El Ibex se toma un respiro: cede un 1,72% y pone fin a tres meses consecutivos al alza
El selectivo español pierde los 11.700 puntos y desde los máximos de 11.996 puntos corrige un 2,7%
Un mes de idas y venidas. A la volatilidad propia de los eventos políticos se han sumado los constantes cambios en las expectativas de rebaja de tipos. Esto, combinado con una temporada de resultados que confirma que las empresas siguen generando beneficios, pero a ritmo más moderado, ha llevado a las Bolsas a hacer un alto en la escalada de este 2024. Con una caída del 0,36% en la última jornada de octubre, el Ibex 35 amplía las pérdidas mensuales al 1,72%. Desde los máximos de 11.996,2 puntos que registró el 16 de octubre, un día antes de que el BCE recortara los tipos, las caídas rondan el 2,7%. La Bolsa española necesita de más catalizadores para amarrar los 12.000 puntos al cierre, una cota que lleva 14 años inexplorada, desde enero de 2010. Esta resistencia no empaña el buen comportamiento del índice español: a dos meses para el cierre del ejercicio el Ibex 35 sube un 15,5%.
Uno de los valores del mes es Puig. Aunque el lujo es uno de los sectores con peor desempeño en el mes (en Europa cae un 8%) y pese a las dudas del mercado, la firma ha conseguido esquivar las caídas. La presentación de las cuentas del tercer trimestre ha servido para los inversores le levanten el castigo. La cadena de perfumes se anota un 2,86% en octubre, pero continúa estando un 13,5% por debajo de los 24,5 euros con que salió a Bolsa. No obstante, la cotizada más alcista en octubre es Mapfre. Con los bancos centrales acelerando la rebaja de tipos, los inversores ven a las aseguradoras la opción más atractiva para jugar la carta del sector financiero por su menor sensibilidad al precio del dinero. En las últimas semanas, la compañía que preside Antonio Huertas ha logrado recuperar los niveles prepandemia y sube un 9,76% en octubre, el mejor mes desde marzo.
El comportamiento de los bancos a lo largo del mes ha sido muy desigual. BBVA y Sabadell, a la espera de que la CNMC se pronuncie en noviembre sobre la opa, ceden un 5,75% y un 6,31%. Santander y Bankinter los acompañan con una caída del 2,36% y 5,52%. Por contra, CaixaBank y Unicaja se resarcen y avanzan un 4,21% y 0,61%, respectivamente. Aunque las entidades han aprovecharon los últimos coletazos de tipos altos para marcar récords, el mercado empieza a tomar conciencia de que esta corriente tiene los días contados. Con el BCE inmerso en la flexibilización monetaria (en octubre ejecutó el segundo recorte consecutivo por primera vez desde la crisis de deuda), las firmas de análisis esperan una contracción del margen de intereses. Es decir, espera que la diferencia entre lo que gana con los préstamos y lo que paga por los depósitos se recorte. La rebaja del precio del dinero tampoco parece suficiente para revitalizar las cotizaciones de las inmobiliarias y renovables. En sintonía con el comportamiento del conjunto del año, Solaria (-16,13%), Acciona Energía (-10,23%), Colonial (-10,67%) y Merlin (-9,76%) engrosan la lista de valores con peor desempeño.
Al igual que la Bolsa española, el resto de índices europeos han puesto fin a tres meses consecutivos al alza. El Cac francés, un índice en el que las firmas del sector del lujo tienen un peso destacado, cedió un 3,7%. El Dax alemán bajó un 1,28%; el Euro Stoxx 50, un 3,46%; el Ftse británico, un 1,54%. Solo el Mib escapó a la quema y se anotó un 0,46%. Las caídas de las firmas lujo por la débil demanda de China y los recorte de las tecnológicas, tras unos débiles datos de AMSL, han sido una de las señas de identidad del mes.
