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En colaboración conLa Ley

Nuria Marcos (Pons IP): “La tecnología ha sido clave en nuestro crecimiento en 2023”

“Con la automatización de procesos y las nuevas herramientas se ha ganado en eficiencia: el EBITDA crecerá hasta un 25%”

Nuria Marcos, directora general de Pons IP.
Nuria Marcos, directora general de Pons IP.PABLO MONGE

Los asesores jurídicos son más necesarios en tiempos convulsos que en épocas de sosiego. Esta afirmación cobra especial relevancia respecto de los consultores de propiedad industrial e intelectual y de marca porque dan seguridad a las compañías para explotar su modelo de negocio. Europa lleva un lustro haciendo equilibrios para sortear el frenazo económico derivado de la mayor crisis sanitaria del siglo y de una guerra que golpea a sus puertas mientras se adapta a un mundo que cambia vertiginosamente con la inteligencia artificial (IA) generativa. Las turbulencias espolean a las empresas para proteger sus marcas y tecnología y eso da más trabajo a los asesores.

Es en este escenario se enmarca el movimiento táctico que Pons IP realizó hace ahora año y medio transitando, con ayuda de la tecnología, desde un modelo tradicional de asesoría hacia una “consultoría global” de propiedad industrial e intelectual. Los equipos incluyen abogados y perfiles técnicos, como expertos en marketing y branding para asesorar sobre marcas. El foco está en dotar al cliente de una estrategia para explotar su negocio de forma competitiva, no tanto en buscar deducciones fiscales a la innovación.

Un plan acertado a tenor de los buenos resultados de la compañía. Según adelanta para CincoDías su directora general, Nuria Marcos, Pons IP cerrará el año con algo más de un millón de euros de facturación extra, un 12% más que el año anterior, lo que dejará los ingresos de la firma en torno a los 17 millones de euros. Lo más relevante, subraya Marcos, que lleva un cuarto de siglo en la organización y catorce años capitaneando la compañía, es que “el crecimiento en el EBITDA va a situarse en torno al 20-25%”. “Hemos mejorado bastante la rentabilidad porque al meter tecnología, automatización de procesos y las nuevas herramientas se ha ganado en eficiencia y eso se ha notado en las ventas y en el margen”, explica.

Esta metamorfosis ha permitido a Pons IP adaptarse a las necesidades de los clientes, explica Nuria Marcos. Las empresas ya no quieren pagar por trámites sin una utilidad adicional. “El valor está en que lo que le entregues le sirva para ganar más dinero y hacer que su negocio crezca”, asegura esta licenciada en derecho con dos másteres (uno en propiedad intelectual y otro en dirección comercial y marketing). La firma fue pionera al lanzar hace un año Singular TM, una plataforma para registrar online marcas en España y en la Unión Europea a un coste ajustado dirigida a emprendedores y pymes. Una nueva línea de negocio a base de herramientas tecnológicas que cubren ciertos servicios básicos y que “ayudan a poner el foco donde lo estamos poniendo con los servicios de consultoría”.

En este contexto, Pons IP se ha marcado el objetivo de lanzar una herramienta legaltech al año. Ahora están trabajando en el lanzamiento para principios de 2024 de Due Diligence de IP. El nuevo producto que se unirá al porfolio al que ya pertenecen Safe Evidence, que" permite el sello cualificado de tiempo para trámites de marcas o para generar evidencias digitales", o Alerta, "que es un sistema de detección y vigilancia online y offline para que los clientes protejan sus marcas y dominios". El juego es poner capas de valor en que la base sea la herramienta, a la que se superponga "la estrategia del equipo", cuyo trabajo pueda lucir más.

Y es que, augura Marcos, la propiedad industrial es una de las primeras profesiones legales a la que llegará el fenómeno de la “comoditización”, es decir, cuando los productos son tan similares que la decisión de compra se basa en el precio, porque es cercana a muchos trámites. Se va a comoditizar "la parte del trámite, pero no la parte de estrategia”, matiza.

