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En colaboración conLa Ley

La lucha póstuma de la magistrada Ginsburg por la igualdad

El Congreso Mundial de Derecho reunió en Madrid a la élite jurídica internacional, que abordó los principales retos del sector legal

Foto: World Jurist Association
Foto: World Jurist Association

Dicen que las personas nunca mueren mientras sigan siendo recordadas. Madrid dio muestra de ello con la celebración del Congreso Mundial de Derecho, que reunió en la capital a lo más granado del ámbito jurídico. La magistrada estadounidense Ruth Bader Ginsburg, fallecida el pasado septiembre a los 87 años, fue homenajeada con honores por su lucha en defensa de la igualdad entre hombres y mujeres. Sin más armas que la ley, la jurista esquilmó poco a poco los cimientos de la exclusión social en su país natal, el mismo que cuando era niña comparaba a los perros con los judíos.

En el congreso se discutieron los principales desafíos legales a los que se enfrenta la sociedad, como los retos del 5G en materia de privacidad y ciberseguridad, la independencia de los sistemas judiciales o el papel profesional de las mujeres, tantas veces relegadas a un segundo plano en la vida en general y en el derecho en particular.

De su puesta de largo se encargó la World Jurist Association, organización que nació en el cénit de la Guerra Fría fruto de la reflexión entre Winston Churchill; el entonces presidente del Tribunal Supremo de EE. UU., Earl Warren; y el presidente de los abogados de EE. UU., Charles Rhyne; y la World Law Foundation, que vela por la promoción del Estado de Derecho que desde 1957 ha impulsado la World Jurist Association.

La presencia del jefe del Estado, el rey Felipe VI, y la intervención de Iván Duque, el presidente de Colombia, dan muestra de la relevancia del concilio. No en vano, Madrid también sirvió como escenario para la presentación internacional del World Law Congress 2021 que se realizará en Barranquilla el diciembre próximo.

Además, al congreso asistieron diferentes autoridades como la presidenta del Consejo de Estado, María Teresa Fernández de la Vega; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; el presidente de la World Jurist Association, Javier Cremades; la presidenta de la American Bar Association, Patricia Lee; o el decano de los abogados de Madrid, José María Alonso. María Eugenia Gay, decana de los letrados de Barcelona y presidenta de la World Law Foundation, hizo de maestra de ceremonias.

Madre y jurista

En un enclave excepcional como la capitalina Casa de América se entregaron las medallas de honor Ruth Bader Ginsburg, que reconocen la labor de aquellas mujeres que durante su carrera han promovido el Estado de Derecho y la igualdad de género.

Jane Ginsgurb, hija de la magistrada y profesora de Derecho en la Universidad de Columbia, fue la presidenta del jurado, que contó con otros miembros destacados, entre ellos José Ramos-Horta, Nobel de la Paz; María Encarnación Roca Trías, magistrada del Tribunal Constitucional español; o Elizabeth Magill, rectora de la Universidad de Virginia y asistente legal de la desaparecida jueza. Jane Ginsburg deseó que en el futuro las palabras "madre y jurista ya no sean un oxímoron".

Las ocho mujeres premiadas fueron Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo; la jurista peruana Luz Ibáñez, vicepresidenta de la Corte Penal Internacional; la jurista australiana Gillian Triggs, alta comisionada auxiliar de las Naciones Unidas para los refugiados; Maite Oronoz, presidenta del Tribunal Supremo de Puerto Rico; Rosario Silva de Lapuerta, vicepresidenta del Tribunal de Justicia de la Unión Europea; la jueza surcoreana Young Hye Kim; Sujata Manohar, magistrada de la Suprema Corte de la India; y Navi Pillay, pionera en dictar jurisprudencia contra los genocidios en Sudáfrica. Estas dos últimas no pudieron estar en Madrid por las restricciones de la pandemia.

En nombre de las galardonadas, Christine Lagarde dijo: “Ginsburg perteneció a una generación de mujeres sin la que nosotras no estaríamos aquí haciendo valer nuestros derechos”.

Precisamente, de discriminación por razón de género o de referentes femeninos para que las más jóvenes sepan que pueden llegar tan lejos como se propongan también se debatió en este congreso. María Luisa Segoviano, la primera mujer en presidir una sala del Tribunal Supremo en sus más de 200 años de historia; Ana Fernández-Tresguerres, notaria de Madrid y la única mujer letrada de la Dirección General de los Registros en toda la historia del Ministerio de Justicia; Rosa Vidal, socia directiva de Broseta Abogados; y Silvia López, socia del despacho Roca Junyent, pidieron que la “igualdad formal” que prescribe la legislación se cumpla en la vida “real” de las mujeres. Sin ir más lejos, en la abogacía se estima que solo dos de cada diez socios de los grandes despachos son letradas.

Perspectiva de género

Las mujeres “seguimos sufriendo la brecha salarial, el techo de cristal, el no llegar nunca…”, dijo Segoviano, que también pidió juzgar con “perspectiva de género” para que las resoluciones “no sean discriminatorias”. Además, las juristas se manifestaron a favor de las cuotas para que las mujeres puedan alcanzar los órganos de gobierno en los que siguen siendo minoría, aunque con la esperanza de que “llegue el día en que no sean necesarias”.

Con el recuerdo de cómo Ruth Bader Ginsburg consiguió como abogada, antes de ser magistrada, agarrarse a la decimocuarta enmienda de la Constitución de EE. UU. para acabar con diversos casos de discriminación, también se celebró la mesa redonda que logró reunir por primera vez en la historia a representantes de los órganos jurisdiccionales supranacionales más importantes del mundo.

En concreto, intervinieron Elizabeth Odio Benito, presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; Imani Daud Aboud, presidente de la Corte Africana de Derechos Humanos y Derechos de los Pueblos; Robert Spano, presidente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos; Piotr Hofmański, presidente de la Corte Penal Internacional; y Rosario Silva de Lapuerta, vicepresidenta del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

La clausura del congreso corrió a cargo de Viviane Reding, vicepresidenta de la World Law Foundation, que estuvo acompañada, entre otros, por el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo; por el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; y por la presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega.

Con el deseo de Javier Cremades, presidente de la World Jurist Association que organizó el concilio, que “estas jornadas permitan avanzar en la comprensión de las grandes transformaciones, retos y oportunidades que nos plantea la sociedad”.

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