Volatilidad en Grifols: el valor cierra con leves caídas después de presentar sus nuevas cifras de apalancamiento

La compañía de hemoderivados publica un endeudamiento de 8,4 veces el beneficio de explotación, un 33% por encima del dato comunicado en febrero

Instalaciones de Grifols en Parets del Vallés (Barcelona).Gianluca Battista

Grifols vuelve a acaparar la atención de los inversores ante los coletazos de la tormenta desatada por Gotham City Research en enero. Ayer, después del cierre de mercado, la empresa remitió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) los detalles sobre sus datos financieros requeridos por el organismo supervisor al hilo de las denuncias de Gotham. La empresa, que se ha comprometido a aclarar las cifras y limitar el uso de las llamadas medidas alternativas de rendimiento, ha publicado un ratio de endeudamiento de 8,4 veces el ebitda, dato que es un 33% superior al comunicado al mercado en febrero, cuando presentó resultados, 6,3 veces. Ello obedece tanto a un ajuste a la baja del ebitda como a una deuda neta que se sitúa en 10.527 millones de euros, con 1.111 millones en contratos de ‘leasing’.

La reacción del mercado, en todo caso, ha sido limitada, aunque marcada por la inestabilidad. El valor ha abierto la sesión con una caída del 2,14%, pero rápidamente se han girado al alza y luego avanzaron algo más del 1,5%. Al cierre, ha perdido un 0,27%, en 9,03 euros. El valor acumula, en todo caso, un castigo del 36% desde la publicación del informe de Gotham City Research, si bien ha recuperado el 32% desde los mínimos de 6,9 euros marcados después de la publicación de los resultados. Precisamente es la presentación de resultados que la propia empresa ha matizado a instancias de la CNMV, quien exigió una mayor transparencia.

Precisamente el castigo acumulado por el valor puede limitar el efecto de estas noticias, según los analistas. “La reacción hoy debería ser negativa, aunque por otro lado debería estar ya descontado en la cotización a estas alturas”, indican desde Bankinter. Grifols “podría verse obligada a vender activos para atender sus compromisos de deuda. Seguiremos recomendando vender y mantendremos nuestro Precio Objetivo en revisión (es decir, en suspenso por insuficiente información fiable) hasta que consideremos que está disponible toda la información fiable necesaria para realizar unos cálculos que resulten razonablemente fieles con respecto a la realidad de la compañía”, concluyen los expertos.

Grifols ha explicado que las principales diferencias en el ratio de deuda sobre beneficio de explotación se deben a la inclusión en el ebitda de los ajustes de 234 millones de euros por gastos extraordinarios, inusuales o no recurrentes, así como la introducción de los ajustes por ahorros de costes y mejoras operativas de los próximos doce meses. Estos gastos no están contemplados en las cifras de apalancamiento que la empresa comunicó en febrero, pero Grifols los publicó a partir de los compromisos alcanzados con sus acreedores, el llamado credit agreement. Igualmente, el nuevo ratio se explica también por la inclusión de los alquileres de los inmuebles (arrendamientos financieros-leasing) en los que se ubican los centros de donación de plasma como deuda, lo cual supone añadir 1.111 millones de euros a la deuda neta publicada. Con todo, la empresa destaca que esta cifra de deuda sí está recogida en las cuentas auditadas. En consecuencia, la deuda neta de 2023 según balance se situó en 10.527 millones de euros, mientras que la deuda financiera neta según ‘credit agreement’ arrojó un dato de 9.416 millones. Los datos, pese a modificar el perfil del endeudamiento del grupo, no han tenido impacto en la cotización de los bonos. Los que vencen en 2028 siguen cotizando en torno al 80% de su nominal, mientras el que vence en 2025 ronda el 93%.

De cara al futuro, Grifols remarca que a partir de ahora procederá a reducir a dos el número de medidas empleadas para reflejar el Ebitda: de un lado, el Ebitda consolidado según pérdidas y ganancias (la nueva metodología usada) y, por otro lado, el Ebitda consolidado ajustado (la que la farmacéutica venía ejerciendo). En este sentido, la compañía aclara que reportará los mencionados parámetros financieros de manera consolidada, no diferenciando la inclusión o no de las cifras correspondientes a Biotest. Asimismo, dichas dos medidas serán usadas como medidas de rendimiento de la compañía y cumplirán la función de proporcionar una mejor comparabilidad de la evolución y rentabilidad de Grifols a lo largo del tiempo, así como en relación con otras empresas. “Grifols se compromete a adoptar todas las medidas indicadas en su comunicación a la CNMV, incluyendo cualquier medida adicional necesaria para garantizar la calidad y coherencia de la información que se facilita a los mercados financieros y a los inversores”, ha agregado la entidad en un comunicado.

Los cambios en la presentación de las cuentas son la consecuencia de los requerimientos de la CNMV. El supervisor inició una investigación sobre las cuentas de Grifols y las operaciones con la sociedad patrimonial de la familia Grífols, Scranton, a partir de la denuncia de Gotham City Reserach, una oscura firma de análisis e inversor bajista, que aseguró el 9 de enero que Grifols estaba falseando las cuentas para ocultar deuda. El supervisor, tras sus primeras pesquisas, instó a la compañía el pasado 21 de marzo a publicar en un plazo de quince días hábiles un detalle del Ebitda y de las deudas financieras netas siguiendo unos criterios más transparentes, tras apreciar “deficiencias relevantes” en las explicaciones de determinados asuntos de las cuentas anuales y en el cálculo de las llamadas medidas alternativas de rendimiento (donde se enmarca el ratio de deuda sobre ebitda).

El cálculo final ha respaldado una parte de las denuncias de Gotham, quien señalaba que la deuda era mayor de lo reportado por la empresa. No obstante, el dato final queda a medio camino: Gotham había calculado entre 10 y 13 veces el ebitda, mientras que el resultado de aplicar los criterios de la CNMV deja la cifra en 8,4 veces. El informe de la Comisión criticó que las deficiencias en la información publicada por la empresa “en la medida que han dificultado en algunos ejercicios la capacidad de los inversores de entender adecuadamente la situación financiera, resultados y flujos de efectivo del emisor”.

El organismo continúa trabajando con la “mayor celeridad” y que trata de dotar de la “máxima transparencia” a la conclusión de sus actuaciones, si estas derivan en medidas sancionadoras en los términos permitidos por la normativa aplicable. Así, el supervisor señaló en aquel momento que la sanción no es prioritaria, ya que la CNMV tiene el foco puesto en “la aclaración de la información financiera a disposición de los inversores”, dada la atención social y del mercado generada. En todo caso, no descarta la apertura de un expediente.

Las aclaraciones llegan tan solo unos días después de que Grifols cerrara los últimos cambios en su consejo de administración y cúpula directiva, con la llegada al puesto de consejero delegado de Nacho Abia. En su llegada al cargo, Abia tendrá entre sus prioridades continuar acelerando el crecimiento, mejorar la excelencia operativa y seguir ejecutando el plan de desapalancamiento de la compañía. En un comunicado, el directivo afirma que continuará reduciendo la complejidad de las operaciones y mejorando la claridad. Abia reporta a Thomas Glanzmann, que mantiene el cargo de presidente ejecutivo. A su vez, Raimon Grifols y Víctor Grifols Deu han transferido sus respectivas responsabilidades como Chief Corporate Officer y Chief Operating Officer a Abia. Durante un periodo de transición, que finalizará el 31 de mayo de 2024, ambos permanecerán como asesores.

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