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La interferencia de Trump en la Fed puede elevar el oro a 5.000 dólares, según Goldman Sachs

La desconfianza hacia la deuda soberana de EE UU puede desplazar más inversión hacia el metal precioso

El oro está marcando estos días renovados máximos históricos ante la expectativa de recortes de tipos en EE UU y su rally puede prolongarse con intensidad si, con una bajada de tipos continuada, queda en entredicho la independencia de la Reserva Federal. Goldman Sachs ha estimado que el daño a la independencia del Fed puede llevar a los inversores a trasladar sus tenencias de bonos del Tesoro estadounidense hacia el oro y hacer que el metal suba en cerca de 40% y roce los 5.000 dólares la onza a mediados de 2026.

“Un escenario en el que la independencia de la Fed se vea dañada probablemente conduciría a una mayor inflación, a precios más bajos de las acciones y de los bonos a largo plazo, y a una erosión del estatus del dólar como moneda de reserva”, señalaron los analistas del banco de inversión en una nota. “En cambio, el oro es una reserva de valor que no depende de la confianza institucional”, añaden.

Goldman Sachs describe un abanico de posibles resultados para el metal a mediados de 2026. El repunte base previsto es de 4.000 dólares la onza. Sin embargo, un desplazamiento de apenas un 1% del mercado de bonos del Tesoro estadounidense hacia el oro en busca de refugio ya eleva la estimación del precio del metal a los 5.000 dólares la onza.

“Estimamos que si un 1% del mercado de bonos del Tesoro estadounidense en manos privadas se trasladara al oro, el precio del oro subiría hasta casi 5.000 dólares la onza, asumiendo que todo lo demás se mantuviera constante”, afirman los analistas. “Como resultado, el oro sigue siendo nuestra recomendación de compra más firme dentro del ámbito de las materias primas”.

El oro ha sido una de las materias primas de mayor rendimiento este año, con una subida de más del 30% y alcanzando un récord el miércoles por encima de los 3.500 dólares. El avance ha estado impulsado por el aumento de las reservas de los bancos centrales y las apuestas de que la Fed pronto comenzará a reducir los tipos, lo que resta rentabilidad a los bonos y atractivo como refugio y cobertura ante la inflación. Además, en las últimas semanas se ha intensificado el temor al deterioro de la independencia de la Fed, en especial a raíz del despido de la gobernadora Lisa Cook. A ello se añade la duda sobre cuál podrá ser la aplicación efectiva de los aranceles, después de que una jueza federal los haya anulado en parte y puesto así en riesgo los cuantiosos ingresos con los que cuenta la Casa Blanca para reducir el déficit.

A medida que se han intensificado los desafíos a la autoridad de la Fed, figuras de primer nivel en los mercados globales han expresado preocupación por las posibles consecuencias. Entre ellas, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, afirmó que la pérdida de independencia de la Fed supondría un “peligro grave” para el mundo.

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