennis Shen, economista y presidente del Consejo Macroeconómico de Scope Ratings, quien califica de equivocada la última rebaja. “Es prudente que la Fed haya sugerido una pausa momentánea en los recortes de tipos. Pero esta comunicación es menos convincente, ya que la composición y el liderazgo de la Fed están cambiando: se espera que el próximo presidente impulse una mayor relajación a finales del próximo año”, explica.

Hasta ahora, la resistencia de Jerome Powell a las presiones de la Casa Blanca ha sido el único punto de sensatez dentro de la caótica administración. Si, como apuntan las últimas encuestas, Kevin Hassett, principal asesor económico del presidente de EE UU, fuera designado para liderar la institución, la deuda y el dólar podrían verse nuevamente afectados. Ya comienzan a notarse los primeros efectos. A pesar de la reciente rebaja de tipos, la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años vuelve a acercarse a la barrera del 4,2%. Este repunte refleja tanto las dudas que genera el posible relevo al frente de la Fed como las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda y el déficit, así como el temor a un aumento de las presiones inflacionistas.

En el mercado de divisas, el billete verde vuelve a cambiarse a 1,17 unidades por euro. La debilidad se ha visto agravada después de que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, adelantara en un entrevista con el Financial Times que el consejo revisará al alzas las proyecciones de crecimiento. Es precisamente esta resistencia la explica en gran medida las apuestas de las gestoras por la renta variable de la zona euro con firmas como BlackRock o Natixis eligiendo al índice español como su opción preferida.

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