El caso Malasia
La embajada de Malasia replica al artículo de Bernardo Cremades publicado el 31 de enero de 2023 en este periódico
El pasado 31 de enero de 2023, se publicó un artículo en este periódico en relación con el supuesto arbitraje (arbitraje fantasma) seguido por los herederos del Sultán de Sulú contra el Estado de Malasia. La comparación del artículo con los hechos objetivos revela que el artículo es notable no sólo por sus omisiones, sino también, además, por afirmaciones que simplemente no son ciertas.
Como se verá, se trata de un auténtico escándalo arbitral en el que se ha puesto en jaque dos de las más básicas instituciones del Estado de Derecho: el respeto a la ley y la obediencia a los tribunales.
No es verdad que Malasia se haya acogido a una supuesta “rebeldía estratégica”. El tribunal Superior de Justicia de Madrid resolvió, por auto firme de 29 de junio de 2021, en línea con su reiterada doctrina, que Malasia había sido indebidamente emplazada en el procedimiento de designación de árbitro. Por ello, el tribunal salvaguardó el derecho de defensa de Malasia a través de la anulación del nombramiento del árbitro que había sido designado y ordenó emplazar correctamente a Malasia y reiniciar el procedimiento. Pero cuando Malasia fue debidamente emplazada y formuló su defensa, los supuestos herederos del Sultán de Sulú desistieron, ahora sí que “estratégicamente”, del procedimiento de nombramiento para evitar que el Tribunal resolviese sobre los argumentos de Malasia para oponerse al nombramiento.
Este auto firme del Tribunal anuló el nombramiento del árbitro y todas sus actuaciones procesales. El artículo silencia que los que se dicen herederos del Sultán interpusieron un recurso de amparo contra ese auto. Este recurso de amparo ha sido inadmitido el 25 de enero de 2023.
Tras el auto del 29 de junio de 2021 de nulidad del nombramiento, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid envió diversos requerimientos a quien había visto anulado su nombramiento y le ordenó que pusiera fin al arbitraje. Pero el destinatario, que había cobrado importantes honorarios de los herederos, decidió continuar con el procedimiento, sin atender las órdenes judiciales.
Apenas dos meses después de la anulación del nombramiento, los supuestos herederos solicitaron un cambio de sede del “arbitraje” de Madrid a París, para intentar escapar del control de la jurisdicción a la que, sin punto alguno real de conexión, habían acudido. Esta solicitud se hizo tras la homologación en Francia (ex parte, sin oír a Malasia) de un llamado “laudo de jurisdicción”, que se instó por los supuestos herederos después de conocer la anulación del nombramiento de quien lo había dictado. Esta circunstancia no fue revelada a los tribunales franceses, aprovechando que el procedimiento de homologación se sigue sin dar audiencia a la otra parte. El abogado en cuestión accedió a la solicitud de los supuestos herederos y cambió la sede del “arbitraje” a París. Sin embargo, una vez que los tribunales franceses tuvieron conocimiento de la anulación de su nombramiento como árbitro, aprobaron una orden provisional que prohibía a los supuestos herederos acogerse a los efectos de la homologación. Los supuestos herederos tampoco acataron esta orden de los tribunales franceses.
El 28 de febrero de 2022, el abogado emitió un documento autodenominado “laudo final”, en el que ordenaba a Malasia pagar 14.000 millones de dólares a los ciudadanos filipinos. Malasia ha instado a la Corte de Apelaciones de París la anulación de este laudo. En el curso de ese proceso, la Corte de Apelaciones de París ordenó la suspensión cautelar incondicional de la ejecución del autodenominado “laudo final” en Francia. Esa suspensión ha sido ya puesta de manifiesto ante los Tribunales de Luxemburgo y los Países Bajos, donde los supuestos descendientes del Sultán están tratando de ejecutar el supuesto “laudo final”. Una vez oída a Malasia, los tribunales luxemburgueses han levantado ya los embargos inicialmente obtenidos por los supuestos herederos.
Se omite también en el artículo que inicialmente los supuestos herederos acudieron al Foreign Office británico, al que solicitaron que designara a un árbitro. La respuesta del Foreign Office no pudo ser más contundente: rechazó designar a nadie e invitó a los demandantes a resolver su disputa directamente con el Gobierno de Malasia.
El embajador de Malasia ante el Reino de España, Dato’ Akmal Che Mustafa.