El euríbor alivia a los hipotecados en más de 1.000 euros al año con su mayor caída desde 2013

El indicador acelera en agosto su cambio de tendencia en las cuotas mensuales gracias a la rebaja de los tipos de interés

Construcción de viviendas, en una imagen de archivo.Eduardo Parra (Europa Press)

El agujero que hayan podido dejar las vacaciones en los bolsillos de muchos españoles puede verse parcialmente compensado gracias a un indicador que no ha dejado de comportarse favorablemente durante todo el mes de agosto: el euríbor. Quienes tengan contratada una hipoteca variable a la que le toque revisión y regresen ahora a la realidad cotidiana tras el parón veraniego se encontrarán con la sorpresa de que su factura en intereses con el banco caerá con fuerza, gracias al mayor desplome mensual del euríbor desde febrero de 2009. En la revisión anual, el dato de agosto dejará el mayor abaratamiento de la cuota desde marzo de 2013. También facilitará las cosas para quienes anden a la búsqueda de una hipoteca, dado que podrán obtener mejores condiciones.

En un escenario de cambio de tendencia en los bancos centrales, claramente enfocados ya en bajar los tipos de interés tras casi dos años de duro ajuste para contener la inflación, el euríbor se está dando más prisa de lo esperado por los analistas en darse la vuelta. A falta de dos días para el cierre definitivo, la media se sitúa en el 3,173%. Es decir, 0,353 puntos menos (la sexta contracción más abultada de todos los tiempos) que en julio, cuando ya retrocedió. En términos interanuales, el declive es por ahora de justo nueve décimas, y también hay que remontarse bastante en el tiempo para encontrar un dato mejor, hasta marzo de 2013.

Las cuotas acumulan ya cinco meses consecutivos reduciéndose, pero esta vez el alivio es mucho más pronunciado de lo habitual. Sobre la hipótesis de una hipoteca media (140.451 euros a pagar en 23 años, según los datos del Instituto Nacional de Estadística para 2023) con un diferencial de un punto, la revisión con el dato de euríbor de agosto supondría un ahorro para quienes actualicen ahora su hipoteca de 84,6 euros al mes, y de 1.015 euros al año.

“Son sin duda buenas noticias para los hipotecados, que comienzan a notar un alivio tras las fuertes subidas experimentadas en las revisiones pasadas, sobre todo la de 2023″, afirma Patricia Suárez, presidenta de Asufin. El año pasado, el encarecimiento fulminante de las cuotas por las subidas de los tipos de interés, dejó aumentos del euríbor de más de tres puntos porcentuales, y se superó la barrera del 4% por primera vez en 15 años, una carga más para la economía de muchas familias en un contexto de alta inflación que ahora se vuelve poco a poco menos pesada, pero que todavía persiste.

Sobre el eterno dilema de si es buen momento para elegir una hipoteca fija, variable o mixta, la asociación de usuarios financieros recuerda que los endeudados a tipo variable ya no tienen la urgencia que existió en el pasado para solicitar un cambio de condiciones, porque van a ir viendo reducirse su deuda conforme revisen sus hipotecas con un euríbor más bajo.

Ese fenómeno, el de las subrogaciones de variable a fija para tener la tranquilidad de conocer la cantidad que se paga de antemano, sin la incertidumbre de ver escalar los recibos, se notó con fuerza en el verano de 2022, coincidiendo con el comienzo de las subidas de tipos del BCE, cuando se produjo una auténtica avalancha de peticiones por la subida imparable de las cuotas, y se prolongó varios meses.

Ahora, según Asufin, el escenario ha cambiado. “Quienes vayan a hipotecarse deben evitar un tipo fijo elevado, desde luego por encima del 3,5% o 4% no es aconsejable, porque es muy previsible que terminen pagando un sobreprecio, pese a que se garantizan una cuota fija que les evita estar expuestos a las oscilaciones de los tipos”, recomiendan. En cuanto a la hipoteca mixta, la gran apuesta en estos momentos de incertidumbre, aún la consideran una alternativa interesante, pero no a cualquier precio, “siempre que arranque con un tipo fijo razonable, no más allá del 3%”.

Esa cota, la del 3%, es precisamente la barrera psicológica que se dispone a romper el euríbor próximamente. En su tasa diaria, este miércoles cotizaba en el 3,119%, por lo que parece factible que no tarde demasiado en atravesarla. Para eso, sin embargo, deberá buscar nuevos incentivos en septiembre. Los de agosto fueron numerosos: los temores de recesión en Estados Unidos, el lunes negro de las Bolsas y la idea, cada vez más extendida entre los inversores, de que los bancos centrales van a verse obligados a bajar los tipos más rápido de lo que inicialmente preveían este año, han contribuido a desinflar el euríbor, que el 6 de agosto vivió su mayor caída diaria en ocho meses.

“Se unen dos evidencias: la propia bajada de tipos del BCE de hace un par de meses, y que Estados Unidos se ha pronunciado claramente a favor de bajar los tipos antes de las elecciones”, resume el economista Javier Santacruz.

Su veloz descenso ha batido las estimaciones de entidades como Bankinter, cuyo departamento de análisis vaticinó que el euríbor a 12 meses podría situarse en diciembre en el 3,50%, para bajar al 3% en 2025 y volver a repuntar ligeramente al 3,25% en 2026. Visto lo visto, esos números, publicados en el mes de junio, parecen ahora demasiado elevados. Leopoldo Torralba, economista de Arcano, cree que la evolución del euríbor es coherente con un momento de alta incertidumbre. “Para los fundamentos de crecimiento e inflación, los tipos oficiales están muy elevados, es normal que en algún momento se hayan acelerado las expectativas de futuras caídas, y eso arrastra al euríbor”.

Ventajas

Más allá de las ventajas que supone para los hipotecados y quienes planean endeudarse, la caída del euríbor tiene otras consecuencias: al quedar más dinero en los bolsillos de los ciudadanos, favorece el consumo. También da un respiro a las empresas más apalancadas, que tienen más fácil refinanciar su pasivo. Y reduce los beneficios de los bancos, los grandes ganadores de su escalada al cobrar cuotas más elevadas por sus préstamos. El mes pasado, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ya advirtió de que la rentabilidad de los bancos “había alcanzado un tope”, al desaparecer de la ecuación el factor favorable de las subidas de tipos.

Sobre el papel, la caída del euríbor también debería animar la firma de hipotecas y la compraventa de viviendas en un momento de cierta atonía: en España se vendieron cerca de 300.000 casas en los seis primeros meses de este año, un 4,5% menos que en el mismo periodo de 2023, según el Instituto Nacional de Estadística. Pero la resistencia de los precios inmobiliarios a bajar durante todo el ciclo de tipos elevados, un hecho insólito e inesperado provocado sobre todo por la falta de oferta, complica que la nueva demanda de potenciales hipotecados a un interés más atractivo cumpla con los requisitos de la banca o facilite encontrar una casa con un precio acorde con los ingresos, más aún cuando la deuda barata y los elevados alquileres tienden a elevar la competencia en el mercado de compraventas.

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