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En colaboración conLa Ley

Fomentar el empoderamiento y el compañerismo

Muchos colegios corporativos suman agrupaciones que defienden los intereses de aquellos letrados que comienzan en la profesión

Getty Images

Los jóvenes abogados tienen voz institucional. Muchos colegios corporativos suman agrupaciones que defienden los intereses de aquellos letrados que comienzan en la profesión.

Alberto Cabello, presidente de la Agrupación de Jóvenes Abogados de Madrid (AJA), apunta como principales problemas del colectivo “la precariedad laboral y la conciliación”. Es un sector, además, “muy saturado”. Por ello, “es fundamental especializarse y, sobre todo, diferenciarse en la forma de trabajar”, opina. También saber adaptarse a la tecnología legal de los despachos. Cabello tiene claro que los planes de estudio de las universidades deberían contemplar cuestiones como técnicas de negociación, gestión del cliente y del tiempo, oratoria y comunicación.

Pere Vidal, vocal del Grupo de la Abogacía Joven de Barcelona (GAJ), coincide en la radiografía. La preocupación principal es la precariedad con la que se encuentran los letrados los primeros años. “Prácticas mal remuneradas (si es que les pagan algo), falsos autónomos, etcétera”. A pesar del grado y el máster, opina, “sigue faltando la visión práctica”. Por ese motivo, valora los programas de mentoring o acompañamiento.

Las agrupaciones reciben multitud de quejas que, sin embargo, no llegan a la inspección de trabajo. En Madrid, señala Cabello, “tienen que ver con prácticas laborales ofertadas que luego no se correspondían con el número de horas, categoría profesional y salario”. Así mismo, “con situaciones de falsos autónomos y abusos en las prácticas curriculares y extracurriculares de los aspirantes a abogados”, resume. En Barcelona, apunta Vidal, “también nos llegan bastantes”. Pero, “muy pocos se plantean, ni tan siquiera, denunciar a la inspección”, lamenta.

Frente a esta situación, cabe preguntarse cómo trabajan estas agrupaciones para mejorar el horizonte laboral de los jóvenes profesionales. Para Vidal, estas tienen que ser influyentes, y, por tanto, mostrarse “críticos con todo aquello que nos perjudique y darlo a conocer”. A los escépticos, les invitaría a charlar: “que nos conozcan”. Un trabajo altruista que, reconoce, “debemos ser capaces de ponerlo en valor”. Cabello coincide: “como parte de la sociedad civil, tenemos la capacidad para visibilizar los problemas y anticiparnos a los mismos”. El abogado anima a quien no crea en su labor a contactar, trasladar problemas y ser parte así de los proyectos. “Entre todos podemos aportar nuestro granito de arena para fomentar el compañerismo y una abogacía más colaborativa”, afirma.

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