Las rentabilidades de la deuda caen a mínimos de nueve meses por las expectativas de recorte de tipos en marzo

La encuesta de Reuters apunta a que el BCE aplazaría la primera rebaja al segundo trimestre

Belén Trincado Aznar

Las rentabilidades de la deuda dejan atrás los máximos registrados el pasado mes de octubre. En cuestión de un mes y medio el mercado ha pasado de poner en precio una subida adicional de los tipos antes de que finalice el año a empezar a hablar del recorte de las tasas. Esto ha sido suficiente para acelerar la caída de las rentabilidades de la deuda y dar rienda suelta a las subidas en Bolsa en las últimas semanas.

El comportamiento es generalizado. Es decir, abarca por igual a la deuda de los estados periféricos, así como a la de los denominados países core entre los que sobresale Alemania. El rendimiento del bono español a 10 años cae por debajo del 3,2% por primera vez desde el pasado mes de marzo, mientras el bono italiano al mismo plazo baja al 3,9%, niveles del pasado febrero, y el alemán se sitúa en el 2,19%, mínimos de mayo. Más llamativo es el comportamiento del bono de Grecia que saca partida del nuevo horizonte de tipos que sobrevuela el mercado y la recuperación del grado de inversión por parte Fitch.

Las caídas de los rendimientos y el consiguiente aumento de los precios se han visto impulsados en las últimas jornadas por las expectativas de recorte del precio del dinero tan pronto como en marzo. Los operadores del mercado le dan una probabilidad del 61,5% a este escenario. Con una inflación que se modera más rápido de lo previsto –el IPC de la eurozona bajó en noviembre al 2,4%– y una economía que se debilita –el PIB de la región se contrajo un 0,1% en el tercer trimestre–, los operadores están viendo las tasas en el 2,5% a finales de 2024. Hace una semana los veían en el 3%.

En una encuesta de Reuters, la mayoría de los economistas señalaron que el BCE recortará los tipos de interés en el segundo trimestre de 2024. Esta idea se ve apoyada por el deterioro económico. Los economistas esperan que la economía entre en una breve recesión invernal. Después de la ligera contracción del tercer trimestre, los expertos esperan que la economía de los 20 países de la región se contraiga nuevamente este trimestre con la misma intensidad. Dos trimestres consecutivos de retroceso económico cumplirían la definición de recesión. Aun así, se espera que esta recesión invernal sea superficial.

Los 90 expertos que participaron en la encuesta de Reuters prevén que la tasa de depósito termine 2023 en el 4%, nivel en el que se encuentra actualmente y que supone su máximo histórico hasta la fecha. Es decir, descartan por completo un nuevo repunte de las tasas el próximo 14 de diciembre. Esta idea se ha visto reforzada por las declaraciones el pasado martes de Isabel Schnabel. La representante del comité ejecutivo y uno de los halcones del BCE señaló que una nueva subida de tipos es bastante improbable.

Aferrados a estos comentarios, los inversores están descontando un recorte de 150 puntos básicos a partir del próximo mes de marzo, según muestran los futuros. No obstante, los economistas que participan en la encuesta de Reuters se muestran más cautos y en línea con lo señalado por la presidenta del BCE Christine Lagarde, sostienen que los tipos permanecerán altos durante algún tiempo. Cerca del 57% espera al menos un recorte de 25 puntos básicos antes de la reunión del julio. En la encuesta de noviembre, el 55% de los economistas esperaba que las tasas se mantuvieran en los niveles actuales del 4,5% hasta mediados de 2024. Si se cumplen las previsiones recogidas por Reuters, el BCE comenzaría a reducir las tasas antes que la Fed. En el caso del banco central estadounidense los participantes esperan que los tipos se mantengan estables hasta el próximo julio.

Si el mercado tiene razón, el BCE será el primero de los principales bancos centrales en realizar recortes el próximo año. Pero los funcionarios ya han demostrado que no tienen prisa en actuar, aunque las nuevas proyecciones tendrán que reconocer el cambio del contexto económico. El dilema al que se enfrenta la institución recuerda lo sucedido en diciembre de 2021, cuando los datos evidenciaron que la inflación se estaba acelerando, pero el BCE reiteraba que era un fenómeno transitorio. Tardó siete meses en mover ficha. La intensidad con la que subían los precios, afectados en gran medida por la energía, obligó a Lagarde a actuar con mucha más dureza

Melanie Debono, economista jefe para Europa de Pantheon Macroeconomics, intenta rebajar el entusiasmo respecto a una bajada de tipos y señala que el BCE ya ha reconocido que el endurecimiento acometido en el último año y medio va a afectar al crecimiento. “Una recesión de la magnitud que esperamos, de solo un 0,1% en el tercer y cuarto trimestre, no les hará tambalearse” subraya. Por su parte, Bas van Geffen, estratega macroeconómico senior de Rabobank, sostiene que, aunque esperan recortes no serán tan pronto ni tan pronunciados como el mercado descuenta. En su escenario base fija la reunión de septiembre como la primera para dar un giro a la política monetaria.

El Tesoro vende deuda a medio y largo plazo a tipos inferiores

Los inversores tuvieron que digerir papel nuevo. El Tesoro vendió 3.430,38 millones de euros en deuda a medio y plazo. Como ya ocurrió con la emisión de letras del pasado martes, España logró pagar menos. En deuda a cinco años y 11 meses se adjudicaron 1.198,28 millones con un cupón del 0,6% y un interés marginal del 2,838%, muy por debajo del 3,295% anterior. En obligaciones a 15 años se vendieron 1.726,9 millones con un cupón del 3,593% y una rentabilidad del 3,593%, frente al 3,902% de la subasta previa. La lista de referencias la completaron obligaciones indexadas a la inflación con vida residual de 10 años en las que se adjudicaron 505,2 millones al 1,213%, por encima del 1,55% de referencia.


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