El petróleo se abarata sin freno y lanza señales de más caídas el próximo año

El crudo ha reaccionado con descensos tanto al anuncio de recorte de producción de la OPEP como a la escalada bélica en Oriente Próximo. Los analistas ven el suelo en los 70 dólares el barril el año próximo

Pozo de extracción de petróleo en VenezuelaBetty Laura Zapata (Bloomberg)

Como siempre, oferta y demanda son las variables típicas para prever el precio de un bien o servi­cio en la economía de mercado. Pero en el caso del petróleo, a pocos días de dar carpetazo a este 2023, ni una ni otra están claras. Es más, existen versiones totalmente opuestas sobre el petróleo, que este año acumula un descenso del 10% en su precio, que acabó 2022 en los 85,91 el barril (variedad Brent) ...

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Como siempre, oferta y demanda son las variables típicas para prever el precio de un bien o servi­cio en la economía de mercado. Pero en el caso del petróleo, a pocos días de dar carpetazo a este 2023, ni una ni otra están claras. Es más, existen versiones totalmente opuestas sobre el petróleo, que este año acumula un descenso del 10% en su precio, que acabó 2022 en los 85,91 el barril (variedad Brent) y ahora se mueve en los 76,5 dólares, tras tocar máximos anuales a finales de septiembre en los 96,5 dólares.

Esta misma semana se han conocido las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que apuntan a una ralentización de la demanda de crudo en el final del presente año y también a lo largo de 2024. La AIE ha rebajado en 400.000 barriles diarios la demanda de crudo en el último trimestre del año tras prever un aumento de 2,3 millones de barriles diarios, hasta los 101,7 millones al día. “La ralentización continuará en 2024, con un aumento mundial que se reducirá a la mitad, hasta 1,1 millones de barriles diarios, ya que el crecimiento del PIB se mantendrá por debajo de la tendencia en las principales economías. La mejora de la eficiencia y el auge del parque de vehículos eléctricos también afectarán a la demanda”, según la Agencia.

Sin embargo el cártel petrolero, la OPEP, no quiere ni oír hablar de disminución en los incrementos de la demanda para 2024. Prevé, nuevamente, que crezca a un ritmo de 2,2 millones de barriles diarios para alcanzar la cifra récord de consumo de 104,4 millones. Sin duda, esta opinión del lobby petrolero mundial es interesada y no se ajusta a la tendencia dibujada en los últimos meses ni al comportamiento del precio de esta materia prima. El 6 de octubre, día previo al ataque de Hamás a la población israelí, el Brent cotizaba en 84,58 dólares y ahora está casi 8 dólares por debajo de ese nivel, pese a que el temor a una extensión del conflicto en la zona elevase su precio hasta los 92,16 dólares por barril el 20 de octubre.

La falta de reacción al conflicto bélico que se inició con la contraofensiva israelí sobre territorios de Gaza llevó incluso a la OPEP a un anuncio de recorte en la producción que tampoco ha tenido el efecto deseado de provocar un alza en los precios que, obviamente, beneficia a los productores. Así, diciembre se inició con la petición de Arabia Saudí y Rusia –los dos mayores exportadores de petróleo del mundo– a todos los miembros de la OPEP+ para sumarse a un acuerdo de recorte de la producción de 2,2 millones de barriles diarios para el primer trimestre de 2024. Este recorte se concreta en un millón de barriles diarios para Arabia Saudí, 500.000 para Rusia, 223.000 para Irak, 163.000 para Emiratos Árabes Unidos, 135.000 para Kuwait... Pero el mercado no se ha terminado de creer estos recortes, con Irán o Nigeria –miembros históricos del cártel– produciendo por encima de sus cuotas y una Rusia cuya postura está condicionada a mantener los gastos de su invasión a Ucrania. Nuevamente, el precio del petróleo volvió a caer. Para abundar en este fracaso, Estados Unidos está marcando producciones récord de petróleo que suman 13 millones de barriles diarios.

Menos demanda

Los argumentos de desaceleración en la demanda que mantiene la AIE se corroboran con la debilidad en las importaciones chinas de petróleo. Los últimos datos de las aduanas chinas correspondientes a noviembre evidencian una caída de las importaciones del 9%. No obstante, los analistas apuntan a la pujanza de nuevos emergentes que puedan equilibrar lo perdido en el gigante asiático. El caso más citado es el de la India, que podría incrementar su consumo. Igualmente, la desaceleración esperada para el próximo año tanto en EE UU como en Europa se convierte en un elemento bajista para el crudo: a menos crecimiento económico, menos demanda de petróleo.

Por su parte, el Banco Mundial ha dibujado tres escenarios de precios si realmente los productores consiguen limitar la oferta de petróleo, mientras la demanda se mantiene. Con un recorte de dos millones de barriles diarios su cotización se movería entre los 93 y los 102 dólares el barril; con cinco millones menos alcanzaría los 109-121 dólares y, por último, un descenso de ocho millones de barriles elevaría los precios a una horquilla de 140-157 dólares.

Previsiones

Pese a la evolución bajista del petróleo en el año, los analistas en sus informes para 2024 no desdeñan su influencia a estratégica puesto que una subida de precio podría afectar a la inflación y, por ende, a las esperadas bajadas de tipos de interés. Nadie se atreve tampoco a pronosticar una debacle en su precio pese a haber demostrado su incapacidad de reacción a las malas noticias. Otro elemento que pesa en favor de un precio al alza del crudo es la evolución del dólar si continúa depreciándose, al estar ligada la materia prima al billete verde.

La disparidad de previsiones para el precio del petróleo habla a las claras de la desorientación sobre cómo evolucionarán demanda y oferta. Por ejemplo, Bank of America espera un precio medio de 89 dólares para el año que viene, mientras JP Morgan apunta a una horquilla entre 81-86 dólares para mediados de 2024. En Goldman Sachs indican que fluctuará en un rango de 80 a 105 dólares, mientras que los analistas de Renta 4 sitúan su nivel en torno a los 90 dólares el barril por temores a disrupciones en la oferta.

En Bankinter, por su parte, esperan un precio medio de 70 dólares para el conjunto del próximo ejercicio, que coincide con el pronóstico de GVC Gaesco, también de 70 dólares con posibilidad de llegar a 60 en 2025. También el banco estadounidense Morgan Stanley coloca el petróleo en los 70 dólares en los primeros meses del año y esperar un ligero aumento a los 72,5 dólares hasta la mitad del ejercicio.

Los 70 dólares el barril se establecen como el suelo más probable para los expertos a lo largo de 2024. Pronósticos que cualquier incidencia bélica de mayor calado echarían por tierra. También la tendencia a sustituir el petróleo por energías limpias. Como dicen los analistas de Bank of America, “la seguridad del suministro energético se antepondría a los planes de descarbonización”.

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