Wall Street, que ha seguido marcando récords, no aguantó la presión. A los inversores no les terminan de convencer las cuentas de Microsoft y Meta. Las caídas de estas firmas acabaron arrastrando al resto de tecnológicas y al cierre de los mercados europeos el S&P 500 cedía un 0,5% en octubre, la primera caída en seis meses. “El mercado se ha sentido decepcionado con las previsiones de las grandes tecnológicas”, afirma Quincy Krosby, responsable de estrategia en LPL Financial. “Además hay una narrativa que se está imponiendo: las elecciones en lugar de ofrecer una sensación de certidumbre, harán justo lo contrario, provocando la volatilidad aumente significativa”, remarca.
Juan José Fernández Figares, director de inversiones de Link Gestión, espera que a corto plazo siga la volatilidad, especialmente si el resultado de las elecciones estadounidenses no se determina pronto y se alarga el proceso con reclamaciones y recuentos. El experto señala que una victoria de Trump con el control de las dos cámaras del Congreso por parte de los republicanos puede penalizar a corto plazo a muchos valores europeos exportadores por la posible implantación de tarifas. “Todo ello podría provocar que la pequeña corrección a la que estamos asistiendo vaya a más en las próximas semanas”, sostiene.
Con la vista puesta en el largo plazo, los analistas son algo más optimistas. “Es verdad que en estos momentos no estamos en el mejor de los mundos, pero la situación dista mucho de ser la peor”, destaca Antonio Castelo, analista de iBroker. Entre los catalizadores que servirían a las Bolsas para prolongar el rally, el experto destaca la resiliencia económica y del mercado laboral. Esto es mucho más evidente en EE UU que cerró el primer trimestre con un avance del 2,8%, frente al 0,4% de la eurozona. A pesar de esta debilidad, la región logró escapar a la recesión. “Nuestra idea es que las Bolsas, salvo situaciones puntuales muy negativas, se dejarán llevar de aquí a final de año, terminando más o menos en los niveles en los que están ahora”, sostiene Castelo. Por su parte, Sergio Ávila, analista de mercado en IG, espera que la situación se estabilice y que la renta variable retome la senda alcista.
Repunte de las rentabilidades
El ajuste de las expectativas de tipos ha sido una de las señas de identidad del mes. Después de que el BCE acometiera la tercera rebaja de las tasas, los inversores empezaron a poner en precio una rebaja más acelerada e intensa del precio del dinero. El temor a que fuera demasiado tarde para evitar la recesión llevó a los operadores a descontar una reducción de 50 puntos básicos en la última reunión del año. Un dato de PIB mejor de lo previsto, con Alemania expandiéndose un 0,2% entre junio y septiembre, y una inflación en el 2% en la zona euro ha sido suficiente para que los inversores moderen la euforia. El mercado espera ahora que la institución europea baje las tasas en 25 puntos básicos. Con esta idea sobrevolando los mercados las rentabilidades de la deuda repuntan. El bono español a 10 años pasa del 2,9% de septiembre al 3% actual mientras la deuda alemana al mismo plazo y la francesa se sitúan en el 2,37% y el 3,12% respectivamente.
Los mayores ascensos se registraron en el mercado estadounidense. La fortaleza del mercado laboral y la resiliencia económica combinados con la indisciplina fiscal de los dos candidatos a la Casa Blanca llevan a la deuda de EE UU a 10 años a rozar el 4.3%. Los analistas consideran que la apuesta por los recortes fiscales y la desregulación que defiende Donald Trump podría impulsar aún más el crecimiento, pero agravaría los desequilibrios que arrastran las finanzas públicas y son un obstáculo para que la Fed logre su objetivo de bajar la inflación.
La expansión económica de la zona euro, aunque modera, ha servido para contener la caída del euro. La divisa única, que en las últimas semanas ha vuelto a coquetear con la paridad se aferra a los 1,08 dólares. El temor al recrudecimiento de la guerra arancelaria si Donald Trump gana las elecciones y las mayores expectativas de rebaja de tipos llevaron al euro a borrar las ganancias en el año.
El oro, uno de los activos que mejor comportamiento en el año, ha seguido marcando máximos. Con una subida del 3,4% en octubre, el metal amarillo amplía al 34% las ganancias en el año. Nitesh Shah, director de materias primas e investigación macroeconómica para WisdomTree considera que el oro tiene potencial para seguir subiendo en un entorno de recortes de tipos, ansiedad geopolítica y un fuerte sentimiento positivo de los inversores hacia el metal.
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