La Bolsa europea amenaza con quitar a Wall Street la corona de las cotizadas chinas
El mercado suizo despunta por su neutralidad y los menores costes
La tensión que mantienen desde hace años EE UU y el gigante asiático amenaza la cotización de las empresas chinas en la Bolsa de Nueva York. El fracaso de las conversaciones y la negativa de las autoridades chinas a que los reguladores estadounidenses verifiquen las auditorias financieras ponen en la cuerda floja a unas 170 firmas que podrían ser expulsadas en 2024. Aunque los legisladores estadounidenses están estudiando un proyecto de ley para acortar el plazo, algunas firmas ya se han adelantado y el pasado mes de agosto cinco gigantes estatales anunciaron sus planes para dejar de cotizar en EE UU.
En medio de las tensiones geopolíticas que mantienen las dos mayores economías del mundo, Europa emerge como un destino de interés para las cotizadas chinas. Las menores presiones regulatorias han provocado que parte de las firmas chinas que buscan financiación fuera de sus fronteras dirijan la mirada al Viejo Continente. Este proceso se ha visto agilizado por el Shanghai-London Stock Connect, un sistema creado en 2019 para facilitar la cotización transfronteriza y que en 2022 se amplió a Suiza y Alemania.
La simplificación del proceso, los menores costes y la neutralidad de Suiza convierten a la Bolsa de Zúrich en objeto de deseo. El hecho de que Suiza no forme parte de la UE le permite ser un polo de atracción para las empresas extranjeras.
Mientras en EE UU la fórmula que escogen las empresas chinas así como las firmas de otra nacionalidad para cotizar en la Bolsa de Nueva York son los ADR (American Depositary Receipt), las firmas asiáticas que dan su salto a la Bolsa suiza lo hacen a través de GDR (Global Depositary Receipt). Su funcionamiento es el mismo: son certificados bancarios que representan una inversión en acciones en un país extranjero y que son emitidas por bancos.
La avalancha de cotizaciones chinas que recibió la Bolsa de Zúrich en 2022 convirtió a este mercado en uno los más activos en lo que a estrenos bursátiles se refiere en el año pasado, por delante incluso de Londres o Ámsterdam, mercado este último cuyo volumen no ha parado de crecer desde el Brexit. Así, la Bolsa suiza captó colocaciones por importe de 2.500 millones de euros el año pasado, solo por detrás de la Bolsa alemana (8.750 millones), gracias al éxito de la colocación de Porsche. Según datos de SIX, los debuts en la Bolsa suiza en 2022 superaron a los de un año antes gracias al éxito del programa China-Suiza Stock Connect. De las 14 OPV, nueve correspondieron a GDR de compañías chinas, que captaron 4.300 millones.
Frente a estas cifras, en EE UU debutaron 16 empresas chinas el año pasado, frente a las 42 de 2021, y el dinero levantado se redujo en un 96%. Por sectores las cotizadas chinas vinculadas con la salud y a la alta tecnología centran la atención. Una tendencia que se repite en el inicio de año. En los primeros meses del presente ejercicio, el fabricante de baterías Sunwoda Electronics, Joincare Pharmaceutica y Lepu Medical Technology son tres de las cotizadas que han emitido GDR en Zúrich.
A pesar de este furor, en las últimas semanas el regulador de valores de China está retrasando las aprobaciones de nuevas solicitudes para colocar GDR, según datos de Bloomberg. Esta pausa, que ha coincidido con la sacudida bancaria de EE UU y el rescate a Credit Suisse, amenaza la época dorada que ha vivido la Bolsa europea en la segunda mitad de 2022, un periodo marcado por la elevada inflación y el alza acelerada de los tipos.
Pero no es oro todo lo que reluce. Aunque las empresas chinas ven en la Bolsa suiza una gran oportunidad para hacer crecer sus negocios y mejorar su visibilidad, la liquidez es menor. Es decir, existen menos compradores y vendedores que el mercado estadounidense.
Un camino de doble sentido
Mercado chino. Aunque hasta la fecha el programa Stock Connect ha sido empleado para agilizar al salto de las firmas chinas a la Bolsa europea, el acuerdo también contempla la posibilidad de que firmas europeas se lancen a cotizar en el mercado asiático. Las empresas respaldadas por los inversores chinos ocupan los primeros puestos como candidatos potenciales. Frente a los GDR de las firmas chinas, las europeas emplearán la fórmula de CDR (certificados de depósito chinos).
Requisitos. Aunque la presión regulatoria de Suiza es menor que la de EE UU, entre los requisitos que deben cumplir las empresas asiáticas que quieren emitir GDR se encuentra la de disponer de un historial y estados financieros auditados durante tres años completos. Asimismo, los auditores de la firma china deben estar supervisados por la Comisión Reguladora de Valores de China (CSRC, por sus siglas en inglés), el equivalente a la CNMV en España.
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