¿Cuánto sabes del euríbor y de la TAE? Los españoles suspenden en educación financiera

Los malos resultados en las pruebas internacionales muestran un déficit estructural de cultura económica, que redunda en peor gestión de las finanzas personales y asimetrías informativas en la venta de productos. El gran reto, incluir estos conceptos en la escuela

Estudiantes recibiendo educación financiera de voluntarios de empleados de banca.AEB (Europa Press)

Buena parte de la sociedad española no sabe cómo la economía afecta la vida cotidiana. La última encuesta del Banco de España mostró que solo el 53% de los españoles es capaz de acertar en alguna de estas tres preguntas básicas.

Intente responder estas tres preguntas

1. Si tuviera 1.000 euros en un año en donde la inflación fuera del 1%, al final del año con ese dinero usted podrá comprar: a) Más de lo que podría comprar hoy; b) La misma cantidad; c) Menos de lo que podría comprar hoy.

2. Deposita 100 euros en una cuenta con interés garantizado del 2% por año. No efectúa más ingresos en esa cuenta y no retira ningún dinero. Dicha cuenta no tiene comisiones ni impuestos. ¿Cuánto habrá en la cuenta al cabo de cinco años una vez que se haya efectuado el abono de intereses? a) Más de 110 euros b) Exactamente 110 euros c) Menos de 110 euros.

3) Es posible reducir el riesgo de invertir en Bolsa mediante la compra de una amplia variedad de acciones, ¿verdadero o falso?

Si ha respondido c, a y verdadero, usted forma parte de la minoría (apenas un 19% de la población) que en España logra responder correctamente las tres preguntas. Si ha respondido bien a alguna de las tres, forma parte de la mitad de la población con más conocimientos financieros en España.

Y aunque los programas de educación financiera lanzados por el Banco de España en conjunto con la CNMV están enfocados a menores de 25 años (concretamente, el 59% de la inversión), la ignorancia financiera de los jóvenes se agrava. Los últimos resultados de las pruebas PISA dejaron a España con un puntaje en competencias financieras por debajo de la media de la OCDE y mostraron un peor desempeño si se las compara con las de 2018. Más del 85% de los estudiantes en Singapur, Macao (China), Japón, Hong Kong (China), Taipéi y Estonia alcanzan al menos el nivel dos en matemáticas, mientras que en España, el 73% de los estudiantes logran dicha puntuación.

Al hecho de que casi la mitad de la población desconoce conceptos financieros básicos, se suma una profunda brecha entre capas de distintos ingresos: el observatorio Cetelem concluyó que solo un 5% de los españoles tiene conocimientos avanzados sobre finanzas y que de esos, el 20% (que se declara experto en operaciones financieras y en Bolsa), tiene rentas medias de entre 70.000 y 80.000 euros al año. Para la profesora de sociología de la UNED Elisa Chuliá, asociada al centro de investigaciones económicas Funcas, la educación siempre combate la desigualdad, pero la educación financiera tiene un “impacto especialmente significativo en reducirla porque permite a las personas utilizar su dinero de manera beneficiosa.” Saber cómo usar el dinero evita que pierda valor o que se quede estancado. “Sin educación financiera, el dinero puede no ser aprovechado al máximo, especialmente en contextos de inflación”, destaca.

Para el profesor de economía aplicada de la Universidad de Málaga y presidente de la Fundación Unicaja, José Manuel Domínguez, la falta de conocimientos financieros es un problema global que reduce la capacidad de decisión de las personas. “Sin conocimientos financieros básicos, las personas carecen de autonomía para tomar decisiones informadas”, comparte. “Esto impide una verdadera inclusión financiera y restringe la libertad, pues es necesario tener unos fundamentos para conducirse en el sistema financiero, que tiene como finalidad materializar decisiones económicas”, apunta.

La ignorancia es estructural. Otros exámenes internacionales también dejan mal parado al país: el Eurobarómetro de 2023 mostró que el nivel de conocimientos financieros de los españoles es considerablemente bajo en comparación con otros países de la Unión Europea (UE). España quedó en el puesto 24 de 27 y solo un 19% de la población obtuvo una puntuación alta, siete puntos por debajo de la media europea (26%). El cuestionario del estudio incluía cinco preguntas sobre interés compuesto, poder adquisitivo, diversificación del riesgo, relación entre riesgo y rentabilidad, y la relación entre el precio de los bonos y el tipo de interés. La UE clasifica las puntuaciones en alta (4-5 respuestas correctas), media (2-3) y baja (0-1).

