El Ibex firma su mejor mayo en 17 años y lidera las subidas en Europa

El selectivo se anota un 4,3% en el mes y mantiene a flote los 11.300 puntos

De la euforia a la cautela. Ese ha sido el comportamiento de los mercados en mayo, un mes en el que la inflación y la tecnología han marcado el pulso. El temor a quedarse al margen y perderse la recuperación ha llevado a los inversores a redoblar su apetito por el riesgo. Esto ha permitido romper con el lema de que mayo suele ser un mes aciago para la renta variable. La confirmación de que la Reserva Federal no volverá a subir los tipos, la buena campaña de resultados y las expectativas de que la economía europea haya tocado suelo han sido ingredientes suficientes para que las Bolsas retomaran la tendencia alcista y dijeran adiós a las pérdidas registradas en abril.

El Ibex 35 no ha permanecido ajeno a esta corriente. Aunque en jornadas como las del viernes el selectivo español apenas experimentó cambios (-0,14%), en mayo se anota un 4,3% y mantiene a flote los 11.300 puntos. La Bolsa española lidera las ganancias en Europa y firma su mejor mayo desde 2007, un periodo en el que el selectivo vivía su particular momento de gloria y rondaba los 15.000 puntos. Con la subida del último mes el Ibex 35 amplía las ganancias en el año al 12%.

La vuelta de tuerca a la consolidación bancaria ha sido una de las señas de identidad en el mercado español. La opa hostil de BBVA sobre Sabadell ayudó a prolongar el rally de los bancos, que aportaron el 37% de la revaloración registrada por el Ibex en el mes. Bankinter, que en las últimas jornadas marcó nuevos máximos históricos al superar la barrera de los ocho euros por acción, se anota un 9.43% en mayo. Unicaja sube un 9,78%, Santander, un 5,72%; CaixaBank, un 6,42% y la entidad objeto de deseo repunta un 7,93%. BBVA escapa a la corriente compradora y cede un 2,31%.

Aunque por su elevado peso los bancos fueron las cotizadas que más puntos aportaron al selectivo, las mayores subidas corrieron a cargo de las renovables. El interés de Brookfield por la francesa Neoen y la entrada en el mercado de los centros de datos sirvieron para mitigar el impacto que causó la revisión a la baja del ebitda por parte Acciona Energía. Con una subida del 23,13% Solaria despunta en la Bolsa mientras la filial energética del grupo que preside José Manuel Entrecanales se anota un 12,28%. Esta recuperación no anula las caídas en el año. Ambas firmas en compañía de Grifols son las cotizadas con peor desempeño en el año.

El ranking de valores más alcistas lo completaron Indra (17%), que en las últimas jornadas ha marcado nuevos máximos históricos, y Colonial (3,19%). Desde que Criteria anunciara que aumentará su peso en el capital de la socimi, Colonial disfruta de un momento alegre.

El comportamiento de la Bolsa española siguió la estela del resto de índices europeos. El Dax alemán avanzó un 3,16% en mayo; el FTSE británico, un 1,61%; el Euro Stoxx 50, un 1,27% y el Mib italiano, un 2,21%. Las caídas de las firmas del lujo por las advertencias sobre la presión de los márgenes no impidieron al Cac francés sumarse a la corriente alcista que logra arañar un 0,1% en el mes.

Al cierre de los mercados europeos Wall Street cotizaba con signo mixto. La caída de las tecnológicas en las últimas jornadas por las decepcionantes previsiones de algunas compañías de software y las noticias de que las autoridades están ralentizando la emisión de licencias de exportación de chips no empeñan el buen hacer de la renta variable estadounidense en el mayo. Con una campaña de resultados que ha superado todas las estimaciones –el beneficio por acción creció un 7,1% frente al 3,8% esperado– al cierre de los mercados europeos Wall Street acumulaba una revalorización mensual del 3%. Como se ha podido comprobar en las últimas jornadas, la renta variable empieza a mandar señales de agotamiento. Sin catalizadores a corto plazo, los analistas creen que una consolidación sería lo más adecuado.

La renta fija aguarda con nerviosismo las decisiones de los bancos centrales. La próxima semana será el turno del BCE. Aunque los inversores no dudan de que bajará los tipos 25 puntos básicos, la resistencia que sigue mostrando la inflación, especialmente la subyacente (2,9% interanual en mayo), deja en el aire los próximos movimientos. Los analistas de Bank of America esperan que la institución recuerde la necesidad de proceder con cautela. Los expertos de la entidad estadounidense prevén tres recortes del precio del dinero en 2024 y esperan que a mediados de 2025 las tasas se sitúen en el 2%. La rentabilidad del bono a español a diez años sube limita las subidas a cuatro puntos básicos en mayo, hasta el 3,39%, mientras el rendimiento de la deuda alemana al mismo plazo repunta al 2,66%.

Más incierto resulta el escenario en EE UU. La confirmación de que los tipos no volverán a subir sirvió para templar los ánimos, pero los funcionarios de la Fed han reiterado por activa y por pasiva que necesitan de más confianza en el proceso desinflacionista. Aunque el deflactor subyacente del consumo privado, la referencia más seguida por la Fed se mantuvo estable en el 2,7%, las probabilidades de rebaja de tipos en septiembre continúan estando por debajo del 50%. “El PCE confirma que los aumentos de la inflación no son tan rígidos como se temía, lo que mantiene sobre la mesa la esperanza de al menos recorte de las tasas”, señala David Russell, analista de Trade Station.

Como ha venido reiterando la Fed desde hace más de un año, Chris Zaccarelli, jefe de inversiones en Independent Advisor Alliance, remarca que estamos en un momento en que hay que tener cuidado. Aunque la desaceleración del gasto al consumo ayudará a mantener a bajo control la moderación de los precios, si la disminución del gasto es demasiado rápido, las ganancias corporativas y la renta variable podría caer mucho más rápido de lo que el banco central de EE UU podría rebajar los precios. En el mejor de los escenarios los operadores prevén un recorte de las tasas en 2024, lejos de las seis y siete rebajas que pronosticaban a finales del pasado ejercicio. La desaceleración progresiva de los precios fue suficiente para que las rentabilidades de la deuda se alejaran de los máximos. El bono estadounidense a dos años baja 16 puntos básicos y se aleja de la barrera del 5% mientras los títulos con vencimiento en 2034 cede 15 puntos, hasta el 4,5%.

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