Cox pagará casi el doble que Puig a la banca por su salida a Bolsa

La empresa desembolsará 8,05 millones de euros a las entidades, lo que supone un 2% de los 200 millones colocados en la ampliación

Enrique Riquelme Vives es un empresario español, fundador de COX Energy.Pablo A.Mendivil

Si nada se tuerce en su camino, Cox saldrá a Bolsa el próximo 14 de noviembre en el que será el segundo estreno en la Bolsa española este año, tras el de Puig y pese al doble intento fallido de Europastry. La compañía de ingeniería y concesiones de agua, que resultó adjudicataria de los activos de la extinta Abengoa, prevé captar 200 millones de euros, ampliables hasta 220 millones, a través de una ampliación de capital (OPS), y estrenarse con una capitalización bursátil de hasta 930 millones de euros. Una colocación en la que la empresa espera pagar a los bancos de inversión que coordinan su debut casi el doble de lo que abonó la compañía de perfumes, cuyo estreno contó con un fuerte apetito tanto de las entidades financieras como de los inversores.

Cox ha fijado para su salto al parqué una banda de precios orientativa que oscila entre los 10,23 euros y 11,38 euros. La empresa, que ha rebajado sus aspiraciones iniciales -buscaba ampliar capital por 300 millones-, prevé colocar entre 17,57 y 19,55 millones de acciones de nuevo cuño, que se incrementarán hasta los 21,2 millones de títulos en caso de que se ejercite la sobreasignación (green shoe, en la jerga) en su totalidad. Según el folleto de la operación, el grupo prevé destinar los 189,6 millones de ingresos netos obtenidos en la OPS a financiar parte de sus necesidades de capital ligadas a varios proyectos estratégicos, así como a oportunidades identificadas en el negocio de concesiones de agua. En concreto, explicita que esa cuantía solo cubre el 47% de las necesidades de capital previstas y que el 53% restante prevé financiarlo con su tesorería, emisión de deuda o la venta de activos.

La empresa destinará 11,4 millones de euros si se ejecuta la sobreasignación de acciones (10,4 millones si no se logra), a gastos ligados a su debut en Bolsa. De esa cuantía, 8,05 millones corresponden a gastos y comisiones de los bancos coordinadores que les asesora en la salida a Bolsa: Santander, Bank of America y Citigroup, así como a JB Capital y Alantra, que también trabajan en la emisión. Ahora bien, a diferencia de otros estrenos como el de Puig, estas comisiones no dependerán del precio final al que se coloquen los títulos en Bolsa. Otros 2,5 millones corresponden a los gastos en servicios jurídicos, asesoramiento financiero y de auditoría. Cox apunta en el folleto que se trata de unas cuantías “a efectos meramente informativos”, dada “la dificultad de determinar los gastos incurridos a la fecha del folleto” y que solo están ligadas a que la ampliación se ejecute en su totalidad.

El importe a desembolsar a los bancos colocadores por Cox supone un 4,02% del importe total de la ampliación de capital, algo menos del doble del 2,19% que desembolsó Puig por colocar en el mercado 3.000 millones de euros a través de una OPV (oferta pública de venta) y por debajo del 3,9% que abonó Acciona por poner en el mercado el 17% de su filial de energía verde. Cierto es que la empresa abonará menos de lo que tuvieron que pagar OPDE, Ecoener, Soltec o Solarpack (ver gráfico), que vieron cómo la banca de inversión disparó las comisiones cobradas por asegurar sus colocaciones en el parqué.

Según el calendario previsto por la compañía, el próximo día 12 de noviembre se fijará el precio definitivo para la colocación y dos días después se procederá al toque de campana. La operación cuenta, a priori, con el respaldo del grupo emiratí Aema, controlado por la familia árabe Al Nowais, que se ha comprometido a invertir hasta 30 millones en la ampliación de capital. Otros inversores que también han acordado acudir a la OPS son Corporación Cunext, grupo español especializado en el tratamiento de cobre, y Attijariwafa Bank, una de las mayores entidades financieras de Marruecos, así como los ya accionistas de Cox: su presidente Enrique Riquelme y Alberto Zardoya. Según ha explicado la empresa, estos inversores habrían realizado compromisos vinculantes para acudir al 37,5% de la ampliación, esto es, unos 75 millones de euros.

Tras su salto al parqué, su principal accionista, su presidente y fundador, Enrique Riquelme, pasará de ostentar un 77,85% del capital a bajar hasta el 59,32%. También reducirán su peso el resto de accionistas significativos: Alberto Zardoya bajará del 14,96% al 11,63% y Mutualidad de Arquitectos, Arquitectos Técnicos y Químicos (HNA) se situará en el 3,44% desde el 4,65% actual. El capital flotante de Cox que circulará en Bolsa se situará en el 20,3% y Amea controlará un 3,39%.

Sin dividendo a la vista

Cox no prevé abonar dividendos a sus accionistas durante los tres próximos años para, según explica, dedicar los flujos de caja generados a seguir haciendo crecer el negocio y no cuenta con una política de dividendos específica aún. En los últimos tres ejercicios, añade, la empresa no ha desembolsado dividendo alguno a sus accionistas.

La compañía logró en los primeros seis meses del año unos ingresos de 306,4 millones de euros, por encima de los 196,5 millones registrados en el mismo periodo de 2023. A cierre del año pasado, el 94% de sus ingresos, unos 546 millones de euros, provino de los activos adquiridos a Abengoa. Una situación que le lleva a advertir de que “la disponibilidad continuada de dichos proyectos y clientes podría diferir de nuestras expectativas, lo que podría afectar materialmente a la exactitud de nuestras previsiones y a nuestros resultados financieros”. Así, comenta en la documentación que sus perspectivas de negocio para los próximos años deben ponerse en cuestión dado que “deben considerarse a la luz de los costes, incertidumbres, retrasos y dificultades que suelen encontrar las empresas con un historial operativo limitado tras la adquisición”.

Según se detalla en la documentación, a junio de este año, los activos adquiridos a Abengoa se elevan a 927,2 millones de euros, frente a unas deudas de 213,7 millones ligadas a financiación de proyectos a corto y largo plazo. Además, la empresa adeuda a la Seguridad Social un total de 22,8 millones de euros en concepto de cotizaciones pendientes de pago a trabajadores de la antigua Abengoa -se comprometió a mantener intactos los 9.000 empleos del grupo andaluz-. Una cuantía que prevé desembolsar en los próximos cinco años, una vez pacte el calendario de pagos.

Cox cuenta ya con una filial cotizada en la Bolsa española: Cox Energy, que cotiza desde 2022 también en la Bolsa mexicana y que en España lo hace en el BME Growth. La intención de la matriz, según el folleto, pasa por mantener su cotización, si bien, reconoce que podría llegar a excluirla de ambos mercados y ofrecer a cambio sus acciones a los inversores.

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