Así encaran los bufetes el primer verano sin pandemia
El teletrabajo y la flexibilidad ganan adeptos entre las firmas legales
El sector legal afronta al primer verano sin restricciones desde la llegada de la pandemia. Términos como el teletrabajo, la flexibilidad horaria o la conciliación se han convertido en parte de las conversaciones de pasillo de los bufetes, lo que contrasta con el pasado, en un gremio acostumbrado a la presencialidad y a realizar largas jornadas laborales. Trabajar todos los días en la oficina ya no es sinónimo de eficiencia y los despachos han abierto la mano en términos de conciliación. Un nuevo panorama donde el equilibrio entre otorgar la flexibilidad que exige la lucha por retener el talento y adaptarse a las necesidades de los clientes es la clave.
Cinco Días ha preguntado a más de una veintena de bufetes, nacionales e internacionales y de diverso tamaño, cómo vivirán el primer verano de la era post-covid. La radiografía que dibujan refleja, en síntesis, una buena aceptación del teletrabajo y de las jornadas con horarios flexibles. Aunque la batuta que marca cómo se despliegan estas medidas, reconoce la mayoría, siempre está en la mano del cliente.
Según este sondeo, casi todos los despachos coinciden en que, en el mes de julio, e incluso en la primera semana de agosto la carga de trabajo es elevada. “Muchos bufetes aprovechan la temporada estival para planificar el final de año”, apuntan desde Eskariam. A partir de ahí, por norma general, en las semanas centrales de agosto el ritmo es más tranquilo y ya en la última semana se reanuda la actividad. En consecuencia, firmas como Ambar o Sunkel&Paz, cierran sus oficinas en agosto. “Se desvían todas las llamadas a los móviles de los socios y la plantilla suele disfrutar de prácticamente todo el mes de las vacaciones”, afirman desde Sunkel&Paz.
En el otro extremo, firmas internacionales como Bird& Bird o Herbert Smith Freehills, afirman que no perciben una bajada del trabajo tan acentuada, ya que en otros países agosto es otro mes más en el que el ritmo no baja. También depende de las áreas de práctica del despacho. Y es que hay materias en las que el cierre de los juzgados en agosto no implica la paralización de los asuntos, “por ejemplo mercantil o financiero, que pueden encontrarse con veranos de alta ocupación por cierres de negociaciones, inicio de operaciones o auditorías”, destacan desde DLA Piper.
Medidas concretas
La actividad en los bufetes no se para en verano. Lo que no está reñido con conceder algunas licencias a la plantilla, como las jornadas intensivas en esta época. Esta práctica consiste en reducir el número de horas que se trabajan al día y concentrarlas en las mañanas, con horarios de entrada entre las 8h y las 9h y de salida entre las 14h y las 16h, para así liberar las tardes veraniegas. Unas firmas la implantan sólo en el mes de agosto como Cuatrecasas, Eversheds Sutherland, Baylos, Dikei o Menéndez Abogados. Y otras establecen este horario intensivo tanto en julio como en agosto. Es el caso de Ejaso ETL Global, Lener, Selier Abogados, Eskariam, Antonio Almendros Abogados y Proinda Consultores.
La medida de flexibilidad y conciliación estrella para este verano, en la mayoría de los bufetes consultados, es el teletrabajo. Sin embargo, no todos lo aplican igual, cada uno tiene su fórmula. Algunas firmas como Simmons & Simmons, Montero Aramburu o De la Riva Pastor optan por un sistema en el que el abogado puede solicitar trabajar a distancia días concretos y es su responsable quien, en función de las necesidades del equipo y de los clientes, dará o no su visto bueno.
En otros despachos en los meses de verano cuentan con la misma política de teletrabajo que se aplica el resto del año y permite a los abogados conectarse en remoto determinados días. Esta es la situación de firmas internacionales como Dentons, DLA Piper, Bird & Bird o Herbert Smith Freehills, y en el apartado patrio, Cuatrecasas, Ejaso ETL Global, Lener, Menéndez Abogados, RB Legal o Selier.
Otra opción que llevan a cabo algunos bufetes es trabajar a distancia durante el mes de agosto. En este supuesto están De la Riva y Pastor, García Carbonell o Sunkel&Paz, por ejemplo. Y también los hay que implantan un modelo mixto, donde por la mañana se va a la oficina y por la tarde los ordenadores se abren en casa, como Administrativando Abogados, Blas A. González o Dikei.
Ordenador en la maleta
Una de las grandes ventajas que ofrece el teletrabajo es la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar. Algo especialmente atractivo para aquellos letrados a los que les guste viajar; o que cuenten con una segunda residencia en la playa o en la sierra. De hecho, cada vez son más los despachos que permiten que el abogado escoja desde dónde conectarse. Es el caso de la firma Ambar, que permite a sus letrados trabajar desde cualquier parte del globo mientras que las oficinas permanecen cerradas en agosto.
Eso sí, normalmente la elección de la ubicación desde la que trabajar suele estar supeditada a determinadas condiciones. La primera de ellas, común a todos, es que el profesional tenga una conexión aceptable. En segundo lugar, muchas firmas también añaden que el abogado se encuentre dentro del país, o que esté lo suficientemente cerca de la oficina como para acudir presencialmente si es necesario.
Por otra parte, la distribución de las vacaciones es también muy relevante en esta época del año. La mayor parte de los despachos como, por ejemplo, Hernández Costa Abogados, optan por una organización por turnos para que siempre haya alguien cuidando el fuerte. En definitiva, las firmas se mueven en la dicotomía entre garantizar la conciliación y el descanso de sus abogados y prestar el mejor servicio y que ningún cliente se quede desatendido.
Algunas de las limitaciones a estas medidas
Menú a la carta. Según Marisa Méndez, psicóloga, coach y profesora experta en programas de bienestar para abogados, herramientas como el teletrabajo en verano no se puedan imponer en las firmas de manera generalizada a todos los abogados. “Yo lo veo más como una especie de menús que cada uno puede ir configurando según le venga bien, según su situación personal y familiar”, opina.
Necesidades de clientes. Estas modificaciones en el horario o en la modalidad de trabajo en verano se adaptan, tal y como declaran la mayoría de las firmas consultadas, a lo que requieran los clientes, a los que se atiende presencialmente, o en su defecto, por teléfono o a través de e-mail, fuera de la jornada laboral o incluso a pesar de estar de vacaciones.
Circunstancias del equipo. Los despachos que incorporan este límite afirman que los abogados tendrán que adaptar la jornada en función de las necesidades de su departamento, coordinándose con sus compañeros y con los socios del bufete.
Disponibles para acudir. En estos casos, si surge una necesidad urgente de presentarse en la oficina, los abogados que están teletrabajando deberán acudir lo más rápido posible.
Clientes o compañeros en el extranjero. Las firmas internacionales señalan que sus abogados al trabajar con clientes y compañeros que están fuera de España suelen tener que adaptar su jornada a esta circunstancia.
Plazos procesales. En prácticas, como litigación, el cumplimiento con los plazos procesales o administrativos puede suponer que el abogado tenga que cambiar su jornada a pesar de estar en período de horario intensivo.