Agenda para el impulso del mercado único de pensiones: algunas claves para un entorno paneuropeo cada vez más integrado
Es imprescindible intensificar la educación financiera para cambiar la percepción de los consumidores sobre los instrumentos de ahorro

En un contexto marcado por la creciente presión para reforzar los sistemas de previsión social complementaria ante la sostenibilidad comprometida de los sistemas públicos, y por la ambición de la Unión Europea de consolidar un verdadero mercado único de pensiones que facilite la movilidad de los trabajadores, el segundo semestre del año se perfila como un momento decisivo para el mercado de pensiones en Europa, marcado por los siguientes ejes.
Los productos paneuropeos de pensiones individuales (PEPP, por su acrónimo en inglés), en vigor desde 2022, aspiraban a convertirse en un hito clave para la evolución de un mercado interior de productos de pensiones. Diseñados bajo una arquitectura multicompartimento adaptada a los requisitos jurídicos de cada país, permitirían fomentar la portabilidad plena entre Estados miembros, la transparencia de costes, la protección de los ahorradores, y la mejor competencia entre proveedores.
Sin embargo, el reducido éxito de los PEPP ha provocado que la Comisión Europea y EIOPA se encuentren evaluando las medidas necesarias para superar las barreras para su comercialización, incluyendo la imprescindible armonización fiscal entre Estados miembros, la posibilidad de permitir contribuciones empresariales, la necesidad de evidenciar la relación calidad-precio del PEPP, o la reducción de su carga administrativa. De esta versión actualizada del PEPP dependerá su éxito o estancamiento.
En julio de 2024 la Comisión Europea inició un procedimiento de infracción contra España por entender que, tanto los límites financieros (pero no fiscales) de aportación máxima anual a instrumentos de previsión social complementaria, como el hecho de permitir traspasos individuales nacionales entre planes de pensiones, pero no transfronterizos, constituyen un obstáculo al mercado único.
El interés por estructuras optimizadas que permitan gestionar fondos de pensiones de empleo en múltiples jurisdicciones desde una única plataforma sigue creciendo, especialmente entre grandes grupos multinacionales.
Se espera en los próximos meses la revisión de la Directiva (UE) 2016/2341, sobre fondos de pensiones de empleo (“IORP II”), que abordará, entre otras cuestiones, la mejora del régimen de movilizaciones transfronterizas de fondos de pensiones. Para los operadores que gestionan o aspiran a gestionar esquemas transfronterizos, el impacto puede ser significativo, especialmente si se introducen mecanismos más ágiles para la autorización y supervisión conjunta entre autoridades nacionales.
En España, la implementación práctica requiere abordar algunos retos operativos hasta obtener las autorizaciones administrativas correspondientes, pero el interés del mercado y del regulador (DGSFP) están facilitando la acogida.
Algunos países como Reino Unido cuentan con marcos de afiliación obligatoria de los trabajadores a planes de empleo de sus empresas que funcionan con eficiencia y consiguen elevar la participación a niveles muy altos.
EIOPA defiende la afiliación automática para mejorar la sostenibilidad del sistema de pensiones. No obstante, trasladar esta propuesta a otros países plantea algunas dudas jurídicas sobre la libertad individual y los derechos laborales, y reticencias por parte de las empresas, que tendrán que gestionar y administrar estos colectivos.
No basta con ofrecer más productos y cada vez más sofisticados. Es imprescindible intensificar la educación financiera para cambiar la percepción de los consumidores sobre los instrumentos de ahorro y traducirlo en resultados visibles, a través de herramientas amigables (como la gamificación, los planificadores de presupuestos y calculadoras de objetivos en aplicativos móviles) que tengan en cuenta el nivel y conocimientos de cada usuario, así como integrar la educación financiera adaptativa.