Las primas de riesgo de España y Francia empatan por primera vez desde 2008
El bono a cinco años del país vecino se sitúa en el 2,45%, por encima del 2,42% de la deuda española al mismo plazo
La combinación de inestabilidad política y desequilibrios de las finanzas públicas en Francia vuelven a poner en alerta a los inversores. Dos meses después de que la derrota de Marine Le Pen en las elecciones legislativas ayudara a contener los nervios, la formación de gobierno ha devuelto las preocupaciones presupuestarias a primera línea. Las declaraciones del ministro de Economía, Antoine Armand, que reconoce que el déficit público actual es de los peores de su historia, han ahondado la preocupación inversora. “La situación es muy grave”, ha afirmado en una entrevista en la radio pública.
La preocupación de los inversores por una situación de bloqueo político que impida al país poner en marcha las medidas necesarias para devolver la estabilidad preocupa al mercado desde hace tiempo, pero la paciencia parece agotarse, tal y como refleja el mercado de deuda pública. La rentabilidad del bono francés a 10 años ya es prácticamente la misma que la del español. Los títulos galos con vencimiento en 2034 rondan el 2,92%, prácticamente empatados con el 2,93% que se le exige a España, una situación que no se veía desde 2008. A estos niveles, el diferencial entre la deuda española y alemana se sitúa en los 79 puntos básicos, mientras la prima de riesgo francesa ha pasado de los 72 puntos básicos de cierre de agosto a los 77 actuales. “El diferencial entre la deuda alemana y francesa aunque se relajó hasta los 65 puntos básicos después del resultado de las elecciones legislativas, no volvió a recuperar los 45 que registraba antes de la consulta europea”, destaca Natalia Aguirre, responsable de estrategia de Renta 4.
El comportamiento de la deuda española y francesa se mantiene parejo a lo largo de toda curva, pero es en el plazo de los cinco años donde el país vecino paga más. El bono con vencimiento en 2029 de Francia cotiza en el 2,45% frente al 2,42% del español. David Ardura, director de inversiones de Finaccess Value, apunta que con una economía como la francesa que podría crecer entre un 0,8% y un 1% este año, la capacidad para reducir los desequilibrios es muy reducida. “Lo lógico sería pensar que el rating de los dos países es el mismo”, remarca. Mientras la calificación de Francia se sitúa en Aa2 y AA- según los criterios de Moody’s, S&P y Fitch, la nota de España continúa anclada en Baa1 en el caso de Moody’s, tres escalones por encima de la pérdida del grado de inversión, y en A y A- según S&P y Fitch.
Aunque los presupuestos continúan siendo el talón de Aquiles del Gobierno de Pedro Sánchez, en las últimas semanas la economía española no ha parado de cosechar buenas noticias. Aguirre apunta que mientras España ha continuado creciendo por encima de la media europea, la recuperación que han experimentado los indicadores franceses se deben en gran medida al efecto de los Juegos Olímpicos. La mejor prueba de ello es el PMI. En julio, antes del evento deportivo, el indicador hacía equilibrios para mantenerse por encima de los 50 puntos, en agosto subió a los 55 y una vez que se ha pasado el efecto de los Juegos Olímpicos ha vuelto a caer a los 48 puntos. “Las dificultades para llegar a un entendimiento entre las formaciones política están provocando que no haya visibilidad ni para las reformas ni para el crecimiento”, destaca la experta.
La abultada deuda y el elevado déficit continúan siendo los caballos de batalla en París. Después de cerrar 2023 con un déficit del 5,5%, las previsiones apuntan a que en 2024 aumentará hasta el 5,6%, lejos del límite del 3% que establecen los tratados europeos. Con una ratio de endeudamiento sobre PIB del 111% a cierre de marzo y una economía deprimida, los analistas consideran clave el control del gasto.
A la espera de ver cómo evolucionan las conversaciones para la elaboración de los presupuestos, los inversores aceleran la venta de activos franceses a media que pierden la confianza en la capacidad del nuevo gobierno de sobrevivir. El diferencial de la deuda francesa frente a la española cotizaba con ocho puntos básicos de ventaja hasta el miércoles pasado, cuando arrancaron las dudas del mercado. Citi, Barclays y Royal London AM son algunas de las firmas de inversión que vienen alertando del riesgo político. François Rimeu, estratega senior de Crédit Mutuel Asset Management, ha reconocido a Bloomberg que los mercados están esperando a ver si el nuevo gobierno puede aguantar. El experto destaca que existe el riesgo de que el país se adentre una segunda etapa de crisis.
Los economistas de Bloomberg afirman que si el gobierno de Michel Barnier logra presentar una estrategia fiscal creíble que tranquilice a los mercados y cumpla las normas de la UE, ayudará a reforzar la confianza en la economía del país. Pero dada la fragilidad política (la Asamblea está dominada por las fuerzas de izquierdas y por la extrema derecha) y los objetivos fiscales tan exigentes, el camino está plagado de riesgos. El gobernador del Banco de Francia, François Villeroy, cree que intentar una consolidación fiscal tan rápida ya no es creíble ni sensato y que el nuevo gobierno debería negociar con la UE un ajuste para los próximos cinco años.
Y, mientras los costes de endeudamiento repuntan, la Bolsa francesa pelea por mantenerse en positivo en el año. El rally que ha acompañado a la renta variable europea al calor de la rebaja de tipos ha permitido al Cac francés despedirse de las pérdidas y avanzar un 0,8%, lejos del 17,17% que registra el Ibex 35 o del 13,4% del Dax alemán. El departamento de análisis de Citi cree que la situación está lejos de normalizarse y no descarta que la prima riesgo de Francia suba a los 100 puntos básicos. Emmanuel Cau, responsable de estrategia de renta variable europea para Barclays, afirma que para que los inversores regresen a la compra de deuda y acciones francesas se necesitará ver que el Ejecutivo puede sacar adelante un presupuesto.
El caos político en Francia no ha parado de aumentar desde las elecciones europeas de junio. El Nuevo Frente Popular, la alianza de izquierdas que tiene el mayor número de escaños en el Congreso, ha prometido derrocar al gobierno lo antes posible. Estas advertencias se suman a las que viene lanzando el partido de extrema derecha de Marine Le Pen que asegura que el nuevo gobierno “no tiene futuro”.
Gareth Hill, gestor de cartera de Royal London AM, cree que los vientos en contra para la economía del país vecino son bastante grandes. El experto mantiene una posición infraponderada sobre la deuda francesa desde antes de las elecciones y señala que aunque al menos haya un primer ministro, el Ejecutivo está en una situación de debilidad para poder sacar adelanta las reformas que precisa el país.