El aumento de la rentabilidad de las letras del Tesoro dispara casi un 100.000% en un año la tenencia de los minoristas

En el mes de abril, los pequeños inversores ostentaban el 18,38% del total de letras emitidas a corto plazo en circulación, equivalente a 13.206 millones de euros, una cifra a años luz de los 14 millones de abril de 2022

Edificio de El Tesoro PublicoPablo Monge

El aumento de la rentabilidad de las letras del Tesoro -que ya roza el 3,8% a 12 meses- ha generado una enorme atracción en los inversores minoristas, que en el mes de abril contaban ya con el 18,38% de los bonos emitidos a corto plazo en circulación, lo que equivale a 13.206 millones de euros. Así se refleja en el último boletín mensual de estadísticas del Tesoro, que revela cómo fue la evolución de la distribución por tenedores de la deuda española emitida hasta el cuarto mes de 2023. En pleno debate sobre si la remuneración ofrecida por la mayoría de depósitos bancarios es lo suficientemente alta, los ciudadanos han encontrado en las letras del Estado una alternativa para generar un flujo de ingresos pasivos a corto plazo y, de hecho, han incrementado su tenencia en más de un 94.300% en términos interanuales. El increíble porcentaje se explica en parte por la elevada cifra del mes de abril de 2023, pero sobre todo, por la prácticamente inexistente situación de partida. En abril de 2022, los minoristas solo tenían 14 millones de euros en letras.

Tras seis años con intereses negativos -en los que los inversores pagaban al Estado por comprar deuda-, las letras volvieron a ofrecer el pasado mes de septiembre remuneraciones a los inversores, aunque muy modestas -del 0,027%-. Se experimentó entonces un pequeño incremento del importe en propiedad de las personas físicas (+10,2%), hasta los 1.079 millones.

Esta tendencia se acentuó con el paso de los meses como consecuencia de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). El organismo dirigido por Christine Lagarde ha aprobado sucesivas subidas de los tipos de interés hasta el 4% y los expertos dan por descontado que volverá a elevarlos en 25 puntos básicos durante este mes de julio. Este encarecimiento del dinero conllevó un incremento de la rentabilidad de la deuda soberana y, asimismo, un crecimiento exponencial de la inversión minorista, que ya superó los 13.200 millones en abril, según el último dato disponible.

Para entender el impacto de la política monetaria del BCE sobre las emisiones de deuda, cabe recordar que el Tesoro colocó este pasado martes 4.237,78 millones en Letras a 12 meses a cambio de una remuneración media del 3,775%, un nivel que no se veía desde julio de 2012. En la misma subasta de hace justo un año, el interés medio se situó en el 0,687%; y hace dos fue negativo, del -0,586%.

Como aproximación de la participación de los minoristas en la última colocación a 12 meses, las pujas no competitivas -aquellas en las que solo se indica la cantidad deseada independientemente del precio, que en su mayoría vienen de inversores particulares- representaron un poco menos del 15% de la emisión: 621,41 millones.

Cese de compras del BCE

Con todas estas cifras, los particulares han incrementado su peso sobre la deuda hasta el 18,38%, un porcentaje que revela un peso ya equiparable al resto de agentes. De hecho, los inversores privados están sustituyendo con éxito en la deuda a corto plazo al Banco Central Europeo (BCE), que anunció el año pasado que dejaría de efectuar compras netas de deuda española y solamente reinvertiría a medio y largo plazo 22.500 millones de los 33.500 millones que estima que posee en amortizaciones.

Este cambio de ruta es especialmente relevante porque sus compras netas de deuda soberana española llegaron a los 30.000 millones en 2022, con una reinversión de amortizaciones por valor de 31.000 millones. No obstante, a pesar del menor protagonismo del BCE, el contexto de mayores tipos de interés ha facilitado que otros agentes absorban las necesidades de financiación de España a corto plazo.

Los inversores particulares (+94.300% en tenencia de letras) y las empresas no financieras (+2.450%, hasta alcanzar los 6.228 millones) han sustituido por el momento al banco central, que ha reducido el importe de letras del Estado en posesión desde el máximo de 7.327 millones registrado en junio del año pasado hasta los 955 millones en abril. Y, junto a los bancos residentes en España, han reemplazado también a los inversores no residentes, que han cortado a la mitad sus compras y solo poseen ya 24.383 millones en letras, frente a los 48.584 millones de hace un año.

El 1,2% del total de deuda

Esta apuesta de los particulares por la deuda soberana ha incrementado el volumen en posesión por encima de los 14.000 millones -máximo histórico-, y ha disparado su peso sobre el conjunto de letras y bonos en circulación hasta el 1,18%. Este porcentaje es muy inferior al del resto de agentes, pero por ahora ha sido suficiente para disimular el cese de compras del BCE.

El organismo dirigido por Christine Lagarde ha reducido su tenencia de deuda pública española desde el máximo de 416.777 millones del pasado mes de septiembre hasta los 410.408 millones. No obstante, todavía maneja el 32,47% del capital en circulación.

El principal tenedor, sin embargo, siguen siendo los inversores extranjeros. Los no residentes incrementaron su peso en 5.000 millones en 2022 y rozaron los 500.000 millones, pero, en términos porcentuales, su peso se ha reducido en más de tres puntos en el último año, hasta el 39,8%.

Por su parte, los bancos residentes en España aumentaron su tenencia de deuda desde los 148.061 millones de abril de 2022 hasta los 169.503 millones de euros, el 13,41% del total; mientras que los fondos de inversión han casi multiplicado por dos su apuesta por la deuda española, pasando de poseer 15.885 millones a amasar 36.775 millones.

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