El objetivo, subraya la directora general de Pons IP, es garantizar al cliente que “pueda explotar de forma correcta toda su inversión” en un momento en el que irrumpen en el mercado activos cada vez más complejos. “Las nuevas tecnologías cambian bruscamente el espectro”, reconoce Marcos, pero el problema de fondo sigue siendo el mismo: resolver las dudas sobre propiedad, responsabilidad y riesgo de los activos que generan los clientes. “Tienes que ver de qué modo puedes establecer una estrategia de protección que le sirva para ir seguro a explotar su negocio o rentabilizarlo”.

IA generativa

Nuria Marcos, una enamorada de su trabajo porque siempre le ofrece nuevos desafíos, está convencida de que la IA generativa será “la mayor disrupción en el ámbito legal que ha habido desde la aparición de internet”. De hecho, argumenta, “si evaluamos la tendencia en las solicitudes de patentes en la media de los últimos cinco años, el 28% provienen de la inteligencia artificial”. “Para nosotros, más que un reto, es una oportunidad”, afirma.

La IA no nació ayer, pero ha despegado con soluciones como el ChatGPT y mejorará la eficiencia del sector. “No va a acabar con la profesión legal, pero va a liberarla de tareas repetitivas, como las búsquedas de antecedentes de patentes”, opina. De esta forma, los equipos se podrán concentrar en “tareas de mayor valor que la máquina todavía no sea capaz de hacer”. "Hoy hay flujogramas de inteligencia artificial y se puede realizar búsqueda de legislación con herramientas que son mucho más eficientes que tener a un becario, como teníamos hace 25 años buscando esa información", expone.

"Estamos viendo que este cambio es profundo, que pone en entredicho las bases jurídicas de la autoría, propiedad, responsabilidad, riesgo, que era la base de la propiedad industrial, pero, además, ofrece oportunidades infinitas para mejorar la eficiencia y la efectividad de los modelos de negocio", añade Marcos. "Si somos capaces de generar soluciones que encajen en el marco legal actual, el cliente podrá desarrollar modelos de negocio con tranquilidad", afirma.

Mientras se aprueba definitivamente el reglamento europeo de la IA que fije unas reglas claras sobre qué se puede hacer y que no según el nivel de riesgo del sistema, Pons IP está acompañando muy de cerca a aquellos clientes que crean soluciones en el entorno de la deeptech o tecnología profunda, tanto en el aspecto técnico como en el regulatorio.

“El peligro que corre la legislación en Europa ahora mismo es que se quede obsoleta antes de que se apruebe”, lamenta Marcos. La ley de inteligencia artificial europea, señala, es necesaria para regular el plano ético de la tecnología: "nosotros vivimos la propiedad intelectual desde la perspectiva de la autoría, de la creatividad, de la protección al final de los derechos inherentes a las personas físicas", afirma.

La directora de Pons IP cree que la Unión Europea no debería contentarse con el papel de regulador y pelear más por el liderazgo en tecnología empoderando a las startups que crean soluciones. “No hay que tirar la toalla con EE UU, China o Japón”. Estas potencias son las que están llevando "la voz cantante en cuanto a las empresas que están trabajando en generar soluciones sectorializadas, por ejemplo, con inteligencia artificial"

Un reciente informe presentado con Fundación Cotec pone sobre la mesa la relevancia de la propiedad industrial como factor catalizador de lo que se conoce como soberanía tecnológica. Ello implica, según Nuria Marcos, “definir en qué sectores queremos ser soberanos”, que no es "independencia total", aclara. Por ejemplo, apunta, “España podría ser perfectamente líder en vehículo autónomo y conectado”.

Soberanía tecnológica

Informe. La Fundación Cotec para la innovación y Pons IP presentaron en noviembre el estudio Soberanía tecnológica y propiedad industrial en el que se subraya la importancia de contar con capacidades propias y alianzas con terceros para la comercialización y suministro de tecnologías críticas. Para lograr esta autonomía estratégica, opina la directora general de Pons IP, Nuria Marcos, “hay que potenciar la capacidad innovadora con políticas públicas, por un lado, y desde el apoyo con centros tecnológicos y con grandes empresas que ayuden a que las nuevas tecnologías lleguen al mercado”. Dado que el tejido empresarial español es un entramado de pymes, habría que promover el crecimiento de algunas compañías en sectores clave. En concreto, en automoción, biotecnología o agroalimentación: “Tenemos el Know-how y la materia prima”.

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