El Tesoro coloca 5.000 millones a 15 años en su segunda sindicada del año

Recibe peticiones por más de 30.000 millones de euros

El director general del Tesoro, Álvaro López Barceló.Pablo Monge

El Tesoro ha lanzado hoy su segunda emisión sindicada del año, con la que captar recursos adicionales de forma directa entre inversores institucionales al margen de las tradicionales subastas. Ha colocado un nuevo bono a 15 años de plazo por un importe de 5.000 millones de euros y después de recibir peticiones por más de 30.000 millones de euros.

El diferencial de partida ha sido de 12 puntos básicos sobre la referencia ya existente a ese plazo aunque finalmente se ha rebajado a los 10 puntos básicos. El mercado exige hoy una rentabilidad a la deuda soberana española a 15 años del 3,78%. Según señalan fuentes del Tesoro, se ha registrado ”una elevada demanda, en línea con la recibida por otros países europeos a plazos largos, que pone de manifiesto una vez más la confianza de los inversores en la economía española”.

El Tesoro ha optado por lanzar esta segunda emisión sindicada de 2023 antes de la publicación de este jueves del dato de IPC de la zona euro de enero, que no se espera muestre una moderación de la inflación en el arranque de año que permita al BCE aflojar el paso con las alzas de tipos de interés. La previsión del consenso de mercado es de un alza de precios del 8,6% en tasa interanual, una décima más que en diciembre, sin cambios en la tasa subyacente, que seguiría en el 5,2%.

La colocación de hoy del Tesoro llega de hecho en un momento en que en el mercado se vuelven a tensionar las rentabilidades de los bonos soberanos y cuando los expertos están elevando sus previsiones para el tope al que subirán este año los tipos de interés. Goldman Sachs acaba de actualizar su estimación de tipos para EE UU y espera ahora un aumento adicional por parte de la Fed de 75 puntos básicos, con subidas de cuarto de punto en la reuniones de marzo, mayo y junio.

La demanda recibida hoy por el Tesoro ha sido muy inferior a la registrada en la sindicada de enero, cuando lanzó un nuevo bono a 10 años que recibió peticiones por más de 86.000 millones de euros. Vendió en esa emisión 13.000 millones de euros, en la segunda mayor colocación sindicada de su historia. Enero fue un mes especialmente intenso en colocaciones de deuda, tanto soberana como corporativa, en el que los emisores aprovecharon el elevado apetito de los inversores por la renta fija con que arrancó 2023. Casi a finales de febrero empieza a hacerse patente sin embargo una mayor inquietud en el mercado por las alzas de tipos que están aún por venir y que van a seguir encareciendo el coste de financiación.

La sindicada de hoy contrasta también con la realizada por el Tesoro en febrero del año pasado, cuando colocó 7.000 millones a un plazo muy superior, de 30 años, en un momento en que financiarse a largo plazo tenía un coste mucho más barato. No sería hasta julio de ese año cuando llegaría la primera subida en once años de los tipos de interés en la zona euro.

La colocación de ayer contó con el apetito de los inversores extranjeros, que tuvieron una participación del 88,6%, siendo los de Reino Unido e Irlanda los más activos (28,7% del total). La deuda se repartió entre 168 cuentas de inversores, de los que un 39,7% fueron gestoras de fondos, seguidos por las tesorerías bancarias y aseguradoras y fondos de pensiones.

El Tesoro español ha emitido en lo que va de año 57.462 millones de euros, lo que implica que ya ha cubierto el 25% de su objetivo en deuda a medio y largo plazo para este año. La vida media de la deuda en circulación es de 7,93 años.

El Tesoro sí está recibiendo en el inicio de 2023 una fuerte demanda de letras entre los inversores particulares, pero necesita del respaldo de los grandes inversores institucionales para cumplir con sus objetivos de emisión de este año, más aún teniendo en cuenta que el BCE reducirá a partir de marzo sus compras de deuda soberana española, dentro del proceso de reducción de su balance. El organismo calcula de hecho que el BCE dejará de adquirir deuda española por un importe inicial que rondaría los 1.400 millones de euros al mes.

El Tesoro contempla una emisión bruta para todo el año de 256.930 millones de euros, el 8,2% más que el pasado año. La emisión neta, una vez descontada la amortización de deuda, se mantendrá en los 70.000 millones de euros, en línea con el año pasado.

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