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El faro del inversor
Columna
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Navegando los riesgos del ciclo económico: estrategias defensivas para los inversores

La incertidumbre en las principales economías invita a la adopción de estrategias de inversión defensivas

Panel de cotizaciones en Nasdaq MarketSite de Nueva York, Estados Unidos.
Panel de cotizaciones en Nasdaq MarketSite de Nueva York, Estados Unidos.Michael Nagle (Bloomberg)

Invertir en Bolsa supone navegar por diversos riesgos, entre ellos la situación del ciclo económico, que es uno de los más relevantes. Riesgos que surgen de las fluctuaciones naturales en la actividad económica, que influyen en la evolución del mercado y que afectan a diferentes sectores de forma distinta, en función de su mayor o menor vínculo con el ciclo económico. Comprender los riesgos y emplear estrategias defensivas, puede ayudar a los inversores a proteger sus carteras y capitalizar las oportunidades que surgen en el mercado. Con el alto grado de incertidumbre actual, una estrategia defensiva puede convertirse en una gran elección.

Los riesgos del ciclo económico proceden de las fluctuaciones en la actividad económica que afectan a la evolución del mercado. Son riesgos vinculados a las distintas fases del ciclo económico: expansión, pico, contracción y fondo. En las fases de expansión, las empresas prosperan, la confianza del consumidor es alta y los inversores generalmente logran buenas rentabilidades. Por el contrario, en las contracciones, la actividad económica se desacelera, el desempleo aumenta y los retornos en bolsa disminuyen o son negativos. El impacto de los riesgos del ciclo económico es desigual en los diferentes sectores, siendo algunos más vulnerables a las recesiones económicas que otros.

Indicadores clave que ayudan a identificar qué fase atraviesa el ciclo en cada momento son el crecimiento del PIB, las tasas de desempleo y el gasto del consumidor. Un crecimiento del PIB alto y un bajo desempleo, suele ser señal de expansión, y una subida del desempleo y un menor gasto del consumidor, son signos de contracción. Monitorizando estos indicadores, los inversores pueden anticipar cambios en el ciclo y ajustar sus estrategias.

En el momento actual, el empleo en Estados Unidos está empeorando y los indicadores adelantados globales han entrado en terreno negativo. La curva de tipos de interés ha permanecido invertida unos 760 días, marcando la inversión más larga de la historia. Las valoraciones en bolsa son elevadas, lo que ha aumentado el nivel de riesgo en los mercados significativamente. Estas señales indican que nos encontramos cerca del pico en el ciclo y que nos acercamos hacia la contracción económica, si no lo hemos hecho ya.

Los sectores de consumo discrecional e industrial son particularmente sensibles al ciclo económico. En las expansiones, los consumidores tienden a gastar más en bienes y servicios no esenciales, lo que les beneficia. Pero cuando hay recesión, el gasto en artículos discrecionales baja, lo que les perjudica. Otros sectores como servicios públicos y salud son más estables porque aportan servicios esenciales siempre demandados en cualquier fase de la economía.

Estrategias defensivas

Invertir en bonos de alta calidad y corto plazo, y en acciones de calidad, es una de las estrategias defensivas más utilizadas por los inversores. Los bonos de alta calidad, particularmente aquellos con vencimientos más cortos, tienden a ser menos volátiles y proporcionan un flujo de ingresos constante. Las acciones de compañías de calidad suelen resistir las recesiones económicas mejor que aquellas empresas de calidad inferior.

Mantener una porción de la cartera en efectivo es otra estrategia prudente. El efectivo aporta liquidez, y permite al inversor aprovechar las oportunidades de compra en momentos complicados del mercado. Se trata de una estrategia que puede reducir las caídas durante las recesiones y que posiciona a los inversores para adquirir activos infravalorados cuando el mercado comienza a recuperarse o está en niveles bajos de valoración. La diversificación es otra estrategia defensiva clave. Ayuda a equilibrar el riesgo y asegura cierta robustez en la cartera, incluso en el caso de pérdidas significativas en un sector.

Ejemplos históricos

Examinar recesiones económicas anteriores proporciona valiosas enseñanzas. Por ejemplo, en la crisis financiera de 2008, los inversores que mantuvieron un porcentaje relevante en efectivo y en bonos de alta calidad tuvieron pérdidas menores que los que invirtieron en sectores con mayor riesgo. Y las acciones de calidad del sector de consumo básico se comportaron con notable resiliencia en un entorno de mercado muy agitado.

Otro caso similar es el estallido de la burbuja de las puntocom a principios de los 2000. La exposición actual del S&P 500 a las acciones sobrevaloradas, especialmente vinculadas al sector tecnológico, podría ser una señal de cautela para los inversores teniendo en cuenta este ejemplo histórico. Porque si en el futuro una caída del mercado como la sucedida entre el 2000 y el 2002 vuelve a repetirse, estos activos, que han ayudado a alcanzar máximos históricos al índice, podrían ser los primeros en caer. De hecho, esto ya ha puede haber comenzado a ocurrir en las primeras semanas de agosto. En esos años, el estallido de la burbuja tecnológica demostró cuánto de rápidas y dramáticas pueden ser las caídas de los valores estrella del mercado. Esto es algo que los inversores nunca deberían olvidar.

Por último, en la pandemia del COVID-19, los sectores ligados al ocio fueron duramente golpeados a causa de los confinamientos y restricciones a la movilidad. Pero las empresas de servicios esenciales prosperaron e incluso se aprovecharon de la coyuntura económica global. Estos ejemplos en la historia muestran la importancia de la diversificación en las carteras.

En conclusión, navegar los riesgos del ciclo económico requiere un análisis de los indicadores económicos y sus consecuencias en los sectores de la economía. Centrarse en inversiones de calidad prestando atención al precio que se paga, mantener reservas de efectivo, diversificar entre sectores y aprender de anteriores crisis son claves con las que los inversores pueden desarrollar estrategias defensivas para proteger sus carteras y aprovechar las oportunidades que los ciclos económicos ofrecen.

John Tidd, director de Hamco Financial e Investment Advisor del fondo Hamco Global Value Fund

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