Puig: claves del estreno bursátil que da aire fresco a la Bolsa española

El grupo de cosmética Puig protagoniza la próxima semana la primera salida al parqué español en casi dos años. Aspira a una valoración de 14.000 millones que la catapultará directamente al Ibex

Pintalabios de Carolina Herrera.Andrew Kelly (REUTERS)

La cosmética de lujo ultima su desembarco en la Bolsa española. El grupo Puig prepara su inminente debut en el parqué español, que se prevé sea el mayor estreno bursátil del año en toda Europa. La centenaria empresa, propietaria de enseñas como Paco Rabanne o Carolina Herrera, aspira a lograr una valoración de hasta 14.000 millones de euros con la colocación de 3.000 millones de euros, de los que 1.250 millones serán acciones de nuevo cuño.

El capital de la empresa estará formado por dos tipos de acciones, A y B, ...

Para seguir leyendo este artículo de Cinco Días necesitas una suscripción Premium de EL PAÍS

La cosmética de lujo ultima su desembarco en la Bolsa española. El grupo Puig prepara su inminente debut en el parqué español, que se prevé sea el mayor estreno bursátil del año en toda Europa. La centenaria empresa, propietaria de enseñas como Paco Rabanne o Carolina Herrera, aspira a lograr una valoración de hasta 14.000 millones de euros con la colocación de 3.000 millones de euros, de los que 1.250 millones serán acciones de nuevo cuño.

El capital de la empresa estará formado por dos tipos de acciones, A y B, siendo estas últimas las que cotizarán en Bolsa. Mientras, las primeras se quedarán en manos de la familia fundadora, que ha optado por blindar su poder en la futura toma de decisiones de la compañía. La colocación está recibiendo un voraz apetito por parte de los inversores, entre los que estará Criteria, el holding de participadas de CaixaBank, que ha desvelado que tendrá una posición relevante en el capital de la futura cotizada.

Colocación

Puig instrumentaliza su salto al parqué mediante una ampliación de capital (OPS) por 1.250 millones de euros, que implicará la emisión de un paquete de entre 51,02 y 56,81 millones de acciones. Junto a ella realizará una colocación en el mercado de entre 55,51 y 61,81 millones de títulos ya existentes (OPV) por 1.360 millones. A estas cuantías se podrían sumar otros 390 millones de euros en concepto de sobreajudicación (green shoe, en la jerga).

El importe recaudado por Puig irá destinado a dar liquidez a parte de la familia fundadora, comprar la participación minoritaria que no ostenta aún en la firma Charlotte Tilbury, y a refinanciar líneas de crédito y reducir deuda.

Dos tipos de acciones

El capital de la empresa estará compuesto por dos tipologías de acciones, A y B. Las primeras, que ostentará la familia, contarán con cinco derechos de voto frente a los títulos B, que solo tendrán uno y que serán los que coticen en el mercado. Tras el debut, las acciones A supondrán el 68% del capital, pero contarán con un peso mayor, del 91%, en las decisiones a adoptar por la junta de accionistas. Los Puig no han querido dejar ni un hilván suelto en la operación y se han asegurado el control político y accionarial de la firma una vez debute en Bolsa. Para ello han blindado las acciones A ante posibles transmisiones a terceros. Estos títulos solo podrán ser transmitidos libremente a otros accionistas que ya los tengan y, si en algún momento se desea realizar un traspaso a un tercero, se activará un mecanismo de suscripción preferente para evitarlo.

Valoración

La empresa ha fijado una banda orientativa de precios de entre 22 y 24,5 euros por acción, lo que implica una valoración de entre 12.700 y 13.900 millones. El apetito mostrado por los inversores ha permitido a la compañía desde el primer momento garantizarse el debut al contar con demanda de los inversores en todos los tramos.

Los bancos que asesoran a Puig en su desembarco en Bolsa, comandados por JP Morgan y Goldman Sachs, trabajan ahora en lograr que el interés de los inversores se sitúe en la parte más elevada de la horquilla e, incluso, no se descarta que se sitúe por encima. Las otras entidades encargadas de llevar a buen puerto la operación son Santander, Bank of America, CaixaBank y BNP Paribas. BBVA y Sabadell se sitúan en un tercer escalón con Oddo.

Calendario

Puig cerrará el libro de órdenes de los inversores el próximo martes 30 de abril, cuando además fijará el precio definitivo de sus títulos. Tres días más tarde, el viernes 3 de mayo, procederá a dar el tradicional toque de campana. La compañía cotizará bajo el símbolo PUIG. Está previsto que el 1 de junio finalice el periodo de estabilización y el de ejercicio, por parte de las entidades colocadoras, de la opción de sobreadjudicación.

Sin tramo minorista

La salida a Bolsa de Puig está destinada exclusivamente a inversores cualificados y no cuenta con un tramo específico destinado a los pequeños inversores. Los minoritarios sí podrán adquirir títulos de la firma cosmética en el mercado secundario desde el primer momento en el que comience a cotizar. Con todo, en el folleto de salida a Bolsa de Puig, el supervisor del mercado, la CNMV, recuerda que los inversores “deben evaluar por sí mismos la conveniencia de invertir en las acciones de la oferta”.

Desde hace años los tramos minoristas casi han desaparecido del panorama bursátil español. OPDE, la última empresa que saltó a la Bolsa sénior española en julio de 2022, sí contó con un pequeño apartado para el inversor retail. La empresa de energía renovable le destinó un 4% de los 200 millones de euros que buscaba captar en el mercado. Eso sí, los pequeños inversores que acudieron tuvieron que firmar de su puño y letra que habían leído el folleto y comprendido los posibles riesgos.

Para encontrar una salida a Bolsa con un tramo minorista de relevancia hay que retroceder hasta la de Aena, en 2015. El gestor de los aeropuertos españoles destinó un 5,71% de su colocación a los pequeños inversores (sin incluir el green shoe).

Tras su debut, Puig contará en su capital con grandes inversores institucionales como Criteria, el brazo inversor de CaixaBank, que habría suscrito una participación relevante en la colocación.

Dividendos

La empresa catalana no ha fijado una política de reparto de dividendo concreta, si bien su intención es mantener un pay out del 40% en línea con sus historial de retribución al accionista. Sus futuros inversores tendrán que esperar a 2025 para percibir su primer dividendo como cotizada, que será con cargo a las cuentas de este año.

Candidato al Ibex

Una vez debute en el parqué, Puig se convertirá en firme candidato a entrar en el Ibex 35. Según la banda orientativa de precios, por capitalización se situará entre Endesa y ACS. Su posible inclusión dará aire fresco al índice, que en 2023 no realizó ningún cambio en su composición y que lograría además dar entrada a un nuevo sector, el de la cosmética de lujo, reduciendo así su exposición a la banca y ladrillo.

Puig carecerá de comparables en la Bolsa española. Los inversores tienen que mirar al parqué francés para encontrar valores como Coty o Estee Lauder, firmas enfocadas también al mismo segmento que Puig, y a otras enseñas de lujo como LVMH, Hermes o Kering.

Fin de la sequía

Con el estreno en Bolsa de Puig se reactivan los estrenos en la Bolsa española. Las turbulencias geopolíticas sumadas a la escalada de la inflación y la posterior subida de tipos paralizaron este tipo de operaciones en el mercado. Si nada se tuerce, firmas como Tendam, Europastry o Hotelbeds harán lo propio a lo largo del año. Astara, por contra, ha optado por cancelar sus planes.

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Sobre la firma

Archivado En