Las empresas españolas casi triplican desde mínimos de 2014 la emisión de pagarés
El expertos fían al BCE que este mercado aumente su atractivo para el inversor
Años de tipos de interés ultrabajos y de liquidez abundante por parte de los bancos centrales hacia el mercado han facilitado que las empresas, tanto cotizadas como las no cotizadas hayan reducido su financiación bancaria. La capacidad de financiación de las empresas a través de pagarés, con una duración entre tres días y dos años, se ha disparado en los últimos años. Desde los mínimos registrados en 2014, cuando se emitieron menos de 15.000 millones de euros en este tipo de deuda, la financiación vía pagarés se ha multiplicado hasta los 39.525 millones de euros a cierre de 2022, según datos de la CNMV.
Solo el año pasado, las empresas casi duplicaron la emisión de este tipo de deuda a corto plazo para financiar sus necesidades de circulante con respecto a 2021 (ver gráfico). El Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) sigue teniendo un peso fundamental en la colocación de este tipo de deuda. Solo en 2022 las empresas emitieron 12.967 millones en este mercado, un 125% más que cinco años antes. Y en los dos primeros meses del año han continuado con la colocación de otros 2.480 millones, aunque fuentes del mercado reconocen que desde mitad del año pasado el interés de los inversores por este tipo de deuda se ha reducido ante la subida de tipos, la incertidumbre sobre dónde se situará el techo del precio del dinero y el aumento de la rentabilidad de otras alternativas de inversión.
José Ignacio Victoriano, director de inversiones de Renta 4 Gestora, apunta que a medida que crece la visibilidad sobre el entorno de tipos “en los últimos meses ha mejorado algo el mercado de pagarés, pero aún no estamos en un entorno comparable a principios de año pasado y anteriores”. Según datos recopilados por PKF, en enero la colocación de pagarés en el mercado español creció un 10%.
Así, en los últimos meses se ha apostado por colocar pagarés a plazos más cortos –uno y dos meses–, frente a vencimientos más largos, como los seis meses, más frecuentes hace justo un año. Una apuesta por los plazos más cortos por parte de los inversores que ha provocado, según reconocen desde el mercado, que “el mercado de bonos del MARF esté seco” a la espera de mayor claridad en el entorno económico y de tipos de interés.
El auge de los pagarés de años atrás ha coincidido además con nuevas incorporaciones de miembros. Así lo destaca Jorge Ceballos, director de distribución de renta fija de Beka Finance, quien reconoce que “ante el encarecimiento del crédito tradicional bancario han entrado nuevos players para financiar su circulante”, que varía en función de las necesidades de su tesorería. Nuevos emisores, entre los que hay firmas tanto cotizadas como no cotizadas, como Nexus, EiDF o La Sirena.
“El número de emisores en España de papel comercial se ha incrementado desde los 15 que había en 2015 a cerca de 100, tanto con grado de inversión como sin él, los high yield non rated, que son los que más han crecido. Un aumento justificado por la facilidad para emitir deuda en el MARF para las empresas pequeñas y el apetito inversor para buenos nombres con rentabilidades atractivas comparativamente”, comenta Wafi Saleh, Capital Markets AV de PKF.
Unas cifras que seguirán al alza pero que, apuntan desde el mercado, puede que no encuentre el mismo aumento del apetito por parte de los inversores en un entorno de tipos al alza que ha devuelto la rentabilidad a muchos productos. Así, Saleh considera que “el número de emisores nuevos seguirá aumentando pero puede que haya más emisores que demanda. Actualmente, con los tipos tan altos y los niveles de rentabilidad que ofrecen en el mercado la necesidad de encontrar un activo de inversión no es tanta como antes con tipos en negativo”.
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