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La rebaja de calificación de S&P reaviva la presión sobre la prima de riesgo de Francia, que toca los 80 puntos

La firma de calificación recorta la nota a A+, la misma que tiene España tras la mejora del mes pasado

Mociones de censura Lecornu
CINCO DÍAS

Los bonos franceses vuelven a bajar de precio (mientras el tipo de interés, que evoluciona al contrario) repunta después de que S&P rebajara su calificación crediticia soberana, una medida no esperada por el mercado que pone de relieve los problemas fiscales del país y amenaza su estatus en la cartera de determinados fondos. La agencia de rating recortó la nota de país desde AA- hasta A+, de modo que queda a la par con la deuda española, recientemente mejorada por esta misma firma.

La prima de riesgo volvió, el diferencial con el que cotiza la deuda respecto a Alemania, volvió a repuntar hasta los 80 puntos básicos a primera hora de la mañana, si bien con el paso de la jornada se moderó hasta cerrar sin apenas cambios en los 78. Lejos, todavía de los 86 que marcó tras la dimisión de Sebastién Lecornu, el primer ministro que finalmente logró la semana pasada (en su segundo intento) el ansiado respaldo parlamentario.

La rebaja implica que Francia ha perdido su calificación doble A en dos de las tres principales agencias de calificación, una medida que corre el riesgo de obligar a algunos fondos con criterios de inversión particularmente estrictos. Fitch Ratings rebajó la calificación de Francia en septiembre, y Moody’s Ratings tiene previsto publicar su veredicto el viernes. Con todo, tan importante o más que el rating es la visión del mercado: la deuda gala es la que paga más rendimiento de Europa, a pesar de que tiene una calificación media mejor que otros países como España, Portugal o Italia.

“Esta medida sorpresa probablemente aumentará la presión sobre los diferenciales de los bonos franceses”, afirmó Mohamed El-Erian, exdirector ejecutivo de Pimco, la mayor gestora de deuda pública del mundo. “Más allá de aumentar los costes de financiación y dañar la posición económica de Francia, la rebaja sacude la confianza en el núcleo mismo de una región que necesita reformas estructurales más profundas para reactivar la productividad y el crecimiento”, publicó El-Erian en la red social X.

La medida de S&P es el último golpe en un período turbulento para la deuda francesa. Los costes de financiación del país se han elevado desde que en junio de 2024 las elecciones legislativas dieran lugar a una Asamblea Nacional en la que los bloqueos de izquierda y derecha han impedido que los sucesivos gobiernos haya podido aprobar los presupuestos y encarrilar el déficit público.

El diferencial entre Francia y Alemania pasó de 50 puntos el año pasado a casi 90 puntos a principios de este mes, antes de relajarse una vez que Lecornu sobreviviera el pasado jueves a dos mociones de censura. Para ello tuvo que suspender la reforma de las pensiones de Macron, lo que le permitió contar con los votos del partido socialista.

“La incertidumbre sobre las finanzas públicas sigue siendo elevada de cara a las elecciones presidenciales de 2027″, señala el informe de S&P, que añade que Francia está atravesando su mayor inestabilidad política desde la fundación de la Quinta República en 1958. “La falta de visibilidad sobre el plan de consolidación fiscal lastra el crecimiento económico de Francia”.

Vanguard, Legal & General y BlackRock están entre las gestoras de activos con productos cuyo objetivo es mantener valores con una calificación media de doble A o superior por parte de las principales agencias de calificación, según Bloomberg. Estos productos ganaron popularidad durante la crisis de la deuda soberana europea. No obstante, la inmensa mayoría de los tenedores de bonos franceses seguirán pudiendo comprar la deuda después de la rebaja.

La atención del mercado se centrará ahora en las negociaciones presupuestarias francesas. Lecornu renunció a utilizar una herramienta constitucional conocida como el artículo 49.3, en la que se basaban los gobiernos anteriores para eludir las votaciones sobre la legislación financiera, lo que aumenta la incertidumbre sobre cómo los legisladores podrán ponerse de acuerdo sobre el presupuesto de 2026 antes de que termine el año.

Otro riesgo es la revisión prevista por Moody’s para el viernes. Actualmente califica a Francia con Aa3, su puntuación doble A más baja, con una perspectiva estable. Los bonos franceses “son vulnerables, ya que las rebajas de calificación se están materializando más rápido de lo previsto inicialmente”, afirmó Rainer Guntermann, estratega de renta fija de Commerzbank AG. “Esperamos más reveses para los diferenciales antes de que termine el año”.

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