El Ibex se sobrepone y resiste sobre los 9.900 puntos pese a las caídas de los bancos y Repsol

La debilidad de las ventas minoristas en EE UU refuerza la idea de que la Fed recorte los tipos en el segundo trimestre

La Bolsa española.Ana Bornay (EFE)

Los inversores se logran recomponer del shock generado sesiones atrás por la resistencia que muestran los precios. La desaceleración de las ventas minoristas en EE UU en el inicio de año refuerza la idea de que la Reserva Federal recorte los tipos en el segundo trimestre. Y la caída de las rentabilidades de la deuda ayuda a apuntalar las subidas de la Bolsa, una corriente de la que esta vez no se desmarcó el Ibex 35. Después de cotizar durante gran parte de la jornada en negativo, en la recta final el Ibex 35 se dio la vuelta y logró avanzar un leve 0,11%. Este ascenso no lo devuelve a los 10.000 puntos, pero le sirve para mantener a flote los 9.900. A pesar de escapar a las pérdidas, la recuperación del índice español está a lejos de la registrada por el resto de Bolsas.

Las señales de que la economía se enfría son interpretadas por el mercado como un argumento de peso para que los bancos centrales aflojen el ritmo. Esta idea, que en el conjunto de Europa es vista con buenos ojos, tiene una menor acogida en la Bolsa española. La dependencia de la banca, el sector más beneficiado por la subida de tipos, explica este peor desempeño. Después del tirón que han experimentado las entidades en los últimos meses, las expectativas del recorte de tasas unida a la desaceleración de la economía (Bruselas empeoró las previsiones de crecimiento mientras Japón y Reino Unido han entrado en recesión) fueron aprovechadas por los inversores para hacer caja. BBVA se dejó un 1,57%; Sabadell, un 1,96%, mientras CaixaBank cedió un 0,63%. Junto a las entidades, Repsol fue la otra cotizada que más puntos restó al índice al caer un 0,5%. El Brent retorna a los 80 dólares. Es decir, se aleja de los máximos anuales registrados en las últimas semanas y pasa factura a la petrolera española.

En lado opuesto se situaron las renovables, utilities e inmobiliarias. Es decir, las cotizadas que más ansían la rebaja de tipos. Redeia avanzó un 2,32%, Acciona Energía, un 1,8% y Colonial, un 1,28%. La caída de los precios del crudo sirvió de impulso a IAG, que se anotó un 1,6%.

Más decidida fue la recuperación que experimentaron el resto de Bolsas, una tendencia que se viene repitiendo en las últimas jornadas. Aunque el verde fue el color imperante en Europa desde el arranque de la jornada, cogió mayor intensidad después de la apertura alcista de Wall Street y la contracción que experimentaron las ventas minoristas en enero. El Dax alemán repuntó un 0,6%; el Cac francés, un 0.86%; el Euro Stoxx, un 0,72% y el Mib italiano, un 1,17%. La confirmación de que Reino Unido entró en recesión no fue impedimento para que el FTSE británico avanzara un 0,38%.

Al cierre de los mercados europeos Wall Street cotizaba con signo mixto. En una jornada repleta de referencias macroeconómicas en EE UU, el dato de ventas minoristas fue al que prestaron más atención los inversores. Este indicador se contrajo en enero un 0,8%, seis décimas más de lo previsto por los analistas. Se trata de la mayor caída en un año. “Las débiles ventas minoristas y las solicitudes de desempleo (212.000) pueden ayudar a calmar los nervios del mercado a corto plazo”, señala a Bloomberg Chris Larkin, analista de Morgan Stanley. Phil Orlando, estratega jefe de renta variable de Federated Hermes, considera que unas cifras peores de lo esperado “sugieren que la economía y la inflación se están enfriando más rápidamente, lo que podría mantener sobre la mesa el primer recorte de intereses de la Fed más pronto que tarde”.

Aunque en un principio la debilidad pueda ser bien recibida a medio plazo, Orlando pide prudencia. El experto indica que las expectativas de un crecimiento del PIB y unos beneficios empresariales más débiles de lo esperado podrían lastrar las valoraciones de las acciones que están en zona de máximos, unas valoraciones que se están viendo apoyadas por los programas de recompras. Solo en los siete primeros días de febrero las cotizadas estadounidense han anunciado planes por valor de 105.000 millones de dólares.

La recuperación que experimentan las Bolsas en los últimos días está teniendo como pilar la caída de las rentabilidades. Después del sobresalto vivido el martes cuando la deuda a dos y 10 años borraron las ganancias del año y las rentabilidades de la deuda repuntaron a máximos de noviembre, recientemente se han calmado los nervios. La rentabilidad del bono con vencimiento en 2034 cede siete puntos básicos en las dos últimas sesiones, hasta el 4,24%. Más estable se muestra la renta fija en la zona euro. El bono español a diez años se sitúa en el 3,26% mientras el alemán al mismo plazo ronda el 2,35%. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha señalado en su comparecencia en el Parlamento europeo que es demasiado pronto para hablar de rebaja de tipos.

Los inversores que muestran mayor claridad en torno al primer recorte de los tipos en EE UU lo tienen complicado. Después de la solidez que mostraron los indicadores económicos en semanas anteriores, el último dato de ventas minoristas reaviva las dudas. “Si la economía se está debilitando, podría forzar a la Reserva Federal a recortar los tipos”, señala Bret Kenwell, analista de inversiones de EE UU para eToro. El experto señala que las acciones han tenido una racha tremenda, subiendo 14 de las últimas 15 semanas y que, en algún momento, tendría sentido una consolidación. “Aunque retrasar una bajada de tipos puede ser una decepción a corto plazo para los alcistas, sería mejor ver una fortaleza económica continuada bajo la superficie”, señala el experto.

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