Ya decía Platón que no hay peor mal que el de la ignorancia. Domínguez explica que las repercusiones de la educación financiera se sienten tanto en el individuo, como en la sociedad. “El conocimiento permite tomar decisiones informadas y responsables que se ajusten a las circunstancias y preferencias personales” destaca. Además, ese conocimiento reduce la asimetría de información entre los demandantes y oferentes de servicios financieros, con lo que aumenta la competencia y fomenta la transparencia de las entidades bancarias. “Este conocimiento evita costes innecesarios en préstamos, ayuda a optimizar recursos, a prevenir el sobreendeudamiento, a gestionar las finanzas a corto plazo y a planificarlas mejor a mediano y largo plazo”, complementa el profesor. La comercialización de participaciones preferentes, depósitos estructurados o productos de riesgo, como si fueran renta fija, ha provocado pérdidas a inversores que no sabían lo que estaban comprando (ni fueron totalmente informados de ello). Las estafas financieras o la inversión involuntaria en productos de alto voltaje (como contratos por diferencias) están a la orden del día.

La tarea pendiente: educar en el aula

Las investigaciones de la organización de Finanzas Internacionales para la Infancia y la Juventud (CYFI, por sus siglas en inglés) concluyen que los adultos que recibieron educación financiera siendo jóvenes manejan mejor sus recursos económicos. En España la enseñanza de esta materia no es obligatoria. A propósito, Funcas ha compartido esta semana los resultados de la encuesta de educación financiera, en el que concluyen que el 90% de las familias españolas con hijos en la ESO consideran necesario aumentar el peso del tema en esa etapa escolar. “La demanda de educación financiera que expresan los padres se asienta sobre dos opiniones generalizadas: por un lado, la percepción de que sus hijos tienen conocimientos deficientes sobre cuestiones relacionadas con el dinero y, por otro, que las escuelas no contribuyen a reducir ese déficit” destaca la investigadora.

No es casualidad que países como Holanda o Bélgica, que imparten materias de educación financiera en las escuelas desde los 12 años, hayan puntuado mejor que España. Para Chuliá, la inconsciencia financiera solo se puede solventar si se crea una cultura en la que los jóvenes sean los actores que generen círculos virtuosos de transmisión de conocimiento dentro de los núcleos familiares. “Los niveles de educación financiera se correlacionan con los niveles educativos, y en España hemos dado el salto educativo hace tan solo 30 años”, explica. El profesor Domínguez suscribe que la manera de sanear la ignorancia financiera es incorporar la materia al curriculum escolar desde la primaria.

Pero se encuentran grandes retos, sobre todo a nivel pedagógico, porque los conocimientos financieros se asocian a tareas numéricas, generalmente aburridas y complicadas: “El desafío está en encontrar modelos de enseñanza que superen todas esas barreras psicológicas que alejan a las personas del tema”, dice Chuliá. Para Domínguez se trata de crear un enfoque básico en donde se enseñe a identificar los principales elementos y factores de una operación financiera y percibir sus impactos actuales y futuros. “Dada la complejidad y los constantes cambios en el sistema financiero, después de la etapa escolar, son necesarias acciones formativas recurrentes para mantener y actualizar los conocimientos que permitan tomar decisiones trascendentales, como el ahorro para la jubilación, la financiación de estudios, la adquisición de bienes patrimoniales o la creación de una empresa”, agrega.

El informe de Funcas, publicado este lunes, valora los esfuerzos realizados con el convenio suscrito por el Ministerio de Educación, la CNMV y el Banco de España para fomentar la educación financiera en el sistema educativo. Pero resalta que “carece de datos concretos sobre el impacto que ha tenido” y “todo indica que en el último cuatrienio no se han producido avances significativos en la cultura financiera de niños y adolescentes.”

Los temas más consultados por los beneficiarios de la iniciativa del Banco de España con la CNMV son: ahorro, gasto y presupuesto familiar (28%); sostenibilidad, digitalización y ciberseguridad (20%); y productos y servicios de inversión (16%). Los temas de mayor interés son los que están dirigidos a la salud financiera de las personas. La consigna del filósofo inglés Francis Bacon— saber es poder —retrata muy bien lo que puede lograr el alfabetismo financiero. El compromiso debe ser que una persona sepa cómo gestionar mejor 1.000 euros. “La brecha es injusta porque al menos quienes tienen dinero, pero no saben cómo administrarlo, pueden pagarle a un asesor”, concluye la investigadora de Funcas.

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