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La rentabilidad de las letras a tres y nueve meses no logra recuperar el 2%

El Tesoro paga el 1,92% a tres meses y el 1,979% a nueve en la semana en que se reúne el BCE, sin expectativa de un recorte de tipos

El 2% de rentabilidad parece haberse convertido en un umbral difícilmente alcanzable para las letras del Tesoro. En la subasta realizada hoy a tres y nueve meses, los rendimientos que pagará el Tesoro han vuelto a quedar por debajo de esa cota y con cambios mínimos respecto a la subasta de agosto. El mercado cada vez está más convencido de que el BCE ha tocado fondo en las rebajas de tipos y en que podría mantenerlos en el 2% actual durante un tiempo, un nivel que no se prevé cambie en la reunión que mantiene el Consejo de Gobierno esta semana y que dificulta hacerse ilusiones con mayores rentabilidades para las letras del Tesoro.

En la subasta de hoy, el Tesoro ha vendido letras a 9 meses a un tipo marginal del 1,979%, solo unas centésimas por encima del 1,969% de la colocación de agosto, mientras que la rentabilidad en las letras a tres meses ha sido del 1,92%, frente al 1,94% de la subasta anterior.

Las peticiones en letras a nueve meses han alcanzado los 2.818 millones de euros, y el Tesoro ha adjudicado un volumen de 1.603,63 millones. Es decir, la demanda ha superado en 1,76 veces la oferta, una ratio que se eleva a las 2,44 veces en el caso de las letras a tres meses. El Tesoro ha adjudicado a ese plazo 922,79 millones de euros, tras recibir peticiones por casi 2.250 millones de euros. En total, el Tesoro ha adjudicado hoy 2.526,4 millones de euros en letras del Tesoro, un importe que queda a la mitad de la horquilla estimada como objetivo, entre los 2.000 y los 3.000 millones de euros.

La demanda se mantiene sólida en términos generales, aunque flaquea entre los pequeños inversores, que ya no encuentran en las letras del Tesoro la opción de ahorro conservador con la que asegurarse una rentabilidad real, capaz de batir la inflación. Así, las letras ya no permiten evitar la depreciación del ahorro por el aumento del coste de la vida, con un IPC que en España fue en agosto del 2,7% interanual, el mismo dato que el mes anterior. Los pequeños ahorradores conservan aún un volumen de letras de 21.200 millones de euros, una cuantía notable pero que va en descenso, y que obliga a buscar otras fórmulas algo más rentables dentro del abanico de productos más conservadores, como pueden ser los fondos de renta fija. De hecho, los grandes tenedores de letras vuelven a ser los inversores institucionales, que poseen un volumen de 27.843 millones de euros, según los últimos datos del Banco de España del mes de junio.

En la subasta de este martes, las denominadas peticiones no competitivas, aquellas que realizan los inversores particulares, han sido de apenas 110,9 millones de euros en las letras a nueve meses. Una cifra escasa que contrasta con las peticiones relativamente muy superiores que realizaron los pequeños ahorradores en letras a un año en la subasta de la semana pasada, por 754 millones de euros. En las letras a tres meses, la demanda minorista ha sido superior, de 424 millones de euros.

Los tiempos en que la rentabilidad de las letras del Tesoro llegó a rozar el 4%, en la primavera de 2023, han quedado atrás. Su interés desciende a medida que el BCE ha ido abaratando el precio del dinero en la zona euro. Los recortes de tipos comenzaron en junio del año pasado y después de ocho rebajas, siete de ellas consecutivas, la institución monetaria hizo una pausa en la pasada reunión de julio. En la reunión que celebra el Consejo de Gobierno este jueves se prevé que el BCE decidirá mantener sin cambios el precio del dinero, en el 2%.

La inflación ya está en el nivel deseando por el BCE, en agosto quedó en el 2,1% en tasa interanual, y la perspectiva que maneja el mercado es que no habrá nuevos recortes. El 2% actual sería el tipo de interés neutral, en el que ni se enfría la economía para rebajar la inflación de precios, ni se estimula ante la debilidad del crecimiento. Aun así, no faltan voces en el BCE, como la de la alemana Isabel Schnabel, miembro del comité ejecutivo de la institución, que abogan no solo por no bajar más los tipos sino que advierten de que las subidas podrían llegar “antes de lo que muchos creen”, a causa de los efectos inflacionistas de los aranceles.

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