Me han despedido sin causa, ¿qué puedo hacer?
Evita reacciones impulsivas, discusiones, gritos o confrontaciones con tu empresa, asume el cese y presta atención a lo que está ocurriendo
El despido de un trabajador es una situación que puede resultar estresante y emocionalmente agotadora. Sin embargo, es crucial que, en ese momento, el trabajador mantenga la calma y tome las medidas adecuadas para proteger sus derechos laborales.
En este artículo, te ofrecemos una serie de consejos prácticos, sencillos y claros para que sepas cómo actuar y reclamar sus derechos en caso de un despido sin causa o sin causa justa.
En el momento del despido evita reacciones impulsivas, discusiones, gritos o confrontaciones con tu empresa. Asume el despido y presta atención a lo que está ocurriendo.
Atento a la forma del despido. Si el cese es verbal trata de confirmarlo por escrito a través de un correo electrónico, un mensaje de WhatsApp o un burofax sobre tu despido dirigido a la empresa. Deja rastro, porque un despido verbal no es válido legalmente y supone el incumplimiento de la obligación de comunicar por escrito al trabajador la decisión de prescindir de sus servicios. Por tanto, el despido verbal se calificará de improcedente y puedes cobrar una indemnización de 33 o 45 días de salario por año, según la fecha de tu contrato.
Pero si te entregan una carta de despido y te piden que firmes la carta, hazlo. Normalmente entregan dos cartas, una para la empresa, y otra para el trabajador. Es muy importante que en la carta que se va a quedar la empresa, anotes la fecha; después firma la carta y escribe “no conforme”. De esta forma, podrás reclamar dejando claro desde el primer momento, que no estabas de acuerdo con la decisión del empresario.
Tras ser despedido del trabajo, un experto en derecho laboral te explicará las siguientes gestiones a llevar a cabo: primero comprobará los plazos de reclamación y, de ser posible, presentará una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación Arbitraje y Conciliación (SMAC) que opere en tu comunidad autónoma. También comprobará tu liquidación al cese y verificará que te pagan lo que te pertenece.
Recuerda que el finiquito lo debes cobrar siempre, ya que contiene conceptos que ya has generado durante tu actividad, pero todavía no has cobrado (vacaciones no disfrutadas, pagas extra no prorrateadas, horas extraordinarias realizadas que no se han pagado... etc).
Solamente tendrás derecho a indemnización desde el momento inicial si el despido es objetivo (20 días por año), no si la empresa afirma que es disciplinario. No obstante, puede que después un juez confirme que es improcedente, en cuyo caso percibirás una indemnización, que es más elevada que la que corresponde por despido objetivo.
Además, debes recopilar todos los documentos necesarios. Es importante organizar todos los documentos relacionados con tu empleo y tu despido. Los contratos y sus anexos o modificaciones, nóminas, evaluaciones de desempeño, comunicaciones escritas y cualquier otro documento relevante, y por supuesto, la propia carta de despido.
Si piensas que en tu despido hubo irregularidades mientras eras parte de la empresa es importante recopilar pruebas que respalden tus sospechas como correos electrónicos, mensajes, fotografías, vídeos, testimonios de trabajadores u otra documentación relevante que pueda beneficiarte en caso de juicio.
También te tienen que entregar el certificado de empresa, o asegurarte de que el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) va a disponer de él online, ya que lo necesitarás para solicitar la prestación por desempleo en caso de que hayas generado derecho a paro y necesites pedirlo.
¡Y cuidado con los plazos! ¿Qué tiempo tengo para reclamar? El plazo para presentar una demanda por despido es de 20 días hábiles desde la comunicación del cese. Respeta el plazo porque la ley no es flexible en ese sentido.
Si has presentado la demanda de conciliación, o lo ha hecho tu abogado, no faltes el día que te citen al acto de conciliación. Este proceso puede facilitar la resolución amistosa de conflictos y evitar procedimientos legales más costosos y prolongados. Un abogado laboralista puede acompañarte en este camino y, sobre todo, representarte durante las negociaciones. En el acto de conciliación está presente un letrado de la administración que redactará un acta de lo que ocurre en el encuentro con la empresa. Normalmente no interviene ni realiza una labor de intermediación. Cuando finaliza la convocatoria, todo queda documentado y queda constancia si no se ha producido acuerdo.
Pero si la empresa ofrece una solución supuestamente favorable para ti, tu abogado te puede aconsejar que aceptes o no, previendo lo que puede pasar después en un juicio. Si no hay acuerdo entre las partes durante el acto de conciliación, se inicia el plazo para interponer demanda ante los juzgados de lo social.
No olvides que se trata de un proceso técnico y formalista en algunas cuestiones, por lo que un profesional con experiencia acreditada podrá analizar tu situación, informarte sobre tus derechos y alternativas, y darte el apoyo necesario para tomar decisiones informadas. Si finalmente decides acudir a la vía legal, te acompañará en las acciones que se tengan que llevar a cabo.
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