¿Qué pasa en Bolsa cuando una empresa no presenta resultados trimestrales? De Naturgy al caso Grifols

Grifols ha tenido que retomar la presentación trimestral para dar confianza a los inversores

José Manuel Entrecanales (Acciona), Francisco Reynés (Naturgy) y Thomas Glanzmann (Grifols). Pablo Monge / GrifolsAlejandro Fernández Medina

Dos años y medio después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dejara de exigir la publicación de los resultados trimestrales, ya es posible hacer un balance del impacto que ha tenido esta decisión, que equipara la regulación española con la europea. Desde el 3 de mayo de 2021 la presentación de las cuentas trimestrales es voluntaria. Solo son obligatorias las semestrales. Tal y como se pudo comprobar en la última campaña de resultados, la mayoría de las firmas s...

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Dos años y medio después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dejara de exigir la publicación de los resultados trimestrales, ya es posible hacer un balance del impacto que ha tenido esta decisión, que equipara la regulación española con la europea. Desde el 3 de mayo de 2021 la presentación de las cuentas trimestrales es voluntaria. Solo son obligatorias las semestrales. Tal y como se pudo comprobar en la última campaña de resultados, la mayoría de las firmas siguen actualizando los datos cada tres meses.

De momento, Acciona Energía, Acciona y Naturgy se limitan a una actualización trimestral de previsiones, sin dar resultados. Y Grifols, que dejó de publicarlos al trimestre, ha retomado el calendario trimestral. La respuesta en Bolsa en cada caso ha sido muy desigual, aunque los analistas coinciden en que supone una pérdida de información. “Dar menos información trimestral es dar un paso atrás en transparencia y eso no es bueno para el valor”, subrayan desde Renta 4.

Víctor Peiro, director de análisis de GVC Gaesco, sostiene que se pierde en visibilidad para los inversores, sobre todo en el caso de las empresas que no hacen ninguna actualización. Sin embargo, comprende que la medida ayuda a las cotizadas a descargar un poco de presión ahora que se les está exigiendo más datos de reporte de ESG. “Si no se presentan resultados completos en los trimestres, pero se aporta una información comercial actualizada de las principales variables operativas y explicaciones sobre cualquier hecho relevante, la pérdida de información no es tan importante”, remarca. El experto añade que la presentación al semestre puede ayudar también a evitar una avalancha de resultados trimestrales y a dar más margen para el estudio detallado de las cifras.

Alfonso de Gregorio, director de inversiones de Finaccess Value, señala que aquellas empresas que han optado por acogerse a la medida no han experimentado un peor desempeño en Bolsa por no divulgar sus datos trimestrales. No obstante, reconoce que todo depende del momento en el que se encuentre la compañía y de su historial en la relación con los inversores.

Un buen ejemplo es Grifols. La compañía de hemoderivados fue una de las primeras que dejó de anunciar ya en 2021 resultados trimestrales, limitándose a actualizar sus previsiones y evolución de los ingresos. Sin embargo, tras el nombramiento de Thomas Glanzman como nuevo consejero delegado en mayo de este año y la puesta en marcha de un plan para devolver la rentabilidad perdida con la pandemia –entre 2020 y 2022 Grifols perdió un 65,7% en Bolsa–, la compañía ha regresado a la publicación de resultados trimestrales. Así lo hizo en el primer trimestre. Además de bajar la abultada deuda acumulada tras años de fuertes adquisiciones, uno de los objetivos de la actual cúpula es mejorar la trasparencia y recuperar la confianza de los inversores. Parece que está en camino de conseguirlo. Con la presentación de las cuentas del tercer trimestre y la vuelta a los beneficios la compañía se anotó un 12,83% el 2 de noviembre, la mayor subida en un día desde su salida a Bolsa en mayo de 2006.

El caso de Grifols es una muestra clara de que cuando hay algo importante que contar las empresas no dudan en convocar presentaciones trimestrales para explicarlo con detalle. Es decir, la transparencia cobra un protagonismo aún mayor.

Las cotizadas que habitualmente se acogen al criterio de no presentar las cifras trimestrales son Naturgy, Acciona y su filial de energías limpias. Se trata de firmas con ingresos regulados y recurrentes. Es decir, disponen de una elevada visibilidad de resultados y el mercado ha pasado por alto esta decisión. Su cotización no ha experimentado un castigo mayor que el registrado por la renta variable.

Ángel Pérez Llamazares, analista de Renta 4, señala que cuando Naturgy tiene algo importante que comunicar hace al menos una comunicación breve. Es decir, mantiene informado al mercado. El 24 de octubre el consejo de administración mejoró sus previsiones para el año y los inversores lo celebraron con una subida del 3%. El disponer de negocios regulados o semi regulados y otros regidos por contratos a largo plazo contribuye a que la compañía se acoja a la publicación semestral sin que su cotización se resienta. Un ejemplo similar es el del grupo Acciona. Un paso intermedio entre publicar o no es lo que hacen Mapfre o Ferrovial, que en el primer y tercer trimestres reducen la información que dan.

La medida de la CNMV es extensible a todas las cotizadas, con independencia del mercado en el que operen. Fuera del Ibex, Ecoener no publica las cifras trimestrales. “Se trata de una compañía que avanza con pies de plomo y no considero que haya cambios a nivel trimestral que beneficien una publicación más continua, por lo que no creo que tenga demasiado impacto”, destaca Pérez.

El riesgo de retrasar la fecha o de incumplir expectativas

Normativa.  En 2013 la Unión Europea estableció la voluntariedad de los informes trimestrales y dejó la puerta abierta a que cada país tomara sus propias decisiones. La medida comenzó a aplicarse en España ocho años después, aunque ya solo un simple retraso en la presentación de resultados es capaz de desatar el castigo del mercado. Un buen ejemplo de esto fue lo que le sucedió a CAF en mayo de 2020. Las complicaciones generadas por la pandemia llevaron a la compañía a acogerse a la ampliación de los plazos recogidos en el decreto del 17 de marzo de 2020. Esto no le evitó el castigo por parte de los inversores. El 4 de mayo, tras anunciar el retraso en la publicación de sus cuentas, CAF se dejó un 4,48% en Bolsa. Recuperar la confianza de los inversores no fue algo sencillo y las acciones continuaron los decensos en días posteriores hasta alcanzar los 26,14 euros, mínimos de marzo de aquel año, coinciendo con la declaración del estado de alarma.
Vigilancia. Aunque la CNMV ya ha eliminado la obligatoriedad de los reportes trimestrales, el organismo está vigilante. En el momento en que las previsiones avanzadas por una compañía empiezan a no cumplirse, el organismo pedirá explicaciones porque tal y como reconoce la legislación, se trata de una información sensible. En el resto de mercados europeos que tampoco exigen los reportes trimestrales, la mayoría de las empresas los siguen presentando igualmente, en sintonía con lo que ocurre en España.


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